La Prueba Silenciosa Y El Sesgo

LA PRUEBA SILENCIOSA Y EL SESGO

INTRODUCCION

El autor hace referencia a dos fenómenos que se dan de manera conjunta al tratar de analizar los hechos pasados y usar estos para una predicción del futuro. Es decir la ciencia estadística. Aunque la estadística no pretende adivinar el futuro, si busca parametrar los datos recolectados y llegar a conclusiones a partir de estos. Pero ¿qué pasa con aquellos datos, que por alguna razón, no son considerados para el estudio? Siempre van a existir hechos que no llegan a ser considerados o registrados, y por lo tanto dejan de tener influencia en las conclusiones. Estos son considerados por el autor como pruebas silenciosas, porque están presentes, influyeron en los hechos pero no pueden ser considerados por no haber evidencia de su existencia. Aunque se conoce que están allí, las pruebas silenciosas son categóricamente dejadas de lado y nos llevan a caer en el segundo fenómeno descrito por el autor; el sesgo.

El sesgo es definido por la real academia española como oblicuidad o torcimiento de una cosa hacia un lado o en una situación, o en el movimiento. Es decir, las conclusiones o predicciones de la estadística pueden ser llevadas con una tendencia torcida, desviada de la verdad.

ARGUMENTACION

Antes de la lectura del Cisne Negro, no había meditado sobre estos fenómenos, aunque diariamente pasamos por este dilema. A veces en las conversaciones al relatar lo acontecido a un amigo o familiar o al pensar que motivó ciertos hechos, inevitablemente caemos en el error de la prueba silenciosa y el sesgo. Cuando pensamos en las cosas que pasaron y tratamos de explicar lo sucedido, hay muchas cosas que olvidamos para dar paso al sesgo de nuestro parecer. Al escuchar cada versión de las explicaciones, nos sorprendemos de la variedad y singularidad que cada una puede tener. Y si la comparamos con la nuestra; lo más seguro es que todas las demás estén equivocadas. Hay dos factores que debemos considerar para explicar este fenómeno.

En un centro de estudios tuve la oportunidad de llevar el curso de pintura. Nuestro tutor juntó a los alumnos alrededor de unas frutas especialmente arregladas por él; para que los 15 alumnos de la clase lo retrataran. Cada uno buscó su mejor ángulo, enfocó la fruta que más le gustó o simplemente se acomodó en los únicos espacios disponibles en el pequeño salón de clases. 3 horas después, bajo la batuta del tutor, estaba tan concentrado en mi trabajo que ni tuve tiempo de apreciar el retrato de los demás alumnos, que al levantar la mirada quede totalmente perplejo. Había pinturas tan diferentes entre sí que pareciera que estábamos pintando en base a modelos distintos. Si bien las formas eran, más o menos, similares; lo que reflejaba cada pintura era claramente una visión muy distinta de los mismos objetos. Desde las tonalidades de los colores, el efecto de la luz, la textura con que se aplicaba el pastel y el mismo carácter que reflejaba cada pintura me ayudó a entender que cada persona siente, percibe e interpreta los mismos objetos o acciones en su propia visión. Ya sea su formación, sus conocimientos, su técnica, su estado de ánimo, su posición ante un hecho o sus intereses; cada persona va concibiendo los hechos de una manera única. Entonces ¿cómo podremos saber que lo que leemos

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