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Análisis De La Película Cenizas Del Paraiso


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2013  •  2.139 Palabras (9 Páginas)  •  4.658 Visitas

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Articulación y Análisis de la película “Cenizas del paraíso”

Reseña.

Dos muertes inician esta historia. La primera es la del Juez Costa Makantasis, que muere al caer desde la terraza del Palacio de Justicia. La segunda es la de Ana Muro, una joven de 22 años cuyo cadáver, atravesado por quince puñaladas, es encontrado esa misma noche en la casa del Juez. Cada uno de los tres hijos del Juez se acusa a sí mismo de ser el único autor del crimen de la muchacha. Una jueza, la doctora Teller, será la encargada de resolver el caso, de desarmar la trama de los hermanos Makantasis, y de descubrir las conexiones entre ambas muertes. Nicolás, Pablo y Alejandro Makantasis, que batallan por demostrarse culpables, conocen, cada uno, piezas distintas de la trama del asesinato.

Para comenzar podríamos indicar que la HISTERIA representa el paradigma de la neurosis y su estudio permite comprender las vicisitudes que atraviesa un sujeto desde su posición sexuada a su posición deseante. La defensa de la neurosis es la represión.

Por otro lado, podemos señalar que dos instancias decisivas en la subjetivación: el complejo de Edipo y el complejo de castración conforman el núcleo de la estructura neurótica.

Pensamos que Ana Muro (una joven de 22 años cuyo cadáver, atravesado por quince puñaladas, es encontrado una noche en la casa de un juez), tiene una estructura psíquica neurótica.

Todas las funciones del Yo se ejecutan desde la estructura narcisista conflictiva, una de las sedes de la lucha Eros-Muerte. El Yo se ve conmovido en todo su sistema por el posicionamiento identificatorio que termina siendo la identidad de género, pero también por otra crisis tanto objetal como narcisista: deberá abandonar el amor pulsional infantil dirigido prevalentemente al progenitor del sexo opuesto y la agresividad competitiva destinada hacia el progenitor del mismo sexo, tendencias que definen al complejo de Edipo directo o heterosexual. El deseo sexual incestuoso y el deseo de asesinar. Estas tareas tampoco serán asumidas con tramitación suficiente por el futuro neurótico.

Inferimos que Ana tendría fijaciones en la etapa oral 1 (etapa de sostén) y en la fase fálico genital. Al hablar de fijaciones nos remitimos a momentos de su vida infantil con una fuerte carga afectiva que no han podido ser reelaborados, por ejemplo la partida de su madre.

Ana cuenta la historia de la separación de sus padres: -ahí estaba parada, con esos anteojos espejados que odiaba… Para después contar que la madre se va…. En un intento fallido de resignificación, podría aludir a la falta de la mirada que en la actualidad crearía una búsqueda permanente de ser el centro de atención y de seducir continuamente, como una manera que encontró el yo debilitado, de significar el abandono vivido y de protegerse de futuras pérdidas. Sin embargo, el yo del histérico, vive los sucesos de forma de “todo o nada”, o se preocupa por mi continuamente, y me llama o no me quiere o no existo para el otro. O soy la más linda e interesante, o no soy nadie.

Por otro lado, una de las vías para tramitar el complejo de Edipo está guiada por la envidia del pene. Se trata de una actitud de envidia en el sentido de rivalidad, que culmina en lo que Freud designa “complejo de masculinidad”. Este complejo de masculinidad remite, a su vez, a una doble actitud:

a) Por una parte, renegación de la castración: “yo lo tengo”. Se trata del intento de negar los sentimientos de carencia y de inferioridad derivados del complejo de castración, a través de la falidización del cuerpo. Así, la histérica intenta ser el falo, como el varón histérico trata de demostrar que lo tiene. A través del narcisismo la histérica intenta negar su falta de pene, convirtiéndose ella misma en un pene; su cuerpo se convertirá en el representante de un pene. De ahí el recurso a todos aquellos elementos – vestidos, maquillajes, etc. – que

realzan la teatralidad, el exhibicionismo y la seducción . De esta manera la histérica intenta devenir promesa de completud.

b) Por otra parte, rivalidad con quien no está castrado: “ya que no lo tengo, lo

tomaré”. Este complejo de masculinidad, consecuencia de la no aceptación y del rechazo de la castración, puede desembocar en la elección de un objeto homosexual y en una actitud de insolencia y competitividad con el varón.

Entendemos que Ana, utiliza su cuerpo (el representante de un pene) de manera seductora con los hombres de la familia Makantasis, por otro lado se puede observar en Ana una actitud insolente y competitiva ,en la escena donde le pide a Nicolás que le enseñe a bailar la danza griega y ante esto recibe la negativa por parte de los varones de la familia Makantasis diciendo “que solo es un baile para hombres”, no satisfecha con esta respuesta, en otra de las escenas se puede ver a Ana ensayando el mismo baile.

Deducimos además que Ana no ha podido tener la tramitación suficiente en cuanto a su deseo sexual incestuoso, teniendo dificultades en su posicionamiento identificatorio, donde en la trama de la película se muestra una madre ausente, y un padre ocupado que se vincula con ella posiblemente, desde una triangulación Edípica, es decir, eligiendo a su mejor amiga, como objeto de amor y despertando en Ana, sus heridas narcisistas arcaicas. Las heridas narcisistas arcaicas son características de la histeria:

“La fijación oral arrastra también una herida arcaica en el Yo, la que se ve agravada o quizás reactivada, cuando debe afrontar a la castración como consumada, en la mujer”.

Si pensáramos en la historia infantil de Ana, podríamos dar cuenta de los roles que sus padres cumplieron en su crianza, en la formación de su identidad y en cuanto a las identificaciones, valores y representaciones. Sin embargo, hacemos alusión a una escena que la protagonista relata en el trascurso de la película, cuando habla de su madre:

Alejandro, su novio, le pregunta por sus miedos:

- Ana: A las cucarachas, a las ratas, a los reptiles…

- Alejandro: Ana, miedos de verdad!

- Ana: Mi papá estaba al lado de mi cama, esperando que me despertara y me dijo que mi mamá se iba y que tenía que elegir con quien quería vivir. Ella estaba parada en la puerta con esos anteojos de espejo que yo odiaba. Parecía apurada, yo abracé a papá, creo que para despedirme

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