Gobierno De Mariano Ignacio Prado

2. Gobierno de Mariano Ignacio Prado (1876 -1879)

2.1 Inicio del Gobierno y el problema del salitre

Mariano Ignacio Prado fue elegido presidente en 1879, como sucesor de Manuel Pardo. Esta época es caracterizada por ser poco favorable para el Perú, ya que atravesaba por una gran crisis económica, en la que se había perdido tanto el crédito interno como externo. Ante tales circunstancias, Prado tomó medidas radicales como disolver el contrato con la casa de Dreyfus; sin embargo, ante todos los intentos, no se pudo solucionar el problema de la deuda externa.

En este momento crítico del Perú año surgen nuevos problemas por la hegemonía del salitre, recurso natural de gran valor en esa época que había reemplazado al guano. El inicio del conflicto se da cuando Bolivia sube los impuestos a las salitreras chilenas ubicadas en su territorio. “Prado estimaba que Daza había violado el tratado de 1874, a la vez pensaba que por razones de equidad la compañía de salitres y ferrocarriles debía pagar algún impuesto, por esto consideraba que las medidas bolivianas habrían sido improcedentes y procuraba inducir a La Paz a que aceptara el arbitraje”. (Villalobos, 2002: 139)

2.2 La Misión Lavalle

El presidente Prado guardaba cierta simpatía con Chile donde había residido durante algún tiempo; sin embargo, pese a su posición pacifista la tensión entre ambos países era cada vez mayor y la amenaza de una posible guerra se volvió constante. Para esto, se busco como una alternativa esperanzadora, con el fin de evitar la guerra, una visita especial a Chile del plenipotenciario José Antonio Lavalle , quien tenía como misión la mediación peruana en el conflicto del salitre por la ocupación de las tropas chilenas en Antofagasta.

Lavalle desembarca en Valparaíso el 4 de marzo de 1879. En Santiago se reúne con el presidente Aníbal Pinto y su bancada de ministros, sin embargo no se llega a concretar ninguna negociación por el conocimiento de Chile sobre el tratado secreto de Perú con Bolivia firmado en 1873. El diplomático peruano indicó su desconocimiento sobre este tratado alegando que el gobierno peruano no le había comunicado sobre dicho tratado, al no poder mostrar la neutralidad que Chile pedía en tal caso y no poder tomar una decisión sin consultarlo antes con el gabinete de su país, decide regresar a Perú. Mientras tanto el presidente boliviano Hilarión Daza, se antepone a la situación y confiado por la alianza entre Perú y Bolivia le declara la guerra a Chile. De esta forma el 5 de abril de 1879 Chile le declara la guerra a Perú.

La misión Lavalle es un tema controversial en la historia de la Guerra del Pacífico debido a que presenta distintos puntos de vista, tal es el caso de la mirada chilena la cual argumenta que dicha misión se trataba únicamente de ganar tiempo por parte del gobierno peruano para armar la defensa y completar sus armamentos. Otro punto es sobre el supuesto conocimiento por parte de Lavalle de la alianza peruano boliviana. Por otro lado, la alianza secreta con Bolivia fue de carácter defensivo; pero, Chile lo interpreta como ofensivo a sus intereses por el salitre.

Consecuentemente, la misión Lavalle fue un fracaso, aunque se buscaba la mediación entre ambos países y por ende un acuerdo de paz, “no se hizo nada para evitarla y entre los actos de Lavalle no apareció uno solo que sirviera para precipitarla o acelerarla. La mediación estaba sin embargo, bloqueada por tres obstáculos: 1) el tratado secreto de alianza que, evidentemente, el gobierno chileno conocía, 2) la condición impuesta por el gobierno peruano en sus instrucciones para que Chile fuese a la desocupación previa del litoral ocupado sin prometer la suspensión del decreto boliviano sobre la expropiación de los bienes de la compañía de Antofagasta a la masificación del impuesto de los diez centavos y 3) El ímpetu expansionista de Chile.” (Basadre, 2005: pág.30)

De esta manera es como Perú entra a una guerra no buscada ni deseada y lo más grave, guerra para la cual no estaba preparado, era evidente su notable inferioridad frente a la armada Chilena. Por su parte, Chile se sabía superior y por ello tenía alta seguridad para enfrentar una guerra. Ninguno de los buques peruanos traspasaba a los modernos buques, Chile era considerado en aquella época tenedor de la más poderosa escuadra naval de Sudamérica, por lo que las esperanzas de una victoria peruana en la campaña marítima eran ínfimas. “Los cuatro meses que mediaron entre setiembre de 1880 y enero de 1881 transcurrieron en preparativos para una defensa de Lima, venciendo enormes dificultades; pero, que no siempre se desarrollaron con el orden y el acierto que hubiese sido de desear. Hay que tener en cuenta en justicia, que la enorme superioridad en elementos de combate y numérica del enemigo, unidas a su homogénea organización y a su experiencia en los combates, hacia difícil

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