El Sexto

En el sencillo templo de San Blas, muy cercano a la Plaza de Armas, hay reliquias arqueológicas e históricas de gran valor. Por ejemplo, la combinación entre la arquitectura inca y colonial; la nave principal del templo, con un portentoso Altar Mayor, tallado en cedro y cubierto de láminas de oro; los crucifijos y estatuas de chachacoma, una madera negruzca y muy dura; uno de los primeros órganos musicales, cuyas melodías habrían deleitado los oídos de miles de creyentes de antaño; su selectiva catacumba, donde solo se han enterrado los curas de élite; las pinturas coloniales, llenas de colorido, con figuras de la historia europea e imágenes nativas (rostros, plantas y animales); etcétera. Pero, ninguno de estos tesoros se compara a su púlpito: una obra de arte incomparable, hecho de cedro, magistralmente tallado.

- ¿Quién lo hizo?- fue una pregunta que le hicimos a Raúl, un guía de primera línea que nos acompañó en el primer día del tours.

- Se atribuía a Juan Tomas Tuyro Túpaq, un escultor cusqueño pero ahora se duda de ello porque ha surgido un mito, el de Esteban de Orcasitas.

- ¡A ver, cuéntanos!

- Voy a leerles este texto, que pertenece al libro de “Tradiciones cusqueñas”, de Ángel Carreño.

- ¡Sí!, ¡sí!

- “Muchos aducen que fue obra del más famoso tallista y ensamblador quechua Juan Tomás Tuyro Tupaq, coetáneo y protegido de Mollinedo y Angulo, quien le encargó la ejecución de numerosas obras; pudo también ser obra de otros artistas contemporáneos de Mollinedo como Martín de Torres, Diego Martínez de Oviedo que hizo el monumental Altar Mayor de la Compañía de Jesús, o el franciscano Luis Montes que hizo el coro de San Francisco; la tradición oral tiene su versión recogida por Ángel Carreño que en los manuscritos de sus “Tradiciones cusqueñas” tenía consignado el nombre de Esteban Orcasitas como el autor del púlpito (…). de acuerdo a esa versión tradicional fue un tallador leproso de Huamanga (Ayacucho), que en cierta ocasión tuvo en sus sueños la revelación de la “Santísima Virgen del Buen Suceso” quien le dijo que si quería curarse de su

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