La búsqueda De La Estabilidad Económica

El radicalismo cardenista, fue la culminación del desarrollo social y político.

Las políticas agraria y obrerista de cárdenas moldearon la base social y la enmarcaron dentro de la disciplina del partido. La ultima revuelta militar, la de Saturnino Cedillo, se produjo a fines de los treinta, así como la muerte de ese caudillo.

Se cumplieron dos viejos anhelos revolucionarios, y se logró el tránsito de la era de caudillos al de instituciones, fue evidente la definición operativa de los compromisos sociales de la Revolución mexicana.

En 1940, asumió la Presidencia el general Manuel Ávila Camacho y durante un tiempo perfeccionaron las estrategias económicas y los mecanismos políticos, desde 1938, Cárdenas contribuyo a gestar profundas transformaciones en mentalidades y actitudes. El transito del decenio socialista de los treinta a la década democrática y capitalista de los cuarenta, se operó mediante la transmutación del radicalismo cardenista en políticas sociales medidas y cuidadas. Más importante aún fue el convencimiento de que esas políticas sociales eran imposibles.

En 1940 se comenzó a intervenir en la economía, iniciada en la presidencia de Calles y ahondada por la expropiación petrolera, se expandió y convirtió en sustento del crecimiento económico del país.

La segunda Guerra Mundial trajo consigo un cambio del gobierno de Estados Unidos hacia sus vecinos del sur. La política del Buen Vecino la inauguro Franklin D. Roosevelt, se perfilaba como marco adecuado para unir al carro aliado.

Para México, la política del Buen Vecino había contribuido ya.

La política del Buen Vecino empezó a transmutarse en panamericanismo con un tratamiento muy especial para México. Conforme transcurrió el año de 1941 México adquiría cada día más un valor estratégico. El nuevo gobierno mexicano de Manuel Ávila Camacho conto así, con una carta favorable para resolver las cuestiones. Ya cárdenas había sido claro con el embajador estadounidense Joseph Daniels que cualquier colaboración militar mexicana con Estados Unidos estaba sujeta al arreglo previo de las reclamaciones.

La doctrina mexicana, completaba la política del Buen Vecino haciendo un llamado a los demás países latinoamericanos a olvidar los errores del pasado en las relaciones con Estados Unidos, la estrategia mexicana rindió frutos, pues el gobierno estadounidense suspendió el apoyo a las exageradas reclamaciones de las compañías petroleras expropiadas y concluyo, un convenio con México. Este establecía una comisión de dos expertos. El convenio también incluyo un acuerdo para el pago global de las reclamaciones, ese monto fue ligeramente superior al ofrecido por México, se iniciaron conversaciones para concluir un tratado de comercio.

Quedaba por resolver la deuda externa, se firmó el convenio en noviembre de 1942, poniendo punto final al tema de la deuda externa que había arrastrado. Para 1968, según el convenio no habría de quedar un solo bono reconocido sin redimir. El impacto más importante de la guerra para México se dio en el terreno económico.

Para América Latina, el estallido de la segunda Guerra Mundial significo la consolidación de la hegemonía economía estadounidense.

México quedo como proveedor privilegiado de materias primas estratégicas para Estados Unidos, y este país como exportador único de productos manufacturados, muchos de los cuales antes se importaban de Europa.

El incremento en el comercio exterior con Estados Unidos también trajo consigo múltiples oportunidades para México. El periodo intenso de sustitución de importaciones fáciles se había realizado en el decenio de 1929 a 1939.

La segunda Guerra Mundial dejo experiencias y convicciones en la mentalidad de la clase gobernante mexicana. La certidumbre que la industrialización era la vía adecuada para alentar el crecimiento económico, crear empleo y mejorar la distribución del ingreso nacional fue sin duda la más importante. Con un nuevo gobierno en el mando nacional, el crecimiento económico y la industrialización se convirtieron a partir de 1946 en objetivos primordiales y razón de ser de la acción pública.

México había formado parte de las naciones victoriosas y participaba en las reuniones internacionales que pronto dieron lugar a las Naciones Unidas y a los organismos internacionales con ella relacionados.

Hasta el inicio de la guerra, México había sido un país cuya economía se dedicaba, por tercios, a la agricultura, la minería y la industria, sectores que crecían con un relativo equilibrio entre sí.

El crédito al campo, a precios corrientes, aumento cinco veces durante el sexenio, este resulto insuficiente pues solo llego a representar el 5% del valor de la producción agrícola.

El gobierno continúo con la política de apertura de nuevas tierras al riego, con la idea de que las obras hidráulicas sirvieran además del riego, fundamentalmente abastecimiento de agua potable y producción de energía eléctrica.

La Comisión Nacional de Irrigación incorporo la conservación de suelos.

La actividad que conoció de auge transitorio durante

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