La ley de armas

La ley de armas nos dice que la ley fue enmendada para unificar los requisitos para la concesión de las licencias de tener, poseer y portar armas, y las de tiro al blanco y de caza; establecer las sanciones y multas a imponerse; disponer que las sentencias que se impongan por incurrir en violaciones a esta Ley se cumplirán de manera consecutiva; establecer un registro de la venta de municiones; establecer un límite máximo a la cantidad de municiones que podrá obtener un tenedor de armas que no posea un permiso de tiro al blanco o de caza; limitar la cantidad de armas que podrán ser autorizadas a una persona que tenga licencia de armas; crear el Sistema de Registro Electrónico en la Policía de Puerto Rico; y para otros fines.

Algunas de las armas más utilizadas en Puerto Rico para la comisión de delitos son los fusiles AK-47, la Roger 9 milímetros y pistolas del fabricante australiano Glock 40, según esto Carlos Rivera el encargado de balística del Instituto de Ciencias Forenses además que este dijo ‘’que estas son las más utilizadas en las festividades de fin de año’’. Otra de las armas más utilizadas por los criminales en Puerto Rico son la AR-15 y las municiones preferentes por estos son la de 9 milímetros, antes mencionada. La violencia criminal constituye uno de los problemas de mayor preocupación para los países latinoamericanos, principalmente en el Caribe. En nuestro país, reportan a la delincuencia como el mayor obstáculo en los barrios, sobre todo en la presencia de armas de fuego en posesión de delincuentes. Se define comúnmente la violencia como la utilización de la fuerza o amenaza intencional dirigida a provocar daño a sí mismo, a otros o a grupos, pudiendo manifestarse de diferentes maneras y con propósitos diversos. Mi opinión sobre la criminalidad que hay con el uso de las armas de fuego es que esta es un fenómeno social bastante complejo y multidimensional que requiere ser tratado con enfoques integrales e interdisciplinarios. Podría afirmarse, que es el producto de múltiples factores, cuyos componentes individuales, familiares y socioculturales están estrechamente ligados a condiciones socioeconómicas típicas de un entorno empobrecido, donde predomina la falta de oportunidades de empleos, inequidad y pobreza. Es por esto que, se asocia comúnmente el crecimiento de la pobreza, los trastornos socioeconómicos con el aumento de la violencia delictiva. En efecto se puede demostrar en ocasiones que hay una fuerte relación entre la violencia y las condiciones socioeconómicas de riesgo e injusticia social.

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