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Resumen De Psicoanalisis


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2012  •  1.659 Palabras (7 Páginas)  •  584 Visitas

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PAICOANÁLISIS Y MEDICINA (1966) Intervenciones y Textos

Reunión convocada por el Colegio de Medicina.

Decide abordar el lugar del psicoanálisis en la medicina. Actualmente, este lugar es:

Marginal: debido a la posición de la medicina respecto al psicoanálisis, comparable a la de los psicólogos y a la de otros asistentes terapéuticos.

Extraterritorial: por obra de los psicoanalistas quines tienen sus razones para querer conservar esta extraterritorialidad.

Quisiera hoy considerar ese lugar del psicoanálisis en la medicina desde el punto de vista del médico y del rapidísimo cambio que se está produciendo en lo que llamaría la función del médico y en su personaje, ya que este es también un elemento importante de su función.

La práctica de la medicina nunca dejó de tener un importante acompañamiento doctrinario.

Al considerar la historia de la medicina a través de las épocas, el gran médico, el médico tipo, era un hombre de prestigio y autoridad.

El paso de la medicina al plano de la ciencia, e incluso al hecho de que la exigencia experimental haya sido inducida en la medicina, no es algo que cuente por sí solo, el equilibrio está en otro lado.

La medicina entró en su fase científica en tanto surgió un mundo que exige los condicionamientos necesarios en la vida de todos en la medida que la presencia de la ciencia incluye a todos en sus efectos.

En la medida en que las exigencias sociales están condicionadas por la aparición de un hombre que sirve a las condiciones de un mundo científico, dotado de nuevos poderes de investigación y de búsqueda, el médico se encuentra enfrentado con problemas nuevos, ya no tiene nada de privilegiado en la jerarquía de ese equipo de científicos diversamente especializados en las diferentes ramas científicas. Desde el exterior de su función.

La colaboración médica será considerada bienvenida para programar las operaciones necesarias para mantener el funcionamiento de tal o cual aparato del organismo humano en condiciones determinadas, pero después de todo ¿Qué tiene que ver todo esto con lo que llamaremos la posición tradicional del médico?

El médico es requerido en la función de científico fisiologista. ¿Dónde está el límite en que el médico debe actuar y a qué debe responder? A algo que se llama demanda. Este desarrollo científico inaugura y pone cada vez más en primer plano ese nuevo derecho del hombre a la salud. Es en el registro del modo de respuesta a la demanda del enfermo donde está la posibilidad de supervivencia de la posición propiamente médica.

Responder que el enfermo viene a pedirnos la cura no es responder. Existe fuera del campo algo que permanece constante y todo médico sabe muy bien de que se trata.

Cuando el enfermo es remitido al médico no digan que espera de él pura y simplemente la curación. Coloca al médico ante la prueba de sacarlo de su condición de enfermo, lo que es totalmente diferente, pues esto puede implicar que él esté totalmente atado a la idea de conservarla. Viene a veces a demandarnos que lo autentifiquemos como enfermo; en muchos otros casos viene, de la manera más manifiesta, para demandarles que lo preserven en su enfermedad.

La significación de la demanda es la dimensión donde se ejerce hablando estrictamente la función médica y para introducir la estructura de la falla que existe entre la demanda y el deseo.

No es necesario ser psicoanalista, ni siquiera médico, para saber que cuando cualquiera, nuestro mejor amigo, sea hombre o mujer, nos pide algo, esto no es para nada idéntico, e incluso a veces es diametralmente opuesto a aquello que desea.

El cuerpo no se caracteriza simplemente por la dimensión de la extensión: un cuerpo es algo que está hecho para gozar de sí mismo. La dimensión del goce está excluida completamente de lo que llamé la relación epistemo – somática. La ciencia no es incapaz de saber qué puede, pero al igual que el sujeto que engendra, no puede saber qué quiere.

Por qué no hablar también de la mirada que ahora es omnipresente, bajo la forma de los aparatos que ven por nosotros en los mismos lugares: o sea algo que no es un ojo y que aísla la mirada como presente.

¿Preguntamos más bien en qué concierne esto a lo que existe, a saber, nuestros cuerpos? Voces, miradas que se pasean, se trata verdaderamente de algo que sale de los cuerpos, pero son curiosas prolongaciones que en un primer aspecto incluso en un segundo o en un tercero, solo tienen poca relación con lo que yo llamo la dimensión del goce. Es importante ubicarla como polo opuesto.

Pero, cual será la posición del médico para definir estos efectos respecto a los cuales hasta aquí mostró una audacia alimentada sobre todo de pretextos.

La dimensión ética es aquella que se extiende en la dirección del goce.

Tenemos 2 puntos de referencia:

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