Anorexia en varones (Factores de riesgo)

TAL: Anorexia en varones (Factores de riesgo)

Los trastornos alimenticios son un tema de gran interés, tanto los especialistas como para el público en general, pues se trata de una particularidad clínica que perturba a propios y ajenos: ¿Cómo se puede comprender una patología que parece generarse desde la voluntad y que, sin aparente control, se consolida en alteraciones mentales, como orgánicas?

Aunque la anorexia y la bulimia son trastornos alimenticios conocidos como propios de las de las mujeres, la anorexia masculina es más común de lo que se puede pensar; los estudios sobre este problema tienden a sobrestimarse, ya que trastornos como la anorexia y la bulimia tienden a adjudicarse particularmente a la población femenina, pero los pocos estudios sobre el tema, apuntan que hasta una cuarta parte de la población con este trastorno puede desarrollarse en varones (GC., 1998), incluso los médicos pueden ser un tanto escépticos con el problema en varones, ya que se confunde el exceso de ejercicio y la exageración de cuidado en las comidas, con pasión o afición a la imagen corporal, pero de una manera sana. Debido a esto, se requiere más de dos visitas al médico para poder diagnosticar el trastorno en los varones.

Ahora bien, es propio definir a la anorexia y a la bulimia como Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y suponen alteraciones en los comportamientos con la comida que repercuten sobre la salud de quienes lo padecen (Armas, 2007). Son un estilo de vida, una decisión de “como ser”, una posición que ocupan muchos jóvenes en la actualidad, ya no es un problema de género, poco a poco y con ayuda de los “nuevos” modelos físicos ha ido revolucionando en un problema unisex.

El incremento actual de los trastornos de la conducta alimentaria se considera reflejo de al menos dos factores socioculturales: la ambigüedad en la identidad de los sexos, cuyo cambio está generando una gran confusión de roles, y la competitividad social y su correspondencia en una imagen física y psíquica "perfecta" (Calvo, 2002).

Como ya se menciono, ambos sexos tienen limitada libertad de expresión, por el mandato de la “moda imperante”, las cualidades humanas han enmudecido ante las exigencias dictadas por la apariencia; las relaciones están impregnadas de comparaciones continuas con el aspecto o los rendimientos del otro y más que el alimento de una relación interpersonal positiva, lo que produce son sensaciones de soledad y vacío.

Los medios de comunicación se visten de mensajes focalizados en la apariencia y ausencia de valores humanos, la sociedad camina al compas de estos cambios destinados al encuentro de individuos sin identidad personal. Esta característica, asociada a muchas otras, incrementa los sentimientos de inseguridad del sujeto, de carencia en el ser (Pundik, 2003). Con el paso del tiempo se experimenta un claro incremento de anuncios de varones en la prensa diaria, revistas ilustradas, televisión, carteles urbanos, internet, etc., relacionados con la pérdida de peso, con estar en forma y con la apariencia sexual atractiva. El impacto multisensorial refuerza el mensaje, especialmente en varones predestinados a los trastornos alimenticios y, actualmente, ya son muchos los que en tales circunstancias siguen los dictados del mensaje (Pundik, 2003). Y esta publicidad no sólo actúa impactando directamente sobre cada adolescente con quien entra en contacto, sino también a través del medio social, es decir, de las personas que comparten la influencia publicitaria. Los estudios sugieren que la presión comparativa social hacia la delgadez fomenta la insatisfacción corporal. Este ambiente repleto de imágenes corporales ideales capta la atención del varón adolescente y supone un factor de riesgo de los trastornos de la conducta alimentaria.

En forma que los medios van influenciando a la sociedad, los menos propensos a la influencia quedan fuera de la “moda imperante” y entonces son molestados con agresiones físicas y verbales, incluyendo la humillación y la discriminación por una imagen corporal que no va con los estratos de belleza que la sociedad se ha adueñado; hacemos referencia a varones que han recibido comentarios negativos o burlas respecto a su cuerpo, estás críticas también pueden ir enfocadas al rendimiento del varón en alguna práctica deportiva específica. Además de comentarios negativos referentes al sobrepeso, pueden recibir críticas acerca de alguna parte concreta de su cuerpo que podría mejorar o cambiar, desarrollando en ellos una preocupación excesiva en torno a su imagen corporal para ser aceptado. Estos varones rechazan su cuerpo porque no corresponde al que la sociedad presenta como ideal. (Calvo, 2002).

Ya que se hizo referencia al deporte, los deportistas constituyen

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