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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN EUROPA SIGLO XVII Y XVIII


Enviado por   •  4 de Agosto de 2013  •  7.944 Palabras (32 Páginas)  •  735 Visitas

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ISFD

Nº 112

Carrera:Educación Primaria

Materia:HIPRO

Tema:“La educación en Europa en los siglos XVII y XVIII”

Profesora:M. Marcela López

Alumna:Griselda T. Alvarez

curso: 3ºA

TRABAJO MONOGRÁFICO:

“LA EDUCACIÓN EN EUROPA EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII”

1.

ÍNDICE:

1- PRESENTACIÓN DEL TEMA

2- ÍNDICE

3 – 6 MARCO TEÓRICO

7- DESARROLLO

8–16 SIGLO XVII

17–24 SICLO XVIII

25- CONCLUSIÓN

26- BIBLIOGRAFÍA

2.

MARCO TEÓRICO

3.

¿QUÉ SUCEDÍA EN EUROPA DURANTE LOS SIGLOS XVII Y XVIII?

Junto a la secularización de la política hubo una secularización del pensamiento. La revolución científica del siglo XVII sentó las bases de una visión del mundo que no dependía de las asunciones y categorías cristianas. Al liberarse de la Teología, los filósofos descubrieron nuevos aliados en la ciencia y las matemáticas. Para pensadores como Francis Bacon y el filósofo francés René Descartes, el destino del alma era menos importante que el funcionamiento del mundo natural, y aunque Bacon era empirista y Descartes un racionalista, ambos creían que el poder de la razón humana, utilizado correctamente, se imponía a la autoridad.

Entre los distintos creadores del pensamiento moderno, ninguno fue más importante ni mas celebrado que el físico inglés Isaac Newton, que descubrió una explicación mecánica que abarcaba todo el universo sobre la base de la ley de la gravedad universal. El respeto que Newton inspiró a los filósofos del siglo XVIII difícilmente puede ser exagerado. Determinados a popularizar una imágen del mundo científica y a adaptar sus métodos a la tarea de la crítica social y política, las principales figuras de la Ilustración pusieron los problemas del mundo directamente en el centro de su actividad intelectual. En el compendio mas famoso del pensamiento ilustrado. La Enciclopedia (1751- 1772 ), Denis Dideron ( el editor), Jean D’Alembert, Voltaire y otros autores cuestionaron la concepción religiosa del mundo y abogaron por el humanismo científico basado en la ley natural.

LAS INQUIETUDES SOCIALES

Muchas transformaciones sociales, culturales y especialmente políticas, llegaron con el siglo XVIII. El avance de la ciencia, el despertar del pensamiento impulsado por filósofos y pensadores y el crecimiento cada vez más sostenido de la población, permitieron que en toda Europa surgieran movimientos contrarios a las monarquías y a los sistemas de gobierno imperantes. Las inquietudes mayores se reflejaron a partir de mediados de la centuria y desembocaron en la revolución en Francia.

Al comenzar el siglo, la vida parecía transcurrir plácidamente en algunas regiones. La agricultura se mantenía como la principal fuente de recursos. Entre el 80 y el 90 por ciento de la población vivía en el campo. En Inglaterra y Holanda se acrecentaron los conocimientos en siembras y cultivos, y surgió la llamada revolución agraria. Se hizo conocida y adquirió fama la Escuela Fisiocrática, que desarrollo el primer modelo completo de teoría económica y sostenía que toda la riqueza tenía su origen en la tierra.

4.

REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA

En el transcurso de esta centuria se produjo otra revolución: la demográfica, que fue el resultado de una disminución de la tasa de mortalidad infantil y de una prolongación de la duración media de vida. El promedio de vida era de 21 años en 1680, y aumentó a 32 años en 1774. Entre 1780 y 1789, la población europea aumentó de 120 millones a 187 millones.

Hasta pocos años antes de que en Francia surgieran los problemas que llevaron a la revolución de 1789, se mantuvo en Europa la organización social tradicional, caracterizada por la ordenación jerárquica de sus órdenes y estamentos. En los países católicos se mantuvieron las tres órdenes que eran el clero, la nobleza y el estado llano. En cambio, en los países protestantes había desaparecido el clero como estamento de la sociedad.

EL DESPOTISMO ILUSTRADO

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, LA Ilustración se alió con el Absolutismo. Inspirados por los filósofos, monarcas absolutos como Federico II el Grande de Prusia, Jose II de Austria y Catalina II de Rusia, se modelaron a sí mismos en el ideal del rey filósofo e intentaron, con distintos niveles de éxito, utilizar el poder al servicio del bien común. A pesar de su sinceridad, su mayor éxito fue radicalizar aún más el absolutismo. Bajo su mando, el particularismo político continuo su retirada ante el avance de la uniformidad legal a través de los códigos de leyes y las regulaciones administrativas y burocráticas. Efectivamente, hubo un resurgir aristocrático durante el siglo, pero los aristócratas debían su nueva vitalidad a la obligación de servir al Estado. En resúmen, bajo los monarcas absolutos ilustrados la centralización del poder se desarrolló rapidamente; en un auténtico esfuerzo por mejorar el bienestar de sus súbditos, los déspotas ilustrados introdujeron aún más el poder del Estado en la existencia diaria. En España, bajo Carlos III florecieron las artes y las letras amparados por gobiernos dirigidos por políticos excelentes, como el Conde de Aranda,el Conde de Campomanes, Gaspar Melchor de Jovellanos y el Conde de Floridablanca, amigos y seguidores de los ilustrados fránceses y de los nuevos ideólogos ingleses.

LA

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