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TEORIA REALISTA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES


Enviado por   •  2 de Febrero de 2012  •  6.496 Palabras (26 Páginas)  •  3.926 Visitas

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LA TEORÍA REALISTA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

La disciplina de las Relaciones Internacionales tiene como meta principal el tratar de localizar y explicar adecuadamente los patrones de comportamiento que siguen los distintos actores internacionales del mundo al interactuar entre ellos. Consideramos dentro del comportamiento a todos los aspectos que interesan a un Estado, como por ejemplo el comercio, las relaciones diplomáticas, la imagen hacia el exterior, las guerras, etc. Este objetivo resulta complicado y ambicioso, y, como consecuencia, no existe una explicación que sea aceptada por todos.

La Teoría Realista, o Realismo, es una de varias explicaciones propuestas por los estudiosos de las relaciones internacionales. El objetivo de este estudio es explicar convincentemente si los atentados ocurridos el 11 de septiembre de 2001 pudieron o no ser evitados, y consideramos al Realismo como la opción optima para este fin. En esta primera parte nos concentraremos en analizar la Teoría Realista; explicaremos sus características y principios; la compararemos con el Idealismo, otra teoría de las relaciones internacionales, que de igual manera, pretende describir el comportamiento internacional de los Estados; y, finalmente, estudiaremos la relación de estas dos teorías con la política exterior de los Estados Unidos.

¿En que consiste la Teoría Realista?

Los estudiosos de las Relaciones Internacionales se enfrentan principalmente a dos grandes obstáculos al proponer teorías que expliquen la interacción entre Estados. El primer reto consiste en el enorme tamaño del campo de estudio. Hoy en día existen más de 190

países y alrededor de seis billones de habitantes en el planeta Tierra. Parece casi imposible analizar tal cantidad de Estados y localizar constantes en su forma de actuar ante los demás. El estudiante a veces confronta este problema agrupando a todos los países en un solo escenario internacional.

La segunda fase se inicia en los años cuarenta y llega hasta finales de los cincuenta.

El debate entre idealistas y realistas ha terminado, imponiéndose éste último.

Se trata de una reacción de los especialistas a las insuficiencias teóricas de los idealistas, que las convulsiones internacionales de los años treinta y la propia Segunda Guerra Mundial han puesto de manifiesto.

Para los realistas, las llamadas a la razón y a la opinión pública se han demostrado incapaces para prevenir la guerra, por lo que se hace necesario volver a las ideas de seguridad nacional y de fuerza militar como soportes de la diplomacia. Sólo a través de un poder efectivo los Estados pueden asegurar la paz internacional y el arreglo pacífico de las controversias.

Enlazan, de esta forma, con la tradición realista o hobesiana.

El movimiento se produce a los dos lados del Atlántico, pero su mayor desarrollo se produce en los Estados Unidos.

La concepción realista, que pretende comprender el mundo tal como es y no cambiarlo, es la que proporciona a las RR. II. los rasgos definitorios de su carácter científico y autónomo, haciendo del poder la clave para entender y explicar esas relaciones.

Teoria Idealista:

Es la Sociedad de las Naciones y su proyecto de sociedad internacional la que, al menos en la década de los veinte, actúa como el elemento más determinante del desarrollo de los estudios internacionales.

En consecuencia, las dos perspectivas dominantes en los estudios internacionales de los años veinte son, de un lado, un enfoque predominantemente descriptivo de los acontecimientos internacionales de la época, en el que la historia diplomática sigue desempeñando un papel importante, y de otro lado, un enfoque normativo, en el que pesa fuertemente el derecho internacional. Lo que caracteriza a estos estudios es que están dominados por un sentido de ilimitado optimismo; segundo, que la investigación y el interés académico está centrado en la esfera del derecho internacional y de la organización internacional; y tercero, que se manifiesta en ellos una clara tendencia a emitir juicios morales a favor de todo desarrollo internacional. El análisis de las RR. II. debe hacer un a contribución directa a la paz y la seguridad. Ahora ya no es la perspectiva del Estado la que domina, sino que a ella se superpone una perspectiva que parte de la existencia de una sociedad internacional en la que los Estados están condenados a convivir y en la que existen unos intereses colectivos que satisfacer.

Responde tanto al contexto internacional intelectual que provoca la Primera Guerra Mundial, como al carácter insipiente de la nueva disciplina de las RR. II.

La Primera Guerra Mundial había demostrado la fragilidad de la diplomacia europea internacional como medio para asegurara el orden y la paz internacional. Las enormes pérdidas humanas y materiales habían creado una opinión publica a nivel internacional que era partidaria de la erradicación de la guerra como instrumento de la política de los Estados y del establecimiento de un sistema global de seguridad colectiva capaz de evitar futuras contiendas. La creación de la Sociedad de Naciones contribuirá aún mas a acentuar el optimismo de cara al futuro de la sociedad internacional.

La teoría internacional dominante se orienta por los caminos del idealismo, de los proyectos de organización internacional, de puesta en marcha de mecanismos tendentes a la solución pacífica de los conflictos y de planes de desarme.

La década de los treinta, caracterizada por una creciente estabilidad internacional, y por la constatación del fracaso del sistema ginebrino abrirá en el campo de la teoría internacional el debate entre idealistas y realistas.

Idealismo Vs Realismo

Idealismo Realismo

• No reconocen los problemas que surgen del dilema seguridad y poder.

• Fe en el progreso.

• Creencia en la eficacia del cambio a través de la acción humana.

• Considera que los Estados son capaces de comportarse entre sí de una forma racional y moral.

• Entiende los intereses de los Estados como complementarios más que antagónicos.

• Rechaza que el poder político sea un fenómeno natural

• Ningún modelo de conducta es inmutable ya que el hombre tiene la capacidad de aprender, de cambiar y de

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