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Artículo No. 49: Criterios para la evaluación de la pertinencia e idoneidad del nuevo modelo educativo


Enviado por   •  31 de Agosto de 2016  •  Tareas  •  12.414 Palabras (50 Páginas)  •  320 Visitas

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Artículo No. 49: Criterios para la evaluación de la pertinencia e idoneidad del nuevo modelo educativo

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Calidad Educativa Consultores, S. C., te envía su boletín electrónico con un ensayo de la Dra. Laura Frade Rubio con el título: Criterios para la evaluación de la pertinencia e idoneidad del nuevo modelo educativo, cuyo objetivo es aportar elementos teóricos y herramientas que permitan construir un juicio de valor y con ello críticas, propuestas y aportaciones que logren mejorar la propuesta que presentó la Secretaría de Educación Pública (SEP) el 20 de julio del año en curso.

Según lo han señalado las autoridades de la SEP, el nuevo modelo educativo se pondrá a consulta directa con los docentes, directivos, supervisores, académicos, padres y madres de familia, a través de los Consejos Técnicos Escolares, así como también y en otros momentos con las organizaciones civiles, los sindicatos, los partidos políticos, el poder legislativo y los actores relevantes del país, como el sector privado y sus organizaciones; para lo cual ha establecido como fecha límite hasta el 29 de septiembre, así que desde la ciudadanía tenemos muy poco tiempo para incidir en el mismo. Los resultados de la consulta los sistematizará el Programa Interdisciplinario de Políticas y Prácticas Educativas (PIPE) cuya responsable será la Dra. Blanca Heredia, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Cuando se lleva a cabo un trabajo de sistematización como este y frente a la gran diversidad de posturas que suelen ser múltiples, vagas y aún contradictorias, la pregunta que emerge es: ¿cuál será la metodología con la cual analizarán las propuestas realizadas por la población consultada de manera que realmente se modifique el modelo de acuerdo con lo que la gente quiere, desea y propone?

Normalmente, y en el mejor de los casos, la metodología empleada conlleva a un análisis cuantitativo que observa el patrón que se repite y lo contabiliza, lo que se traduce a su vez en modificar solo aquello que permanece como una solicitud de cambio común a lo largo de las consultas, lo que no necesariamente considera las propuestas en sí mismas, es decir, de fondo. Esto porque la pregunta que se deriva de la diversidad de las mismas es: ¿a qué de todo lo expuesto se le hace caso, bajo qué criterios y cómo?

Por esta razón, y con la meta de incidir, se debe partir de un marco de referencia a partir del cual se puedan construir ciertos consensos de cambio, es decir, una herramienta de análisis colectivo que permita construir planteamientos para que sean tomados en cuenta. Esa es la intención final de este documento.

Frente a la situación actual que está llena de escepticismo sobre las posibilidades reales de incidencia, debemos tener en cuenta que
la experiencia nos ha enseñado que cualquier modelo educativo que no sea pertinente, adecuado y teóricamente coherente con la práctica docente posible, traerá consecuencias negativas a los dos actores principales del proceso: i) a los estudiantes del país de cualquier edad y nivel que no tendrán buenos resultados en su aprendizaje, y ii) a los docentes a quiénes se les responsabilizará del bajo rendimiento académico; de ahí la importancia de este ensayo. En este contexto, no se busca generar más polaridad y conflictos, sino puentes de comunicación entre las partes implicadas que permitan avanzar desde una base común.

Como siempre les comunicamos que este documento se puede difundir libremente, siempre y cuando se cite la fuente, y que estamos abiertos a sus comentarios, críticas y sugerencias en: lfrade1@me.com Es más, dada la crisis educativa en que vivimos actualmente, se solicita que se circule lo más ampliamente, entre amigos docentes, directivos, supervisores, padres, madres, organizaciones, partidos políticos y todo aquel mexicano que debería participar, puesto que nos estamos jugando el futuro de México. 

A nuestros lectores de otros países les convendría también leer este ensayo ya que en otras partes de América Latina se presentan procesos similares. 

Criterios para la evaluación de la pertinencia e idoneidad 
de un nuevo modelo educativo

Dra. Laura Frade Rubio 

Resumen ejecutivo

A partir de la definición, determinación y análisis de qué es la educación y cómo se organiza en un sistema educativo original que cuenta con dos estructuras: la operativa, quién lo hace, y la conceptual, qué se enseña y aprende en un contexto sociohistórico y cultural que le da forma a las metas, procesos y resultados que se buscan educar; se analizan los errores que se han generado en los modelos educativos previos y se establecen los criterios que permitirían evaluar el nuevo modelo educativo con miras a mejorarlo mediante la participación activa de los actores implicados: docentes, directivos, supervisores, padres, madres de familia y los estudiantes que por su edad puedan colaborar. 

Palabras clave: modelo educativo, evaluación, criterios de evaluación, sistema educativo, diseño curricular, planes y programas.

Executive summary

From the definition, identification and analysis of what is education and how it is organized in an original educational system which has two structures: the operational, which identifies who does it, and the conceptual one, which observes what is to be taught and learned from a socio-historical and cultural context that gives direction to establish the goals, processes; the mistakes done in the previous models are analyzed setting out the criteria that would make it possible to evaluate the new educational model with the intention of improving it through the active participation of the actors involved: teachers, managers, supervisors, parents of family and the students.
Key words: educational model, evaluation criteria, education system, curricular design, teaching programs 

Introducción

En días pasados, la Secretaría de Educación Pública dio a conocer el nuevo modelo educativo para la educación del país, desde el preescolar hasta el bachillerato. Según Díaz-Barriga y Lugo (2003), se entiende por modelo educativo: “... una construcción teórica, un prototipo y una representación idealizada de un proceso que describe su funcionamiento y permite la prescripción de un cauce de acción. Su concreción en un proyecto curricular en el contexto de una institución dada, es complejo, y por definición, está multideterminado, por lo cual implica no solo la tarea de 'implantación' del mismo, sino un cambio sistémico en la organización educativa en su conjunto”. 

Esta definición conlleva a identificar que un modelo educativo incluye, tanto unos planes y programas de estudio como la descripción de sus bases filosóficas, pedagógicas conceptuales, teórico-prácticas, metodológicas, didácticas y aún operativas para su instrumentación en la escuela y en el aula. 

La propuesta curricular del Modelo Educativo 2016 parte de la normatividad vigente que contempla el artículo 3o así como de una visión humanista que proporciona los fundamentos para ver la educación como posibilidad de desarrollo individual, al mismo tiempo que ubica el individuo como parte de una sociedad a la que responde y contribuye (SEP, 2016, p. 28).

Contempla el contexto de la sociedad del conocimiento como generadora del mismo y ubica la necesidad de desarrollar la capacidad de razonamiento lógico, del mundo de las emociones, el desarrollo del carácter y de todas las facultades del educando para adaptarse a las nuevas situaciones (SEP, 2016, p. 28) mediante un proceso de aprendizaje que retoma la mirada constructivista y socioconstructivista (SEP, 2016, p. 30)

Busca desarrollar 10 rasgos del perfil de egreso que se describen en presente y que se lograrán mediante tres componentes curriculares: i) aprendizajes claves, ii) desarrollo personal y social y iii) autonomía curricular, mismos que lo articulan de manera horizontal y gradual a todo lo largo de la educación básica. 
Define el aprendizaje clave como el conjunto de contenidos, prácticas, habilidades y valores fundamentales que contribuyen al crecimiento de la dimensión intelectual del estudiante y que se desarrollan específicamente en la escuela, posibilitan el proyecto de vida, y disminuye el riesgo de que la persona quede excluida socialmente. p. 65. 

Los componentes del currículo para el caso de ed. básica son: competencias para la vida (los 4 pilares de la UNESCO), los rasgos del perfil de egreso en presente y dirigidos al estudiante, los propósitos, ejes, temas, el enfoque didáctico de la asignatura, la dosificación en actividades, o bien indicadores que señalan lo que se debe aprender, sin sujeto que los ejecute, son sustantivos o bien frases en infinitivo, no hay sujeto.  En el caso de media superior se redefinen las competencias genéricas y desaparecen las disciplinares, dejando ejes, contenidos y componentes en temas como sustantivos. 

El presente ensayo parte de la pregunta: ¿cómo se puede evaluar la pertinencia e idoneidad de una propuesta de modelo educativo para que realmente logre los resultados de aprendizaje que requiere la complejidad del siglo XXI? A lo que se responde con la siguiente tesis: “Mediante la observación del sistema educativo original que emerge en la relación educando-educador que se construye en un contexto glocal (global y local al mismo tiempo) que establece las bases filosóficas, legales, normativas, administrativas, pedagógicas, teórico-metodológicas desde la complejidad que implica el contexto y las condiciones actuales, pero sobre todo identificando los errores que se han cometido previamente para evitarlos y así mejorar la calidad educativa que se pretende alcanzar".

Para hacerlo comenzaremos por definir qué es la educación, cómo se organiza, quién participa, cuál es el contexto actual y cómo se puede lograr que con el nuevo modelo educativo se responda a las demandas y necesidades que se enfrentan en el siglo XXI y a la crisis educativa nacional actual que se deriva, y que es cada vez más aguda en el país.  

Cabe señalar que la primera parte parecería que está desligada de la idea central de este ensayo, la de evaluar el modelo educativo propuesto para mejorarlo desde la práctica docente, sin embargo es necesario partir de una conceptualización clara sobre qué es educar y cómo se lleva a cabo está acción para introducirnos en el tema, de ahi que comencemos por el origen de la misma.  Esto porque existe una especie de "amnesia colectiva", que impide observar el fenómeno educativo en toda su complejidad. 

¿Qué es la educación y cómo se organiza? 

Desde una perspectiva histórica la educación se define como la acción de transmitir los conocimientos, creencias, tradiciones y costumbres de una generación a las siguientes para garantizar la continuidad de una sociedad determinada a través del tiempo (Larroyo, 1981). Esta conceptualización determina lo que debe ser transmitido en un momento dado, por lo tanto, se modifica cultura a cultura, sociedad a sociedad. En esta visión, el centro del debate es cómo debe ser para responder a esa coyuntura específica. Sin embargo, existe también otra perspectiva de la educación que es ahistórica y que implica identificar el patrón que se repite independientemente de la cronología o momento en el que se encuentre para determinar qué es y cómo se genera. 

Tomando en cuenta lo anterior, y desde la complejidad, la educación ahistórica se construye a partir de la respuesta a la pregunta: ¿cómo se organiza la educación? ¿Cuál es el principio organizador, su “arché"(1)? Esto conlleva a visualizar las partes o elementos que la configuran reconociendo que desde un inicio existen dos componentes o actores que se relacionan para generarla: la madre-hija/hijo que desde el nacimiento se articulan en una diada que establece una interacción que al principio es de dependencia pero que busca continuamente la autonomía, y en donde la primera enseña y la/el segundo aprende, una está más experimentada y el otro lo está menos (Vygotsky 1995), existe un educador y un educando como lo señalaba Freire (1981). 

El acto de maternar, la acción de procrear una hija o hijo que crece dentro de una madre con la cual establece un nexo total de inicio, impacta directamente el desarrollo neurológico de los niños y niñas a lo largo de la vida a partir de que se establece una relación sincrónica entre ambos, implica una capacidad: "la sincronía". Este último concepto se define como la dinámica mediante la cual los sistemas hormonales, fisiológicos y de comportamiento son intercambiados entre madres e hijos durante el contacto social a través de la experiencia diaria. En este contacto ambos se ajustan a ciertos gestos y claves que permiten la construcción de los nexos en una diada de transacciones que sirve para regular el afecto a corto plazo y en el establecimiento de las relaciones sociales a la larga así como la identidad del sujeto que aprende. El "yo soy", emerge de la diferenciación inicial con "ella es, no soy parte de ella". 

La sincronía implica la posibilidad de responder a las necesidades básicas que se generan en un contexto ambiental, social y cultural determinado, a saber: frío/calor, hambre/sed, salud/enfermedad, comodidad, modo de vida, afecto, cariño y amor; aspectos que se identifican en un educando desde la perspectiva del educador, y que deberán ser satisfechas en tiempo y forma, cuándo lo necesita y cómo lo necesita con la intención de que sobreviva y salga adelante en su contexto. Esto conlleva a observar al sujeto recién nacido y a actuar conforme a él o ella lo requiere (Cirruli, Berry y Aleva 2003, Shir, Handler, Feldman, 2011, Feldman, 2014). 

Esta relación se produce a partir de la síntesis de oxitocina y de vasopresina que antiguamente se consideraban como las hormonas que posibilitan el parto en la madre, sin embargo, hoy se identifica que actúan también como neuropéptidos, como neurotransmisores que se producen en la corteza cerebral de ambos, tanto en la madre como en el hijo / a, pero además en los cuidadores primarios, por ejemplo, los hombres que los cuidan directamente. Estas sustancias generan un circuito neurológico que es sensible a la experiencia, se modifica por ella, e incluso se presenta de manera diferenciada en las madres, ya que algunas responden mejor que otras; es decir, que al activar ciertas partes de su cerebro saben detectar qué necesita el educando, cuándo y cómo, mientras que otras que son más intrusivas y lo hacen cuando el niño o niña ni siquiera lo han pedido utilizan otras partes de la corteza cerebral, no identificando así la necesidad de sus vástagos (Eyal, Hendler, Shapira, Yaniv, Orna y Feldman, 2012).  

Bien lo decían Dunbar y Shultz (2007): la evolución del cerebro humano no se genera por la competencia tecnológica y sensorial que implica la construcción de conocimientos, herramientas, la invención y la innovación en el ambiente, sino más bien porque desarrollan sociedades complejas que los obligan a interactuar desarrollando cerebros más grandes, es decir, el énfasis de la evolución del cerebro humano está en las relaciones entre iguales (humano-humano), son estas las que dispararon su desarrollo evolutivo. 

Esta relación sincrónica inicial entre madre-padre/hijo-hija, fue reconocida por Rousseau en el "Emilio" en 1762, y constituye el primer sistema educativo, el original, mismo que guarda relación con un contexto, es decir, un entorno social y cultural que le da forma a ese sistema, ya que es a partir del mismo que se atiende y responde a los vástagos. Así en un lugar más frío que otro, la acción y el cuidado serán distintos; pero además se responde también a las diferencias individuales, puesto que lo que cada niño o niña necesita no es igual, algunos son más exigentes que otros, o tienen problemas de salud, etcétera. En otras palabras, la sincronía se identifica en dos vías: la primera como respuesta a la relación que se establece entre ambos, y la segunda como reacción al contexto en el que se encuentra la diada: educando-educador (Frade, 2016). 

Este sistema: educador-educando recibe su forma del contexto en el que se encuentran, este último no forma parte del mismo, ya que cuando se modifica la localización, el sistema se modifica. Así, si una madre-padre/hijo-hija se cambia de lugar y pasan de un ambiente natural a otro, sus cuidados no son los iguales, por ejemplo, de la selva al desierto. Esta primera relación: sistema/contexto establece las bases para que la educación se lleve a cabo, es decir, que esta no se origina por el contenido a educar (la respuesta al contexto), el qué se enseña-aprende, sino más bien por la relación que se establece entre ambos, esto es lo que la posibilita, por lo que posteriormente detecta el contenido a educar. 

Tomando en cuenta lo anterior, la educación no inicia por el contenido a educar, emerge de manera posterior a la relación, de manera que en el sistema educativo: educador-educando, cada uno desempeña un papel: el primero enseña, el segundo aprende. El primero establece una meta a lograr mediante una intervención, misma que está determinada por el contexto que se enfrenta por sus condiciones. El segundo responde y se apropia del contenido a aprender, y emite un resultado que se logra por la acción de ambos. Sin embargo, al relacionarse el educador también aprende puesto que modifica sus propias experiencias, contenidos e incluso formas de hacer las cosas (Freire, 1981, Frade, 2016). 

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