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Ética Amador


Enviado por   •  24 de Julio de 2011  •  Monografías  •  5.002 Palabras (21 Páginas)  •  2.457 Visitas

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Introducción

Ética para Amador es un ensayo como el que me hubiera gustado que mi propio padre me escribiera. O bien, como el que hubiera querido que el padre de mis hijos o yo misma pudiésemos haber escrito para ellos, como legado o herencia.

¡Qué bueno que Savater lo escribió! Espero que mis hijos algún día lo lean, lo piensen y lo cuestionen.

Fernando Fernández-Savater Martín, filósofo contemporáneo, activista, novelista y autor dramático que destaca en el campo del ensayo y el artículo periodístico, habla a través de este libro a su hijo adolescente, Amador, de aspectos importantes y trascendentes para la vida. El tema fundamental es la ética para la vida, cualquier cosa que esto sea para cada quien.

Invita a su hijo a ser crítico y libre pensador. Siento que como a cualquier padre o madre que trata de explicar las dificultades de la vida, al menos a mí me pasó, no sabe cómo y utiliza su habilidad para escribir. Es así que se comunica con su hijo adolescente y de paso nos regala este sencillo y ameno tratado de ética.

Habla de la ética como una forma de llevar una vida más o menos aconsejable. El libro maneja dos temas fundamentales: la libertad y la buena vida. Todo va encaminado a vivir lo mejor posible. Enfatiza la diferencia que existe entre el hombre, que puede razonar, y el resto de seres que habitan este mundo. Estos últimos solo son guiados por su naturaleza, obedecen y siguen sus instintos. La facultad de razonar otorga al hombre la libertad y con ella la responsabilidad sobre sus actos. Entonces, ¿cómo distinguir entre lo que está “bien” y lo que esta “mal”?

En el texto, Savater anima constantemente a su hijo para que haga lo que quiera. El requisito es que necesita pensar en las consecuencias, solo por aquello de no llegar al arrepentimiento. Pensar bien en lo que significa para él, “la buena vida”.

Puede ser que una “buena vida” requiera actuar de buena fe, considerando a los demás como personas iguales a nosotros o bien vivir sin que nos importe lo que les pase a los demás. Podemos vivir “la buena vida” atesorando cosas materiales que nos pueden dar felicidad momentánea pero ésta no será una felicidad duradera. Las cosas no pueden generar sentimientos como la amistad, la ternura, el aprecio, la compañía.

Habla de manera muy especial de la imbecilidad. Define al imbécil como una persona que requiere un bastón para caminar. No se refiere a lo físico, que además es admirable, sino a la necesidad de cosas externas. Para no caer en su definición de imbécil, se requiere conciencia. Define la conciencia como el saber que no todo da igual, conciencia también es fijarnos en lo que hacemos y no evadir la responsabilidad de ser libres.

Se refiere a los placeres como aquello que nos proporciona felicidad y satisfacción. Su planteamiento consiste en que todos los placeres de la vida son buenos. El abuso es en este caso, lo que empobrece la “buena vida”.

Necesitamos ser conscientes de que algunos placeres nos convienen y otros no. La obsesión por determinado placer acaba convirtiéndose en un vicio que nos aísla y dificulta nuestras relaciones con los demás.

Toca también el tema de las prohibiciones. Existen personas que son fervientes partidarias de prohibir. Sin embargo los resultados que se observan y que experimentamos ante la prohibición es la conducta contraria. Basta prohibir algo para que surja el deseo de hacer aquello que se prohíbe, aunque solo sea por rebeldía. Además es bien sabido que se llega a realizar lo prohibido con toda mala fe. De tal manera que, ya que gozamos de libertad, lo mejor será saber usarla con responsabilidad.

Algo que deja muy claro en su libro es que la ética solo sirve para nosotros mismos. Es el arte de elegir lo que más nos conviene en el afán de vivir “la buena vida”, es decir, vivir lo mejor posible. Aclara que la ética en política, desde su punto de vista, es organizar lo mejor posible la convivencia social. En lo político lo que cuenta es el resultado de las acciones individuales para la colectividad. Nadie puede llevar una “buena vida” en una sociedad injusta.

Savater se dirige a Amador en un próogo y nueve capítulos hablándole sobre temas como las ordenes, las costumbres, los caprichos, hacer lo que quieras, darte la buena vida, despertar, sobre las culpas, el remordimiento, la empatía y la política. Agrega un apéndice en el que habla del nuevo milenio y de que Amador ya tiene 25 años.

El texto esta aderezado con historias, cuentos, metáforas, todo con un tono alegre, desenfadado y muy elocuente que seguramente resulta atractivo para los adolescentes y fresco para los adultos. Personalmente me resulto un verdadero regalo leerlo.

Desarrollo.

Estudiar algún tema o ciencia puede ser un simple interés personal de saber cosas nuevas, también puede ser una necesidad de aprender habilidades o destrezas que utilicemos para desarrollar un trabajo remunerado o simplemente para resolver necesidades o problemas de la vida cotidiana. Algo que es imprescindible conocer es que algunas cosas nos convienen y otras no. Es así que aquello que nos conviene, solemos calificarlo como “bueno” y “malo” a lo que no nos gusta. Distinguir entre bueno y malo es algo que todos queremos conocer. Sobre todo porque no siempre es tan clara la diferencia. Si hablamos de lo bueno o malo en las relaciones humanas, la distinción se vuelve más complicada. Lo que es bueno para uno puede ser malo para otros, depende mucho de creencias, estilo de vida y valores aprendidos, incluso del estado de ánimo y aun de la situación que se trate.

En esta primera parte Savater marca de una manera muy clara la diferencia que existe entre el hombre y otras especies. Los animales, afirma, están programados biológicamente para actuar según su especie. Los animales no califican sus acciones de buenas o malas, simplemente porque carecen de conciencia. Los animales carecen también de voluntad y de libertad, personalmente dudo que en todos los casos sea así. Hay animales que prueban sin lugar a duda que tienen voluntad y por supuesto libertad. Es el hombre quien limita estas al someterlos o domesticarlos. Me atrevería a comentar que al igual que el hombre, aun teniendo conciencia, si es sometido por otros de su misma especie, pierde su libertad y su voluntad.

Pero volviendo al texto de Savater, él afirma que los animales no tienen más opciones que ser tal como son. De alguna manera también el hombre está programado para ciertas cosas, como la satisfacción de las necesidades biológicas o la reproducción.

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