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Caso de locomotoras a vapor de Baldwin

En un mundo donde los avances tecnológicos son cada vez más frecuentes y más profundos, las empresas tienen que adaptarse sin no quieren desaparecer. Lo estamos viviendo con el crecimiento notable del comercio electrónico frente al comercio tradicional. Las empresas que se nieguen a aprovechar las posibilidades de Internet o tarden en ponerse a ello podrían no tener mucho futuro, dependiendo del sector.

Sobre el asunto de la adaptación empresarial al cambio, existe un ejemplo, el caso de las locomotoras de vapor Baldwin. Esta empresa era la principal constructora de locomotoras de vapor de EEUU, y vivió su edad de oro entre finales del siglo 19 y la Primera Guerra Mundial.

A partir de los años 20, empezó a aparecer la tecnología Diesel en la industria, pero mientras su principal competidor, ALCO, invirtió en I+D para cubrir la eventualidad de un cambio tecnológico, Baldwin se dedicó a mejorar la tecnología del vapor, llegando a anunciar su gerente que los avances en esta última asegurarían el liderazgo del motor de vapor hasta al menos 1980. Cuando se quisieron dar cuenta de su error llegó la Gran Depresión, y la empresa fue declarada en bancarrota en 1935. Consiguió salir adelante unos años más, pero había acumulado demasiado retraso sobre sus competidores. Sobrevivió varias décadas más, pero entre 1940 y 1949 el mercado de las locomotoras de vapor paso del 30% a 0, y a mediados de los años 1950, como no conseguían vender sus modelos Diesel, tuvieron que dejar de producir locomotoras. Además, la tecnología había vuelto a evolucionar con la aparición de los trenes eléctricos.

La adaptación no es solo tecnológica, el emprendedor tiene que ser consciente de que se tiene que adaptar a la demanda de su mercado e innovar. Es necesario escuchar al cliente y vigilar lo que hace la competencia, para no quedar obsoleto.

Caso de la bombilla o foco incandescente

Seguramente todos conocemos la bombilla o foco incandescente y es muy posible que tengamos algunos en nuestra casa.

Pues bien, se ha determinado que el foco o bombilla incandescente no es eficiente en el uso de energía, pues mucho de la misma se pierde en calor, mientras que la luz que emana es menor.

Las nuevas tecnologías permiten la utilización de focos de bajo consumo, o común mente conocidos como focos ahorradores, de luz blanca y con poca creación de calor.

También existe la iluminación mediante leds, que es una de las tecnologías más modernas de iluminación y más eficientes conocidas hasta el momento.

El creador de la bombilla incandescente o foco, Thomas Alva Edison, jamás hubiera imaginado que su invento de 1879 tendría los días contados en la actualidad, sin embargo dado el genio del mismo seguro que ya hubiera creado muchas

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