ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Agonia para paiano


Enviado por   •  23 de Agosto de 2023  •  Trabajos  •  2.498 Palabras (10 Páginas)  •  31 Visitas

Página 1 de 10

“Agonía para piano”

Chopin, solo se escuchaba su melancólico sonido en el piano bajo una densa lluvia que estoy seguro enloquecería a cualquiera, al verlo decaído y triste pensé que el público se retiraría antes de que terminase el concierto que estaba dando en Varsovia, su natal Polonia, al fijarme por aquella rejilla que daba a la sala principal del conservatorio noté que su cansancio era más el más grande del mundo, todos los años en que había vivido se estaban suscitando en ese concierto, en un momento me pasó por la mente que sería el último que ofrecía, pero no quise creerlo, de pronto volteó su mirada hacia mí y me quedé paralizado, nunca había visto una mirada llena de soledad, Chopin no tenía a nadie, sus papás se habían muerto cuando tenía 17 años, de cualquier forma me contaba que no había diferencia alguna en que sus padres hubiesen muerto porque nunca estuvieron con él.

Tan pronto como llegó la noche y la gente se empezó a retirar, la luna daba su mayor apogeo y estaba presente en la velada bajo un ligero sonido de nocturno, Chopin salió por la puerta trasera, le pregunté cual fue el motivo de que haya salido por allí y me respondió que no quería que nadie se diera cuanta de su estado emocional, no me equivoqué al haberlo descrito con aquellas palabras.

Me contó que el dueño no le pagó bien por el concierto que había dado, es por eso que estaba molesto, y sí, escuché al terminar que la gente reflejaba a ya no volver a apreciar uno de los conciertos de Chopin, pero no decidí decirle.

Caminábamos por una amplia vereda que daba a algún lugar de la ciudad, no sabíamos hacia donde solo la luz de los faroles se hacían presentes y se reflejaba hacia nosotros, no se escuchaba ningún ruido, la apatía del silencio era un buen ejemplo de la soledad de Chopin, las calles mojadas por la lluvia que había terminado de cesar y las gotas de los techos caían hacia nosotros, pero él ni siquiera se percataba de eso, estaba mirando hacia la luna, y me dijo que era la mejor que había visto en años, el cálido resplandor hacía visible el lugar.

Seguimos caminamos por varias horas sin saber a donde, Chopin recordando todos sus años de vida y yo pensando en aquel recuerdo diestro de cuando lo conocí y nos hicimos amigos, fue en una fiesta en donde yo interpretaba una pieza en violín de Paganini, se acercó a mí y me dijo que interpretaba muy bien ese instrumento, conversamos un poco de música y de pronto lo llamaron para que interpretara una de sus brillantes obras, se sentó en el pequeño banco e interpretó Polonesa “Heroica”, simplemente no podía creerlo, tocaba tan bien el piano que mis oídos no distinguían los distintos cambios de tiempo entre una partitura y otra, el público se deleitó y al finalizar le aplaudieron mucho, estaba muy asombrado y le dije que era el mejor pianista que podía haber dado Polonia, solamente se rió, esa noche fue inolvidable y es donde conoció a una mujer que pronto se encargó de robarle todo lo que tenía, es por eso que estuvo muchos años tan solo, en el olvido, la gente no se acordaba que todavía vivía el gran músico de Polonia, Chopin no se daba cuanta de que debería salir del lugar donde estuviera y seguir componiendo sus maravillosas obras para piano porque en ninguna parte de Polonia y mucho menos de Europa se hacía escucha su música, Sabía que no era sencillo olvidar a una mujer que había amado tanto, pero ella no sentía eso, sino solo se fijó en su posición, su fama y sobre todo su dinero, pero a Chopin lo que menos le importaba era eso, el dinero, la causa por el cual todos los hombres se dirigen y aprecian con una mirada llena de ambición que se convierten en una manada de lobos hambrientos.

Estoy seguro que Chopin la recordaba a ella y su niñez, cuando su padre no lo dejaba ser pianista.

Interrumpí pronto mis pensamientos al ver que el cielo pronto se nublaba de nuevo, pasó de ser un azul crepúsculo a ser un azul marino, tapaba los rayos de luna, pero volteé a  ver a Chopin y noté que a él ni siquiera le importaba si se nublaba o no, creo que  podía pasar la lluvia ahí, solo, en medio de la carretera dispuesto a que la lluvia lo golpease como si estuviera enojada con él, y Chopin dispuesto a aceptarlo se inmovilizaría con tal que ésta lo ayudara a olvidar todo su pasado y empezar una vida nueva. El vacío se apoderaba de sus más profundos pensamientos, así que tomé la iniciativa y le dije que corriéramos porque la lluvia llegaría muy pronto, solo me miró, pero no expresó nada.

Creo que la interfaz de luna nos ayudó a encontrar lugar para pasar la noche, era una vieja posada, aún la recuerdo bien, era de tipo neoclásico, su fachada y sus pilares tiznados aún me apreciaban ver el blanco puro de su argamasa y algunas figuras talladas allí, me parecían admirar algunos ángeles, entramos corriendo porque la lluvia había empezado y no sabía que tanto iba a durar, pagamos la estancia y pronto nos fuimos a dormir.

Chopin al llegar se acostó rápidamente queriendo olvidar la noche, y al despertar de nuevo se le borrara todo. Yo me quedé aún lado de la ventana y observaba como una pobre madre cargaba a su hijo, un niño de tan solo 3 años, creo yo así, los miré muy triste porque sólo se refugiaban en un techo pequeño de una casa, el frío y el hambre eran su único desahogo, pero no podía hacer nada para reprimirlo, recordé pronto la niñez de Chopin como me la había platicado un día, el día en que no entró a su casa porque se quedó escuchando un concierto cerca de su escuela, al volver su padre le cerró las puertas y pasó allí la noche, en la calle. Con una sonrisa entre mis labios pensé que ese niño que protegía la madre seguro sería una gran persona como Chopin, pero sin  el final que Chopin estaba teniendo ahora, y lo digo así porque eso era, un final que él estaba dispuesto a someterse.  

Cerré las cortinas y al momento de irme a acostar escuché como una velada se suscitaba en la vieja posada, pero no era como cualquiera, con vino, licor y el dislate de una noche, sino se escuchaba un sólido estruendo de piano, eso no me agradó mucho porque Chopin huía tan siquiera una vez en su vida de aquel instrumento que le había dado su existencia entera y que en ese momento se hacía escuchar. Terminaba pieza tras pieza y Chopin seguía fingiendo dormir, lo noté porque en un instante abrió uno de sus ojos e hizo un gesto de inquietud, pero lo que realmente lo hizo levantar fue al escuchar a las personas ahí presentes que hablaban mal de él y de su concierto que había dado. “sencillamente Chopin ha muerto para la comunidad entera porque se ve sin ganas de vivir” eso es lo que replicaban, en ese instante preferí sucumbirnos en la lluvia de afuera junto con la señora y su niño que estar escuchando lo que ellos decían, Chopin bajó su mirada y se sintió molesto, se sintió humillado, se sintió abatido, así que le dije que no hiciera caso a tales comentarios, pero no escuchó y volvió a acostarse, ya no pudo dormir, la madrugada cada vez  se alejaba y la mañana pronto se adelantaba y así con ella poder marcharnos.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (14 Kb) pdf (68 Kb) docx (12 Kb)
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com