Pensamiento Medieval

Pensamiento Medieval

De los hechos que renovaron las ideas del mundo antiguo en el campo económico, la expansión del cristianismo fue la más importante. La iglesia medieval realizó un intento de organización tomado de modelos anteriores, principalmente griegos, una sociedad ordenada por jerarquías en la cual reinaban sabios y el ideal de una moral universal, es por ello que algunos de los pensadores medievales compararon la ciudad de dios con la de Platón.

En la Edad Media, fue el periodo en el que se desarrolló el feudalismo, y las aportaciones al pensamiento económico en realidad fueron pocas y venían de pensadores ligados a la iglesia que desarrollaron el “derecho canónico”, que es un conjunto de preceptos religiosos y de normas de conducta que regulaban a la sociedad de aquel tiempo.

“El pensamiento económico de la Edad Media se basa en los preceptos aristotélicos y la doctrina de la Iglesia católica, contenida principalmente en los Evangelios y en las obras de los primeros padres de la iglesia” (Silvestre Méndez.). Esto quiere decir que en la Edad Media el pensamiento económico era regido por la iglesia, las ideas económicas formaban parte de las enseñanzas morales del cristianismo.

La influencia cristiano medieval que se ejerció en las ideas económicas, estuvo representada por dos movimientos, el primero llamado Patrística y el segundo llamado la Escolástica.

La Patrística estuvo formada por los grandes padres de la iglesia, que se dedicaban a evangelizar y aclarar el nuevo tipo de hombre económico – cristiano y su relación con los bienes materiales. La Escolástica surgió al despertar de la cultura de los pueblos europeos. A quienes formaron este movimiento de la baja edad media y a sus fundadores y seguidores se les llamó los doctores; ellos se preocuparon por encontrar cómo, del uso social de la riqueza y de la propiedad.

Las ideas aportadas tanto por la Patrística como por la Escolástica, tuvieron acción directa en la evolución de la economía y sobre los hechos económicos.

La economía medieval fue concebida con un espíritu práctico. El hombre debe trabajar para poder vivir. En el mensaje evangélico, el trabajo llega a ser un deber para el hombre. San Pablo decía: “los que no quieren trabajar, que no coman”. Pero el trabajo no debe absorberlo en la idea de las ganancias. El lucro indefinido es perjudicial, la competencia sin freno era mala y el productor no debe aprovecharse de las necesidades del consumidor así como el consumidor no debe aprovecharse de las necesidades del productor.

Las principales teorías destinadas a estudiar la Economía medieval se encuentran, principalmente, en la propiedad, el trabajo y su remuneración, el interés y la moneda.

Entre uno de los más significativos pensadores de la Escolástica, está Santo Tomás de Aquino. En su obra “Summa Teológica”, estudia dos cuestiones de

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