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La Esclava Del Diablo


Enviado por   •  15 de Mayo de 2012  •  1.505 Palabras (7 Páginas)  •  582 Visitas

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LA ESCLAVA DEL DIABLO

Hace muchos años, en un pueblo llamado Ayuujk vivía una familia, cuyos integrantes era el Señor José, la señora María y su hija Soledad, ésta familia era muy devota, ya que cada domingo asistían a la Iglesia a escuchar la misa, incluso cada evento que se hacía en la comunidad, la familia de Don José representaba todas las festividades de la iglesia, en el festejo del santo patrono del pueblo.

Un día Soledad ya no quiso ir más misa, y tomó de costumbre quedarse en su casa cada domingo y aunque sus papás le llamaban la atención, ella no hacía caso, llegaba al grado de ignorar a sus padres. Cuando los papás de ella iban a la misa, ella se quedaba en su casa, a lavar, limpiar y cocinar para cuando regresaran sus padres, ése domingo la familia cenó a las 8:00 pm, una vez que terminaron de cenar, los señores se fueron a descansar ya que al día siguiente tenían muchos pendientes que sacar, Soledad se quedó un rato más en la cocina, se quedó pensativa por un buen rato, no se sentía muy bien físicamente, sin embargo no le comentó nada a sus padres, después de estar meditando tantas cosas se fue a sus cuarto, se acostó aunque no conciliaba el sueño, tenía tantos sentimientos encontrados y no sabía la razón de su ansiedad…Sin darse cuenta veinte minutos después se quedó profundamente dormida…

Al día siguiente como las 6:00 am cuando despertó estaba en el monte con la ropa raída, descalza y muy pálida, al darse cuenta se espantó, no sabía que pensar, no sabía qué hacer, de manera impulsiva se dirigió a su casa, al darse cuenta la señora María le preguntó a su hija que le había pasado, a lo que Soledad le respondió: - Ayer me acosté como a las diez, pero no me daba sueño, de ahí ya no sentí cuando me quedé dormida y hoy desperté en el monte, no séqué pasó, pero tengo miedo mamá.

Doña María le contestó:- Mijita eso no puede ser posible, seguramente te levantaste de sonámbula por eso no te diste cuenta, lo que tienes que hacer ahora es bañarte y cambiarte porque te ves muy mal, y todo por no haberte acostado temprano, ¡anda ve a bañarte que hay muchas cosas que hacer! El tiempo es oro y no espera a nadie. – Si mamá ya voy.

Pasaron los días y Soledad no se daba cuenta que todos las noches algo la llamaba, una voz le decía: Soledaaaad… Soledaaaaaad ven a mí, ella seguía la voz de manera inconsciente, salía a media noche cuando los búhos cantaban terroríficamente, cuando la neblina cubría las calles, en medio de la nada, bajo la penumbra de la noche hasta llegar al lugar de los muertos, el panteón era su punto final, amanecía todas las madrugadas ahí, a veces sin ropa pero llegaba a su casa antes de que sus padres lo notaran.

Transcurrieron los días, las semanas y los meses, dejó de comer, sufrió una palidez intensa, su piel estaba tan pegado a sus huesos, se veía tan ojerosa, sus ojos marrones y apagados reflejaban un eterno castigo, su dentadura parecía quebrarse tomando un color oscuro, sus cabellos se habían erizado sin explicación, parecía un esqueleto viviente…se notaba tan débil, que su madre no dejó de preocuparse, le preparaba lo que ella le gustaba antes, un caldito de pollo acompañado de un rico cafecito, a pesar de los esfuerzos que hacía su madre ella no tocaba los alimentos.

Al contrario, le decía groserías a su madre, utilizaba las palabras más obscenas que puedan existir, se volvió irreconocible. Cuando no estaba alterada le contaba a su mamá que ella ya no comería lo que los humanos llaman alimento, que ella tenía un amo y ese amo le alimentaba con gusanos, arañas, moscas, cucarachas, sapos y víboras.Su cambio fue tan notorio, tan radical, ya no sabían que hacer sus padres, a quien acudir para mejorar la situación de su hija, ya que ese lugar lo habían usurpado, a diario sentían vivir una gran pesadilla.

Una noche María espió a su hija, siguiéndola hasta el lugar donde amanecía cada madrugada, se dio cuenta que Soledad se comunicaba en otro lenguaje con su supuestamente “amo”, un remolino rodeaba a su hija en forma de serpiente con cuernos muy afilados y unos ojos penetrantes, escalofriantes, los cabellos de Soledad se erizaban más de lo normal, como si tuvieran electricidad, parecía tener epilepsia, la sangre le subía hasta la cabeza, se coagulaba hasta quedar morada,

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