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Las Dimensiones Financieras Del Empresario


Enviado por   •  22 de Octubre de 2011  •  3.094 Palabras (13 Páginas)  •  1.254 Visitas

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Las dimensiones financieras del empresario.

En una participación anterior se menciono la importancia de que el empresario genere una mentalidad estratégica, que como un cerebro, cuenta con dos hemisferios: la mentalidad competitiva y la mentalidad financiera. Ampliando los conceptos diremos que

Las dimensiones financieras se basan en dos principios fundamentales:

1. La empresa y el propietario tienen personalidades distintas.

2. En la actividad empresarial se debe evaluar el costo de oportunidad.

Con respecto al primer principio observamos que el empresario pasa por alto comprender que su persona y la del negocio o empresa son distintos, son entes separados, por lo que sus recursos deben ser claramente identificados para evitar el uso inadecuado de los mismos. El empresario representa una fuente de financiamiento para la empresa, de el obtiene recursos a través de su aportación, junto con otras fuentes ajenas. La empresa es una opción de inversión para el propietario. Es una alternativa para colocar sus recursos en espera de una ganancia “aceptable”. Reitero aceptable, no cualquiera.

Quien recibe un financiamiento debe pagar por este, lo que llamamos “costo de capital” o costo del financiamiento. Si el banco le cobra a la empresa por recibir un crédito un interés interpretado en tasa, debido a que es una fuente de fondeo, la empresa también debe pagarle al propietario un costo de financiamiento. Y ya entrados en determinar de cuento debe ser este, utilizaríamos una pregunta ¿Quién arriesga mas, el banco al otorgar el crédito, o el propietario al invertir en la empresa?. Recordemos, “a mayor riesgo, mayor rendimiento”.

Cuando el empresario invierte en el banco, espera una tasa de rendimiento. Cuando el empresario invierte en un instrumento financiero, espera una tasa de rendimiento, por lo tanto, cuando el empresario invierte en su empresa, debe esperar una tasa de rendimiento. Lo que para la empresa es Costo de capital o costo de financiamiento, para el empresario es su tasa de rendimiento. El rendimiento que es la ganancia obtenida en dinero y su interpretación y comparación se realiza en términos de porcentaje sobre la inversión realizada que comúnmente se interpreta en términos anuales. A esta tasa de rendimiento se le llama “Tasa de rentabilidad mínima aceptable” o TREMA. La TREMA se convierte en una meta de ganancia la cual se compara con la rentabilidad obtenida o esperada de la empresa. Ahora bien la primera TREMA mínima debe ser es el costo de oportunidad del recurso a invertir. Por ejemplo, si el inversionista tiene su dinero en una cuenta bancaria que le da el 2% anual y lo retira para realizar otra operación, su costo de oportunidad es ese 2%. Ahora bien si la operación a realizar le genera una tasa mayor el costo de oportunidad será compensado. Si la opción de inversión le da menos de 2%, el beneficio a obtener será menor al costo de oportunidad. Se debe pues identificar la manera de calcular la TREMA.

Con relación al segundo principio el “costo de oportunidad”, que ya fue abordado en el párrafo anterior, se refiere al beneficio que se deja de obtener, al elegir una opción, desechando otras alternativas. En términos de negocio, al usar el capital, el tiempo, el conocimiento, en una opción de inversión, por ejemplo, una tienda de abarrotes, se sacrifican los ingresos o las ganancias que se obtendrían por no abrir una panadería. Sin embargo, usualmente el empresario no cuantifica el costo de oportunidad en su actividad lo que genera el origen de los principales problemas financieros.

Para comprender el costo de oportunidad y por ende las dimensiones financieras del empresario analicemos un caso típico de una persona que instala su negocio en su domicilio. “Doña Mari”, tiene en su casa una tienda de abarrotes, que ella misma atiende y que surtió aprovechando ahorros de ella y su esposo derivados de años de esfuerzo y sacrificios, estimando que la inversión en mobiliario, productos y adaptaciones fue de $45,000. El local está habilitado en la cochera de su casa, usa su refrigerador para guardar productos como leche y crema. Ella prácticamente está disponible de manera permanente para atender adecuadamente a los clientes. Ahora, supongamos que Doña Mari obtiene mensualmente un promedio de $4,300 de ganancia, lo cual le parece muy bueno ya que como dice ella misma “quien se los da por estar en su casa”. Sin embargo, ¿realmente la ganancia que obtiene compensa los roles que desempeña en su negocio? Para responder a la pregunta anterior debemos identificar los roles o las dimensiones.

1. La primera dimensión de todo empresario es la de inversionista. Un inversionista es aquel que coloca recursos (capital) en una opción de negocio o financiera buscando la generación de una ganancia (rendimiento). El empresario debe desarrollar un perfil de inversionista, con la finalidad de pueda medir y evaluar la conveniencia de sus inversiones con el fin de elegir aquellas que le prometan una compensación justa. En el caso de las empresas el inversionista es por supuesto el dueño o socio quien arriesga su dinero esperando la obtención de dicha ganancia. Ahora bien, se comento al inicio de este trabajo que el empresario busca un beneficio y asume riesgos. Una regla de oro de las finanzas indica que “A mayor riesgo, mayor rendimiento”. Asume un riesgo mayor quien decide poner una fábrica de muebles, que quien opta por poner una mueblería. La primera debe hacer inversiones fuertes en capacidad de producción, en insumos o materias primas y en recursos humanos. La segunda requerirá de un espacio de exhibición y almacenaje y personal de atención a clientes que exigen menos recursos.

Por lo tanto el empresario debe tener la capacidad de medir tanto el riesgo de su empresa, como el rendimiento que compense el nivel de riesgo asumido.

2. El segundo rol es el de “empleado”, (en el caso de que labore dentro de la empresa) por el que tiene que recibir una remuneración económica llamada salario, la que debe ser similar a la que pagaría la empresa a cualquier empleado que se contratara para realizar las funciones que él desempeña. En muchas ocasiones los propietarios de estas empresas trabajan sin devengar formalmente un sueldo, utilizando espacios de su casa para ahorrarse una renta y utilizando mano de obra familiar -como los hijos- que les abaratan costos, entre otros factores que no provocan salidas de dinero. Estos factores debería ser considerados al momento de evaluar si se esta ganando realmente o no, ya que son recursos -que aunque no monetarios- representan un costo de oportunidad. El que el hijo trabaje con su Padre le quita la oportunidad de obtener ingresos en otro trabajo.

3. El tercer

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