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La Compañía Nacional de Teatro


Enviado por   •  9 de Marzo de 2012  •  Informes  •  4.271 Palabras (18 Páginas)  •  472 Visitas

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La Compañía Nacional de Teatro ha realizado temporadas con autores clásicos (Ruiz de Alarcón, Shakespeare, Goldoni), modernos (Miller) y nacionales (Chocrón, Rengifo, Chalbaud, Cabrujas). Trabaja con un horario distinto a los demás grupos (funciones más temprano, matinées los sábados y domingos). Sus precios son populares, y se ha dado a la tarea de conquistar público masivo, lo cual la va consolidando año por año.

En el campo de teatro aficionado, el Teatro Universitario UCV es el más antiguo. Fundado en 1946, su acción ha sido permanente, con breves pausas. Otras universidades de la capital tienen también sus elencos. Existen, además, una intensa labor de aficionados en el teatro penitenciario, que desde 1980 se confronta en un festival anual en Caracas.

En el interior del país, prácticamente no existe teatro profesional. Hay un movimiento aficionado que integran más de un centenar de grupos. En Maracaibo, está la Sociedad Dramática, que antes y desde el siglo pasado se llamó Sociedad Dramática de Aficionados. Ese elenco ha alcanzado su profesionalización y tiene una pequeña sala y el respaldo económico del Estado.

Para completar esta panorámica, había que señalar la existencia de dos organizaciones de teatro popular, la Asociación Venezolana de Teatro Popular, que agrupa elencos de todo el país, y el Teatro para Obreros, que agrupan igualmente elencos de distintas regiones, pero con mayoría de grupos caraqueños

http://uc-literatura.lacoctelera.net/post/2007/08/06/ensayo-y-teatro

La presencia del teatro en Venezuela es tan remota como la del conquistador. Su inicio como práctica social fue determinante en el proceso de transculturación que arraigó en los venezolanos las costumbres, creencias y valores sociales hispánicos. En la República, el teatro mantuvo su presencia activa y creciente. Si la prensa expresa la importancia de una actividad cultural en una colectividad, el teatro fue la más importante del siglo por el permanente y amplio espacio que ocupó. Al consolidarse la República burguesa y conservadora, el teatro fue una necesidad en la que los sectores dirigentes encontraron imágenes ideales de su visión de la vida.

El teatro material, el fortalecimiento de la vida urbana, la acumulación de la capital y la política se hicieron presentes en la dramaturgia. La vida moderna se colocó en el centro, desde el personaje que habla por teléfono y la discusión sobre el progreso y el trabajo, hasta el desarrollo de parábolas políticas y lenguajes surrealistas.

Se considera una nueva etapa del teatro venezolano a partir de 1947 por la creación en ese año de la primera escuela de teatro moderno. En el país se habían creado las condiciones para abordar la enseñanza teatral a niveles superiores tanto técnicos como pedagógicos. Siendo Ministro de Educación el eminente educador, poeta y político Luis Beltrán Prieto Figueroa, visitó el país Jesús Gómez Obregón, actor mexicano que estudiaba aún en la Escuela de Arte Dramático que dirigía Seki Sano, un director y docente japonés que había trabajado en Moscú con Stanislavski y con Meyerhold. Obregón elaboró el proyecto y de ese modo se abrió la primera escuela de corte moderno en el país, donde se aplicaba el método de Stanislavski en la formación de los actores, y donde se daban clases de maquillaje, escenografía, historia del teatro, historia del arte, literatura, francés y otras materias afines. Esta escuela fue clausurada en 1952.

Dos años más tarde llegaron al país Juana Sojo, Horacio Peterson y Ariel Severino (este último escenógrafo) para filmar la película La Balandra Isabel, del escritor venezolano Guillermo Meneses. Los tres se quedaron para trabajar en el país. Juan Sujo fundó los Estudios de Arte Dramático con la colaboración de los Estudios Bolívar Film, y más tarde, en 1952, sus estudios se convirtieron en la Escuela Nacional de Arte Dramático, dependiente del Estado. En 1945 había llegado al país Alberto De Paz y Mateo, director español que había trabajado en España con García Lorca. De Paz no fundó propiamente una escuela sino un grupo teatral que funcionaba en el Liceo Fermín Toro. De Paz introdujo en Venezuela el concepto de Puesta en Escena, en la cual el director concebía la escenografía, el vestuario, la música, las acciones escénicas, es decir, concebía totalmente el espectáculo. De Paz hizo grandes montajes de obras de García Lorca y de obras griegas. Sus alumnos mas destacados fueron Nicolás Curiel y Román Chalbaud. Estas son las tres vertientes originales del nuevo teatro venezolano.

El cambio más importante en el postgomecismo fue el inicio de la participación promotora del Estado, para el cual el teatro fue un medio de recreación masiva; su consecuencia fue la formación de compañías teatrales profesionales que el Estado subconvencionó de manera estable u ocasional. La Dirección de Cultura y Bellas Artes del ministerio de Educación fue el otro brazo ejecutor de la nueva política del Estado. Hacia 1948 el “Teatro del pueblo” era un grupo profesional, con una infraestructura adecuada y un elenco asalariado que garantizaba estabilidad y dedicación.

En 1942 fue creada la “Sociedad de Amigos del Teatro”, que agrupó a gente de teatro e intelectuales como a Guillermo Meneses, Rodolfo Quintero y Edgar Anzola. Debutó en diciembre de ese año con Abigaíl, de Andrés Eloy Blanco. Fue de la primera iniciativa exitosa de un teatro independiente y profesional. Por otra parte, se consagró a la nueva dramaturgia (Luís Peraza, Guillermo Meneses, Aquiles Certad, Eduardo Calcaño y Víctor Manuel Rivas), instituyó premios y proyectó la primera generación de actores contemporáneos, como Fernando Gómez, Enrique Benshimol, Tomás Henríquez, Carmen y Margot Antillano y Bertha Moncayo. En 1946 cesaron sus actividades por razones económicas.

Las nuevas agrupaciones estuvieron acompañadas de iniciativas docentes. En 1943 Manuel Rivas Lázaro, figura de la SAT, promovió un centro de estudios teatrales en el Ateneo de Caracas. En 1944 Luís Peraza creó el Teatro Universitario de la Universidad Central de Venezuela.

Cuando entre 1945 y 1949 se dieron transformaciones más radicales, había disposición para el cambio. El teatro no sólo ocupaba un espacio reconocido por lo sectores cultos de la sociedad y contaba con un público creciente, sino que había obtenido un importante reconocimiento institucional.

En un panorama con una nueva dramaturgia en las obras de Luis Peraza, Aquiles Certad y Cesár Rengifo, llegaron Alberto de Paz y Mateos (1945), Jesús Gómez Obregón (1947) y Juana Sujo (1949). El primero, español exiliado, inició en el liceo “Fermín Toro” una labor que dio a la escena venezolana un lenguaje universal. Gómez

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