El liderazgo y la gestión del cambio en conversación con la gerencia integral de procesos

El liderazgo y la gestión del cambio en conversación con la gerencia integral de procesos

Karen Buitrago

Introducción

Drucker (2005) asegura que el éxito en la economía del conocimiento llega a quienes se conocen a sí mismos; sus fortalezas, sus valores y cómo se desempeñan mejor. Para este autor, el manejo personal, o ser nuestros propios CEOS, es una herramienta indispensable para alcanzar una vida laboral productiva. Para ello Drucker (2005) plantea que es necesario cultivar una cultura y dinámica de retroalimentación (o feedback) constante donde se identifiquen las fortalezas, cualidades, el nivel de desempeño y el resto de elementos que contribuyen al proceso de aprendizaje de cada persona. Sobre este último recurso (feedback) se menciona que su origen data en el siglo XIV y se le atribuye a un teólogo alemán cuyo nombre es desconocido. Y que, practicado constantemente, se puede comprender el comportamiento, regular y encaminarlo hacia una mejor toma de decisiones oportunas y adecuadas para cada persona y contexto. Frente a lo anterior resulta conveniente rescatar la apreciación de Canabal y Margalef (2017) sobre la retroalimentación como instrumento clave para el aprendizaje. En tal marco la retroalimentación cumple la función esencial de apoyo y soporte para el aprendizaje, no tanto en su visión de "feedback" exclusivamente sino desde la perspectiva de "feedforward". Es decir, no sólo para revisar asunto ya finalizado, detectar y corregir errores o señalar aciertos sino para orientar, apoyar y estimular al sujeto en su aprendizaje posterior. Otros referentes obligados para contribuir a nutrir el debate en torno al feedback como recurso indispensable para el desarrollo del individuo sería las de Hattie y Timperley (2007), quienes consideran que la retroalimentación tiene una influencia muy poderosa para el aprendizaje, a pesar de que las investigaciones realizadas no siempre muestran evidencias sobre su impacto. 

Una vez sugerido un panorama, que, aunque superficial, resulta rentable y beneficioso para la comprensión del macrotema que este ensayo se propone, es posible entonces trasladarnos hacia la aplicación del feedback como una técnica esencial dentro del mecanismo del liderazgo y cómo esta, finalmente, impacta positivamente en la gerencia integral de procesos. Es decir, que este texto tiene por fin último intentar dar respuesta al interrogante de: ¿Cómo el feedback en manos de un líder ayuda a la gestión empresarial y, específicamente, a la gestión integral de procesos? En un ejercicio de contribución y participación activa al sector organizacional, aportando soluciones al debate sobre la búsqueda de soluciones asertivas y el aminoramiento de brechas e insuficiencias entre la relación jefe-subordinado. Esta necesidad de integración participativa, más que una aspiración, constituye una responsabilidad que el líder debe asumir como aporte y retribución a su bonanza económica. Es por ello que se requiere de un liderazgo visionario, valiente y comprometido con el bien común.

El liderazgo y la gerencia

El liderazgo es una característica que se debe desarrollar en los perfiles de las personas que dirigen un proyecto, organización o empresa es un aspecto que le brinda la capacidad de asumir decisiones lo más acertadas posibles para el cumplimiento de objetivos buscando una articulación armónica de los integrantes y las herramientas disponibles direccionando los recursos para la eficiencia. En el Arte de la Guerra, libro insignia de la cultura china que ha estado durante siglos entre los dirigentes de las culturas de oriente y occidente, Sun Tzu reúne en el libro es una compilación de situaciones que llevan al lector a equipararlas con el ámbito que trabaje. En él se expresan elementos que son necesarios tener presentes a la hora de tomar decisiones como el entorno, los recursos, los aliados, las oportunidades, debilidades, las experiencias puestas en un contexto de batalla pero que le indican al lector una filosofía de guerra que busca un bienestar colectivo, una optimización de recursos una articulación de labores encaminadas a una victoria colectiva. Pues es necesario que quien comanda las tropas en dicho caso se situé cómo un engranaje más que optimiza la maquinaria que compone todo un sistema, sin olvidar lo esencial de su labor que es la determinación en las decisiones que a lo largo buscan una victoria, a diferencia del resto de integrantes o labores, un líder se encarga de guiar el desempeño de las demás labores.

En la guerra es el general el encargado de liderar tropas, y si el ignora las condiciones en las que se va a trabajar y las capacidades de sus tropas esta condenado a un inevitable fracaso, la clave en la relación entre el líder y grupo sucede cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes se crea una satisfacción reciprocar.

Si el liderazgo se basa en desiciónes justas le permite al general o nuestro caso al líder ganar la confianza en sus tropas y voluntad para direccionarlos, de lo contrario la tirania creara rebeldía y desconfianza y carecimiento de disciplina, perjudicial para el orden y para afrontar situaciones de equipo en nuestro caso, de una organización.Dentro de esta perspectiva, el liderazgo, como fenómeno fundamental, busca corregir fallas en los procesos de gestión gerencial (Barradas, 2013). La modernidad ha exigido el perfeccionamiento en las competencias de los líderes Gerenciales para poder desarrollar habilidades sociales que permitan un mejor desempeño y convivencia dentro de las Organizaciones. Pero, en primera instancia, sería prudente arrojar una definición de líder aprobada universalmente para trabajar sobre ella. Drucker (2015) define “Un líder eficaz no es alguien a quien se le quiera o admire. Es alguien cuyos seguidores hacen lo que es debido. La popularidad no es liderazgo. Los resultados si lo son”. “El liderazgo no es rango, privilegios, ni títulos o dinero: es responsabilidad”. De un líder, en el ámbito gerencial, se espera que sea capaz de despertar, motivar e impulsar el potencial de sí mismo y sus trabajadores para ponerlos a disposición de la marcha laboral. “Fomenta la responsabilidad, el espíritu de equipo, el desarrollo personal y, especialmente, es el artesano de la creación de un espíritu de pertenencia que une a los colaboradores para decidir las medidas a tomar” (Arranz, 2016). Dentro de esta perspectiva, estos gerentes líderes visionarios incorporan el impacto en la naturaleza de las mejoras operativas, ya que entienden el vínculo entre los procesos de negocio y sus impactos sociales. Su compromiso es entonces dejar un legado; actúan con compasión, humildad y tienen una extraordinaria capacidad para perdonar y se sienten cómodos ante la incertidumbre y la soledad. Los motiva la necesidad de servir desinteresadamente al mundo.

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