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Teorias Clasicas De La Comunicacion


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2012  •  7.829 Palabras (32 Páginas)  •  596 Visitas

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Paul Lazarsfeld - Bemald Berelson - Hazle Gaudet

El pueblo elige

Publicado en LAZARSFELD, Paul F. - BERELSON, Bernard - GAUDET, Hazle. El pueblo elige. Estudio del proceso de formación del voto durante una campaña presidencial, Ediciones 3, Buenos Aires, 1962

Prefacio a la segunda edición.

Durante la última guerra, los especialistas en ciencias sociales tuvieron una oportunidad sin precedentes de aportar sus experiencias y conocimientos. El ejército solicitó la colaboración de sociólogos para estudiar la moral de los soldados, con el fin de poder modificar las situaciones y actitudes que limitaban la efectividad de sus operaciones. Psicólogos sociales fueron requeridos para examinar la propaganda difundido entre la población estadounidense, a fin de que la emanada desde las propias agencias gubernamentales pudiese ser fomentada, a la vez que contrarrestado la propalada por el enemigo. Los antropólogos proporcionaron su conocimiento de las diversos culturas para aconsejar a los gobernadores militares acerca de la conducta que debían seguir para evitar, o reducir a un mínimo, los rozamientos en el trato con los japoneses, los coreanos o los nativos de las islas Salomón. Los economistas, por su parte, estudiaron constantemente las tendencias de la producción y de los precios a fin de determinar la política impositiva y el control de precios que exigían las condiciones imperantes.

El buen resultado que tuvieron estas investigaciones y las recomendaciones de ellas derivadas, han servido para acrecentar el prestigio de las ciencias sociales. La administración estatal, la industria y los grupos laborales se inclinan cada vez más a solicitar el asesoramiento de los especialistas en ciencias sociales. El curso de los acontecimientos de la posguerra ha dado aún mayor impulso a esta tendencia. La aparición de la bomba atómica nos ha hecho conscientes de que los descubrimientos de la física han sobrepasado nuestra capacidad de integrarlos al sistema social que nos rige. Ante la probabilidad de una tercera guerra mundial, que contraría el deseo universal de paz, muchos se preguntan hasta qué punto los individuos que componen una sociedad pueden controlar los hechos sociales. En los asuntos nacionales, nos encontramos frente a problemas cuya solución parece exigir una acción colectivo antes que el libre juego de fuerzas en competencia. Problemas como los de la vivienda y las relaciones laborales son dos de los ejemplos más notables. Actualmente se acepta de modo general que las ciencias sociales pueden y deben realizar su aporte.

Las esperanzas que se han cifrado en las ciencias sociales han aumentado la responsabilidad de los especialistas en estas disciplinas. Para que su labor proporcione conocimientos útiles y de aplicación práctica, deben concentrar su atención en campos de estudio de importancia capital y, al mismo tiempo, emplear técnicas que conduzcan a los hechos empíricos. Estas exigencias llevan implícita la necesidad de tomar en consideración tres problemas generales de la investigación. El primero concierne a la relación entre los hechos y las teorías. La apropiada integración de los conocimientos empíricos con las formulaciones teóricas constituye un requisito básico para la existencia y desarrollo de toda ciencia. Resulta imposible hacer uso de una masa de hechos inconexos; pero, a la inversa, ninguna acción social puede fundarse en especulaciones abstractos acerca de la "naturaleza" de la sociedad, si tales teorías no se comprueban sistemáticamente en situaciones concretas.

Del mismo modo que la investigación empírica y la teoría social deben formar un todo armonioso, también es menester establecer interrelaciones entre los hallazgos de distintas investigaciones existentes.

Hasta hace poco, las ciencias sociales mostraban una desgraciada tendencia a realizar estudios y experimentos aislados sin que existiera la preocupación de coordinar y profundizar las investigaciones. Hubo postulantes al doctorado que se enorgullecían de no repetir un estudio "que ya otros habían hecho". En realidad, debería primar la tendencia opuesta. Es necesario verificar los resultados una y otra vez, tanto en condiciones idénticas como en situaciones disímiles. La complejidad de la vida social exige que un mismo problema sea estudiado muchas veces antes de que los uniformidades fundamentales puedan ser diferenciados de los acontecimientos sociales transitorios.

En tercer lugar, los tipos de problemas que se someterán a estudio requieren un cuidadoso diseño. En las primeras etapas de desarrollo de la sociología, se idearon grandiosos planes destinados a alcanzar la comprensión de toda la historia de la humanidad. Aún así principios de este siglo, cuando los sociólogos ya se mostraban más modestos, persistía la creencia en la posibilidad de descubrir de modo rápido y fácil "las causas de la guerra" y "los métodos para prevenir el delito". Los estudios tendientes a solucionar tan vastos y complejos problemas chocaron pronto con una corriente de oposición. Se afirmó entonces que no debían investigarse las causas y los cambios; los fenómenos sociales sólo habrían de describirse. Esta posición condujo a una predilección por los estudios estéticos, del tipo de los censos, que sólo servían para "reconocer" el campo sin proporcionar conocimientos de aplicación práctica en la vida social.

La solución de este conflicto parece residir en un compromiso, quizá sólo temporario. Las mejores perspectivas puede ofrecerlas, en la actualidad, un tipo de investigación dinámica, limitada y metódica cuyo objetivo sean hechos y procesos sociales que sólo abarquen varios meses o, a lo sumo, unos años. Es muy probable que los conocimientos y las informaciones que servirán de base al futuro desenvolvimiento de las ciencias sociales provengan del análisis sistemático de las campanas políticas, leas situaciones de crisis, la evolución de comunidades nuevas, las reacciones que se producen en diferentes grupos étnicos al entrar en relación directa unos con otros.

En este prólogo a la segunda edición de El Pueblo Elige publicado gracias a la Columbio University Press, desarrollaremos los tres puntos arriba esbozados. Con ello esperamos cumplir dos objetivos. Nuestro propósito primordial es el de exponer y describir las principales tendencias de la investigación social contemporánea. Pero, al mismo tiempo, entendemos que el lector obtendrá mejores frutos del presente estudio si tiene un conocimiento general del tema.

Al tratar estos puntos nos referiremos a datos y observaciones que no se incluyeron en el informe original o que se recogieron en estudios más recientes.

Analizaremos los temas antedichos en orden inverso al expuesto, considerando,

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