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Bullying Desde Tres Enfoques Diferentes


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  10.272 Palabras (42 Páginas)  •  598 Visitas

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Academia

La agresividad escolar o

bullying: una mirada desde

tres enfoques psicológicos

The school bullying – A view from three psychological approaches

Recibido: 28 de febrero del 2011

RESUMEN

Esta investigación busca aproximarse a las causas psicosociales

del bullying o acoso escolar a través de una

investigación cualitativa abordada desde los principios

epistemológicos del enfoque psicoanalítico, experimental

y humanista. En el ámbito nacional, al menos uno de cada

tres estudiantes ha sido víctima de agresiones, cuyo patrón

conductual se compone de un desequilibrio de poder, la

reiteración de la agresión y la intencionalidad de dañar

al otro. Estos aspectos pueden explicarse por efecto del

aprendizaje (observación e imitación), como el resultado

de una carga instintiva, y a partir de estímulos y vivencias

específicas desencadenantes de la conducta agresiva, con

base en una experiencia existencial sin sentido, o como

efecto de la crisis social que afecta a las familias. En síntesis,

el bullying es un problema real y estructural, que a la fecha

perturba la salud y convivencia comunitaria, al originarse

en un sistema de relaciones a menudo disfuncionales, mediatizadas

por factores ambientales, orgánicos, ideológicos

y familiares, en los que el lenguaje agresivo actúa como

mediador comunicacional entre pares.

Palabras clave: agresividad, bullying, hostigamiento, intimidación,

psicología, psicología social.

Cómo citar este artículo: Andrade, José A.; Bonilla, Leidy L. y Valencia, Zully M. (2011),

“La agresividad escolar o bullying: una mirada desde tres enfoques psicológicos”, en

Revista Pensando Psicología, vol. 7, núm. 12, pp. 139-154.

José A. Andrade*

Leidy L. Bonilla**

Zully M. Valencia***

Aprobado: 14 de marzo del 2011

ABS TRA CT

This research seeks to show psychosocial reasons of bullying

through a qualitative research based on epistemological

principles of a psychoanalytic, experimental and human

approach. At national level at least one of three students

has been a victim by a behavioral pattern of a power

imbalance, a repeated aggression and a purpose to harm

others. These issues may be explained by the learning effect

(observation and imitation) as a result of an instinctive

burden and also from specific experiences and stimuli,

triggering an aggressive behavior based on a meaningless

existential experience or effect by social crisis that impact

families. In short bullying currently is a real and structural

problem affecting community health and life by arising

often a dysfunctional relationship system mediated by

environmental, organizational, ideological and family

factors where an aggressive discourse mediates the communication

among peers.

Keywords: school aggression, bullying, peer harassment,

intimidation, psychology, social psychology.

*

Psicólogo Clínico de la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador. Especialista en

Gestión de Proyectos de Desarrollo de la Universidad la Gran Colombia, Colombia.

Docente Investigador de la Universidad de San Buenaventura, convenio con Universidad

San Martín, sede Armenia, 2011. Correo electrónico: 911psicologia@gmail.com

**

Estudiante de séptimo semestre del programa de Psicología en convenio entre la

Universidad de San Buenaventura (USB), sede Medellín y la Fundación Universitaria San

Martín (FUSM), Armenia. Correo electrónico: leidybon61272@hotmail.com

***

Estudiante de séptimo semestre del programa de Psicología en convenio entre la

Universidad de San Buenaventura (USB), sede Medellín y la Fundación Universitaria San

Martín (FUSM), Armenia. Correo electrónico: zumiva@hotmail.com

Academia José A. Andrade - Leidy L. Bonilla - Zully M. Valencia

Introducción

El problema del bullying o acoso escolar se

caracterizó hasta hace poco, aun cuando ha

estado presente históricamente en las relaciones

entre educandos, tanto al interior de las escuelas,

como por fuera de ellas; de acuerdo con esto, “el

interés social y mediático en este tema se explica

porque afecta a todos los implicados (agresores,

víctimas u observadores), además de que tiene

efectos en la autoestima y el proyecto de vida de

cada uno de los perjudicados” (Figueroa, 2010,

p. 7). La falta de recursos para contenerlo y

prevenirlo ha hecho del bullying una actividad a

menudo “oculta”, evadida, tolerada o silenciada

en muchas instituciones, factor que “motiva y

refuerza” en los agresores la continuidad de sus

ataques, tanto en estos espacios, como en otros

territorios de socialización y encuentro. Ha

generado estudios, reflexiones o reacciones en el

ámbito académico y en las instancias ofi ciales,

los cuales están caracterizados por tener una

escasa trascendencia y dificultades en la articulación

de programas preventivos y propuestas de

intervención eficaces. En general, las investigaciones

encaminan sus esfuerzos a la comprensión,

análisis y generación de estrategias para

prevenir, contener o interrumpir esta actividad

en las instituciones educativas, factor que es

apuntalado a razón de “la consistencia de los

resultados de las investigaciones en cuanto a las

consecuencias negativas sobre la salud y bienestar

emocional de aquellos y aquellas que son

repetidamente blanco de agresiones por parte

de sus propios compañeros y compañeras de

colegio” (Paredes et al., 2008, p. 2).

Muchos de los actos violentos entre niños

pueden incluirse dentro de las características

referidas al “acoso escolar”, y son frecuentemente

considerados como parte de la experiencia

e integración de los menores en los colegios,

llegando a normalizar la violencia entre

pares. En consecuencia, las manifestaciones

agresivas pueden ser explicadas por los padres

de familia como una lección anticipada de lavida, una muestra de masculinidad, territorialidad

o integración a los grupos, por lo que el

niño tendría que aprender a resistir, defenderse,

hacerse respetar o, incluso, devolver un golpe,

para sentir que participa del proceso de socialización

secundaria, ingresando rápidamente a

dinámicas conflictivas de connotación violenta

(Martiña, 2007): “La socialización es el proceso

a través del cual una determinada sociedad

u orden social logra pervivir y reproducirse,

transmitiendo a los nuevos miembros aquellas

normas y principios necesarios para la continuidad

del sistema” (Baró, 1988, p. 114). Por

ello, se debe evitar que este comportamiento

se convierta en un elemento estructural de las

relaciones familiares o escolares, puesto que “en

la hostilidad se interceptan distintas esferas de

la vida social, personal, comunitaria y política”

(Melgar, 2010, p. 18).

La agresividad en los niños y niñas es

un problema que afecta los vínculos y redes

sociales, la convivencia normal de las familias,

los grupos de pares y la actividad escolar,

llegando a propiciar en agredidos y agresores

conductas de riesgo para la salud física y mental.

En Colombia, aunque apenas el tema comienza

a ser analizado, ya existen algunos datos; según

la encuesta realizada en el segundo periodo del

2005 con las pruebas Saber del Icfes, el 28%

de los estudiantes de 5º grado dijo haber sidovíctima de bullying en los meses anteriores a

la prueba, el 21% confesó haberlo ejercido y el

51% haber sido testigo. En 9º grado, un 14%

fueron víctimas, un 19% victimarios y un 56%

testigos (“Manoteo en las aulas”, 2006, p. 2). De

acuerdo con lo expuesto, es necesario sensibilizar

y concientizar a la sociedad y a la comunidad

educativa, teniendo en cuenta que “la violencia

es algo inherente al ser humano. Es el juego de

dominar y ser dominado. Esto ha existido desde

siempre” (Clériga, citado en Ruiz García, 2010,

p. 9), pero que “las relaciones sociales […] se

fundan en el amor, es decir, aquellas en las que

el otro surge como legitimo otro en convivencia

con uno” (Maturana, 1991, p. 82).

El acoso escolar fue documentado desde 1973

por el psicólogo noruego Dan Olweus, a partir

de investigaciones con estudiantes víctimas de

Revista de la Facultad de Psicología Universidad Cooperativa de Colombia - Volumen 7, Número 12 / enero-junio 2011

La agresividad escolar o bullying: una mirada desde tres enfoques psicológicos

acoso, amenazas, maltrato, violencia física e

intimidación por parte de sus compañeros. Sin

embargo, en esta última década es que comienza

a tener una mayor trascendencia en Colombia

y en muchos países de Latinoamérica, afectados

a razón de su crecimiento y la relación

proporcional con los confl ictos sociopolíticos

que lo transversalizan. Estudios en México

(sedf y Universidad Intercontinental, 2009)

afirman que el 92% de los estudiantes encuestados

ha sido víctima, testigo o agresor. Otrodato revelador del estudio es que las bromas son

la principal arma entre estudiantes de primaria,

mientras en secundaria la felicidad del compañero

motiva la agresión (Figueroa, 2010, p. 14).

En Latinoamérica, un total de 2.542 escolares

de siete países encuestados han reconocido ser

víctimas a través del celular y Messenger (Del

Río Pérez et al., 2009, p. 315), así, el 12,1% ha

experimentado una forma de cyberbullying. La

realidad de este fenómeno entrama muchas

vertientes causales, y, puesto que lo real según

Bachelard (1987) es lo que debería haberse

pensado y no lo que “podría creerse”, se entiende

que “el conocimiento de lo real es una luz que

siempre proyecta alguna sombra” (Bachelard,

1987, p.17), por lo que una visión teórica desde

las diferentes perspectivas psicológicas puede

esclarecer el origen del comportamiento agresivo,

teniendo en cuenta el impacto social que

genera en el ámbito individual, grupal y familiar.

Contextualización y análisis desde

las escuelas psicológicas

Perspectiva experimental

La psicología, en su búsqueda por adquirir el

estatus científico y consolidarse como una disciplina

diferenciada de otras, encontró un apoyoen el uso del método científico, resolviendo el

estudio de sus problemas a través de experimentos

en el laboratorio (Sáiz, 1992). La psicología

experimental fue desarrollada por Wundt,

quien fundó el primer laboratorio de psicología

en Leipzig en 1879; una de las derivaciones

más importantes de la tendencia experimental

es el conductismo, cuyo representante principal

fue John B. Watson (1961), para quien el objetivo

de la psicología era predecir y controlar la

conducta ( Valera, 2000), a través del esquema

E-R (estímulo-respuesta) o modelo de condicionamiento

clásico. En sus primeros trabajos,

Watson habló de reflejos condicionados, a partir

del trabajo de Pávlov (1927) acerca de la fi siología

y el papel de los estímulos para producir

condicionamiento clásico (Blázquez, 1985),

hallazgo que se convirtió en uno de los pilares

de la teoría psicológica de Watson. Años antes

que Pávlov, Thorndike desarrolló una teoría de

la conducta con base en estudios sobre el aprendizaje.

Para este autor, el organismo en una

situación problemática empieza probando su

repertorio de conductas, hasta que por ensayoy error una conducta tiene éxito casualmente

(Blázquez, 1985).

El conductismo tiene una visión del comportamiento

humano enfocada en el modo en que

los organismos responden ante los estímulos del

ambiente a través de los principios del aprendizaje

(reforzamiento, castigo y extinción). Loanterior conllevó a una posición teórica que

sostiene que el entorno del individuo causa

su comportamiento, aunque Bandura (1977)

consideró que esto era un reduccionismo, pues

sugirió que el ambiente causa el comportamiento

y viceversa, relación que propició el

estudio de la mutua influencia del entorno, la

familia y los grupos en el comportamiento o

conducta individual y colectiva (Kazdin, 2000).

El bullying se basa en una conducta agresiva,

intencionada y perjudicial de un escolar a otro;

es, de manera general, una forma de abuso que

se basa en el escaso autocontrol de un poder

psicosomático, que emerge de forma desproporcionada

puesto que la víctima no es capaz de

defenderse por sí misma, al tiempo que el victimario

no logra contener su agresión. La sumisión

o “debilidad” del agredido se debe, entre

muchos factores, al tamaño (de mayor edad o

al número de agresores), a la fuerza del provocador,

o a la poca resistencia psicológica ante

la presión continua (Li, 2008; Manson, 2008;

Diamanduros, Downs y Jenkins, 2008). Para el

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enfoque conductual, la agresión no es instintiva,de tipo innato, ni tampoco de estímulos especíya

que se adquiere y aprende; así, la actividad ficos desencadenantes de dicha conducta, sino

violenta se instaura en los primeros años de de procesos de aprendizaje (Freud, 1927).

vida, se desarrolla durante la infancia, y es muy Esta teoría subraya la importancia de las

visible en la adolescencia a través del bullying y cogniciones de las personas —sus pensaotras

conductas disociales. El comportamiento mientos, sentimientos, expectativas y valores—

agresivo se aprende durante los primeros años para determinar su personalidad (Feldman,

de vida, pero la agresividad se forma a través 1998), lo que acentúa el valor de los procesos de

de mensajes tangibles y simbólicos, que siste-aprendizaje observacional en el funcionamiento

máticamente llegan de sus cuidadores, del psicológico; en este sentido, para los partida-

medio social y de la cultura. Incluso con esta rios del aprendizaje social, la agresividad forma

explicación, lo que puede quedar claro es que,parte de los diferentes comportamientos que el

aunque la agresividad está constitucionalmente individuo adquiere, y que se conservan y actuadeterminada,

y aunque hay aspectos evolutivos lizan en las relaciones con otros. La adquisición

ligados a la violencia, los factores biológicos no de la agresividad se efectúa por experiencia

son suficientes para poder explicarla, puesto que directa o por observación, por lo que ésta sería

es una forma de interacción aprendida.el más apremiante y factible de los aprendizajes.

Otra explicación (desde la teoría del apren-En este sentido, los mass media influyen en la

dizaje social) es que este fenómeno se produce adquisición de conductas violentas, llevando

debido a un sin número de “modelos” violentos la agresión al plano del cyberbullying a través

que existen en la sociedad, los cuales son obser-de las tic (Tecnologías de la Información y la

vados, retenidos, motivados y reproducidos por Comunicación): “el ciberbullying comparte con

estudiantes, quienes al mostrar dichas conductas el bullying los elementos de desequilibrio de

no fueron penalizados y obtuvieron estatus,poder, reiteración e intencionalidad, y a veces

participación y reconocimiento a través de la puede ser consecuencia o continuación delviolencia; así, un agresor aprende a ser agresivo bullying escolar” (Collell y Escudé, 2008, p. 21).

observando a personas violentas, aceptando Igualmente, el bullying puede explicarse a

la conducta en sí mismo y luego realizándola.través del aprendizaje por la consecución de

Algo muy importante de la teoría de Bandura es las respuestas, el cual se modula en función del

que considera como punto focal del modelado resultado de acciones específicas. En este aprenel

resultado o consecuencia de la práctica de una dizaje, el sujeto elige entre formas de comporta-

conducta; así, si las conductas son reforzadas mientos eficaces que retiene, y formas inefi caces

podrían repetirse, pero si fueran “castigadas”, que desecha. Para hacerlo, debe primero apreprobablemente

disminuirían en frecuencia ciar las consecuencias de su comportamiento,

o uso. De acuerdo con la teoría del aprendi-por lo que si éstas son el castigo, evitará en el

zaje social propuesta por Bandura (1977), la futuro la realización de esa actividad, pero si,

conducta agresiva se adquiere por condiciones por lo contrario, obtiene algún benefi cio, la

de modelamiento y por experiencias directas,respuesta comportamental se verá estimulada

resultando de los efectos positivos y negativos o “reforzada”. Esta postura explicaría la adheque

producen las acciones, mediados por las sión de los espectadores de las agresiones al

cogniciones sobre ellos. Para la teoría del apren-bullying y la búsqueda de aceptación del agresor,

dizaje social, la conducta agresiva puede adqui-al verse estimulado o inhibido por compañeros

rirse por la observación y la imitación de modelos que pueden actuar como reforzadores de las

agresivos y no requiere forzosamente la exis-conductas de acoso, al rechazar, aprobar o incitar

tencia de un estado de frustración previa, ergo, estas conductas. De acuerdo con lo expuesto, se

la agresión no proviene de una pulsión agresiva debe tener en cuenta que el espectador puede

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La agresividad escolar o bullying: una mirada desde tres enfoques psicológicos

reproducir la agresión o, en su defecto, generar

un temor a ser agredido que motive la no-implicación,

el rechazo y la no-defensa de la víctima.

La conducta agresiva, desde un enfoque

cognitivo, es entendida como el resultado de

una inadaptación, a razón de problemas en la

codificación de la información, lo cual propicia

dificultades para pensar y actuar efi cazmente

ante los problemas interpersonales, difi cultando

la elaboración de respuestas creativas. Estos

déficits socio-cognitivos pueden mantener e

incluso aumentar las conductas agresivas, estableciendo

un círculo vicioso difícil de romper.

Para Olweus (1998), el agresor posee un temperamento

agresivo-impulsivo, con defi ciencias

en habilidades sociales para comunicar y negociar

sus deseos; por ello, presenta una falta de

empatía respecto al sentir de la víctima, llegando

a inhibir sus sentimientos de culpa.

La difi cultad para controlar la ira y el aprendizaje

de la hostilidad en la infancia promueven

la interpretación de las relaciones sociales como

fuente de conflicto y agresión, por lo que la

propensión a victimizar a otros en la escuela

anuncia con certeza la conducta antisocial y

violenta del adulto (Rigby, 2003). Una de las

características que identifica al agresor es la

percepción distorsionada de la realidad, al considerar

que su ataque es una defensa ante unaagresión o supuesta provocación de la víctima.

En este sentido, para Albert Ellis (1979) los

problemas psicológicos devienen de patrones de

pensamiento irracional, derivados del sistema

de creencias del individuo, que motivan en

personas agresivas actitudes de enojo, infelicidad,

depresión, temor y ansiedad, a razón de la

sobrevaloración de los eventos emergentes.

Perspectiva psicoanalítica

El psicoanálisis se originó en el ámbito médico

y fue constituido por Sigmund Freud (1896),

médico vienés que tomó aportes de diferentes

autores para el desarrollo de su teoría.

El término se usa para denominar un métodoparticular de psicoterapia (o cura por la palabra),

derivado del procedimiento catártico (catarsis)

de Josef Breuer, y basado en la exploración del

inconsciente con la ayuda de la asociación libre

por parte del paciente, y de la interpretación

por parte del psicoanalista (Roudinesco y Plon,

1998). Entre los autores que aportan a Freud,

se destacan el científico Alemán Ernest von

Brucke, quien acuñó el término de “psicodinámica”

en 1874, a partir del concepto de termodinámica.

Otro de los personajes infl uyentes fue

Jean Martín Charcot, quien motivó en Freud el

estudio de los traumas de origen psicógeno, al

separar lo psicológico de lo estrictamente anatómico,

e introdujo el uso de la hipnosis como

mecanismo de acceso al inconsciente. El psicoanálisis

surgió, ante todo, como un método para

la determinación de las causas de las neurosis y

para la adopción de los medios apropiados para

su curación (Ferrater Mora, 1967, p. 503). En

1895, en colaboración con Breuer, Freud (1895)

pública los estudios sobre la histeria, obra de

gran importancia para el origen y constitución

del psicoanálisis como ciencia. Esta teoría se

interesó en el análisis de los primeros años de

vida del niño, los cuales determinan el ulterior

desarrollo de su personalidad, a través de etapas

psicosexuales influenciadas por la intensidad de

las vivencias tempranas (Brennan, 1999).

El “supuesto fundamental del psicoanálisis

consiste en la afirmación de la existencia

de un inconsciente, al cual son ‘desalojados’ los

complejos psíquicos ‘desagradables’ o ‘irresistibles’,

en virtud de una ‘censura’ que la concienciaejerce” (Ferrater Mora, 1967. Diccionario deFilosofía, p. 503); así, el inconsciente se convierteen su objeto de estudio, al tiempo que la psicoterapia

su método de análisis y curación. En elcaso del bullying, cuando la censura no logra laeliminación completa “mediante la represión” delos complejos/conflictos en el inconsciente, éstosresurgen agresivamente y determinan actos dela vida consciente; son connotados por erroresen el tino social, somatizaciones y motilidadde connotación sádico-oral, equivocaciones enel lenguaje (lapsus linguae), y actos involuntarios-

impulsivos (acting out), que terminan enviolencia, y se constituyen en la simbolización de

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complejos que invaden la conciencia, buscandode lo inferior), las cuales componen la vida

gratificación y reconocimiento. La teoría freu-espiritual del hombre (Kaufmann, 1996). Así,

diana sirvió como foco desde el cual se tejieronla vida psíquica consciente de la persona agrediferentes

movimientos divergentes, cada uno ensiva está formada en gran medida por la tramasu propia dirección particular. Estos incluyen lasde complejos que logran ser desalojados y quetempranas discrepancias teóricas de Jung, quiennuevamente emergen de modo incontrolado.

rechazó la idea de una pulsión eminentementeNo todos los sujetos establecen pautas de

sexual, y Adler, que creó su propio sistema derelación interpersonal de la misma manera,

análisis, conocido como psicología individual.incluso una misma persona reacciona de

A diferencia de Jung y Adler, Anna Freud se manera diferente según las circunstancias que

preocupó más de la dinámica mental que de su la rodean. En el contexto escolar, se generan

estructura, y estuvo especialmente interesada con frecuencia dinámicas de agresión y victien

la función yoica (García de la Hoz, 2000).mización que parecen contribuir a la confor-

Otros cambios a las ideas de Freud provienen de mación de comportamientos intimidantes. Sin

la teoría de las relaciones objetales, movimiento embargo, es importante mencionar que el increque

enfatizó en las relaciones sociales y sus mento de acciones agresivas conlleva una dosis

orígenes en la infancia; según esta teoría, para el (implícita o explícita) de violencia en el planoniño con comportamiento violento el otro es un físico, material y psicológico; esta hostilidad

objeto en el que descarga la agresividad, prove-afecta el orden social y provoca paulatinamente

niente de la frustración acumulada a partir de su desintegración. La violencia en sus diferentes

relaciones disfuncionales con su entorno inme-escenarios dificulta el trabajo mancomunado y

diato. Por lo anterior, el bullying puede consi-subyuga la productividad humana “de bienes,

derarse como una demanda de reconocimiento saberes y servicios”, asociándose a un estado

a través del resurgimiento inadecuado de las de retroceso social. Por ello, todo el tiempo la

pulsiones de “dominio y contrectación”; el fi n sociedad y la cultura propician dispositivos para

de la pulsión de dominio “consiste en dominar contener la fuerza de los instintos “que nos

al objeto por la fuerza, mientras la pulsión de devolverían a la animalidad”, tan peligrosos que

contrectación constituye una especie de pulsión su poder puede ser mayor que el de la razón.

social que nos lleva a contactar los unos con los “Algunos de los mecanismos para contener la

otros” (Alizade, 2002, p. 3).agresividad instintiva son la amistad, las restric-

El psicoanálisis encuentra su punto cumbre ciones sexuales, legales y los preceptos morales

en la metafísica o metapsicología, área del saber e ideales” (Avendaño, 2004, p. 2), aspectos que

en la que no se aborda solamente un método en el niño con tendencia al bullying pasan a uny un medio terapéutico, sino la interpretación segundo plano, a razón del escaso control de los

general de la vida psíquica (Ferrater Mora,impulsos, la precariedad o ausencia de moti1967a.

El ser y el sentido). Esta idea propi-vación familiar y social para integrarlos, y la

ciará una concepción del hombre y de toda rigidez, obligatoriedad o excesos afectivos en el

actividad humana desde la globalización de la sistema de crianza, lo que motivaría una satura-

energía sexual, lo que implicaría que el factor ción inhibitoria del “afecto expresado”.

sexual fuera el elemento predominante de Freud concibe la agresividad humana a partir

toda la vida, la cual se regiría de acuerdo con de comportamientos agresivos contra otros o

la energía desplazada en la actividad diaria a contra sí mismo, cuya connotación violenta

través de la pulsión. La fusión entre lo incons-estaría presente, tanto en individuos normales,

ciente y lo sexual condujo a Freud a interpretar como en neuróticos o personas con otras perturlas

perturbaciones de la vida psíquica, además baciones mentales. En el bullying, las manide

las sublimaciones (represiones y negaciones festaciones agresivas adquieren especifi cidad,

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La agresividad escolar o bullying: una mirada desde tres enfoques psicológicos

de acuerdo con el momento histórico en que

aparecen y la relación con los objetos que

componen el mundo, llegando a afectar el trato

que se tiene consigo mismo, las instituciones, el

núcleo de pares/núcleo social y la familia.

Así, la “pulsión de dominio” es un elemento

que se ubica entre lo somático y lo biológico,

cuya descarga de energía libidinal se dirige hacia

los objetos mentales internos y externos, lo que

conllevaría a la planificación de la agresión

(interno) y a su debida exteriorización (agresión).

Dicha movilización de energía puede ser

violenta cuando la representación de los objetos

de deseo sobre los que se despliega la libido

regresa frustrada por ausencia parcial o total

del objeto, o porque el objeto no cumplió con

lo esperado por el deseo (objeto que se constituye

con base en la sensibilidad, la repulsión o la

aversión). La respuesta agresiva a menudo es, a

modo de impulso crítico, una invitación radical

a modificar un estado o tendencia actitudinal,

por lo que “es innegable que esta conducta […]

revela una disposición al odio y una agresividad,

a las cuales podemos atribuir un carácter

elemental” (Freud, 1914. p. 158).

La agresividad procede de la pulsión tanática

o “impulso a la destrucción” —situado “más

allá del principio del placer” (Ferrater Mora,

1967b. Diccionario de Psicología, p. 503)— en

el que surge el instinto de muerte. La agresión

logra manifestarse externamente como instintode destrucción, lo que propiciaría en los niños

de comportamiento bullying una actividad

ofensiva constante, constituida como requerimiento

pulsional resultado de la necesidad de

la descarga instintiva. Para el psicoanálisis, una

pulsión tiene una fuente de excitación corporal

(estado de tensión), y su fin es suprimir ese

estado de tensión, gracias a la presencia del

objeto (niño victimado) (Ferrater Mora, 1967a.

El ser y el sentido). En El malestar en la cultura,

Freud (1929, p. 30) confiere al hombre una

inherente “[...] pulsión de odiar y aniquilar […]

la tendencia agresiva es una disposición instintiva

innata y autónoma del ser humano [....] queconstituye el mayor obstáculo con que tropieza

la cultura”. Tal derivación hacia el exterior

parece ser primordial para la supervivencia del

individuo y se lleva a cabo a través del sistema

muscular. Lo anterior, sumado a la actividad

motriz propia de la etapa de desarrollo psicosexual

y un ambiente actual o potencialmentedañino (sobreprotector, permeable, disfuncional,

etcétera), aumenta la probabilidad de aparición,

incremento y repetición de la conducta agresiva.

Toda la actividad motora es en la praxis una

actividad social; así, tanto las relaciones entre los

hombres y mujeres con las instituciones, como

la relación entre ellos definen en la cultura los

elementos que explican la manifestación de la

agresividad humana. De acuerdo con lo anterior,

Freud llamó “narcisismo de las pequeñas

diferencias” a aquellas relaciones con la autoridad

y otros que intervienen en el análisis de

las instituciones y sus miembros, lo que repercute

en la relación del hombre con un contexto

social, en el que se produce y reproduce un

sistema vincular inherente al proceso de socialización.

Justamente la sociedad instaura

dispositivos de control social sobre el instinto,

buscando asumir la contención de la fuerza

innata de la agresividad, para lograr controlar

sus manifestaciones más notorias. Sin embargo,

aquellas pulsiones hostiles que se mantienenlatentes en el lenguaje analógico o digital sólopueden ser tramitadas en el plano individual, en

consecuencia, los comportamientos en los que

la rivalidad aumenta entre pares, contra otros u

objetos/instituciones, la diferencia es asumida

como una justificación para la descarga: “el

hombre no es una criatura tierna y necesitada de

amor, que sólo osaría defenderse si se le atacara,

sino, por el contrario, un ser entre cuyas disposiciones

instintivas también debe incluirse una

buena porción de agresividad” (Freud, 1915).

El narcisismo de las pequeñas diferencias

indica que lo diferente es necesario y es tan

importante como los procesos de identifi cación

con el líder que en este caso asumiría condiciones

de agresividad proyectada en un otro,

pues su presencia es el reflejo de lo que no se

desea ser y debe ser destruido; de esta manera,

Revista de la Facultad de Psicología Universidad Cooperativa de Colombia - Volumen 7, Número 12 / enero-junio 2011

Academia

el agresor al anularlo suprime esa parte que no

integra de sí mismo. Por ejemplo, en las comunidades

educativas, de la masa de estudiantes se

denotan liderazgos o especificidades, y cuanto

más grande sea el grupo, más reiterativa será

la necesidad de adherirse a ese narcisismo de

las pequeñas diferencias, indicando que cada

ser se separa de los otros a través del tabú que

su presencia suscita. El adolescente bullyingdemanda integración grupal al mismo tiempo

que exclusión por temor; el tabú es la regla que

se instaura a partir del deseo de no ser “tocado

o retado” por otros que pueden disputar su

poder. En este narcisismo, aunque las personas

presenten similitudes, las diferencias instituyen

particularidades sobre las que se edifi can

los sentimientos de hostilidad propios de los

vínculos humanos. Si bien esta condición es

necesaria para el desarrollo de la identidad, en el

adolescente agresor este narcisismo se agudiza

negativamente hasta el punto de generar actitudes

hostiles y poco empáticas.

La cultura influye para que un niño o niña

desarrolle conductas bullying al actuar como un

elemento represor, que limita la expresión, tanto

de los instintos sexuales, como del principio del

placer. Freud, en El malestar en la cultura (1929,

pp. 34-42) afirma que la cultura puede determinarse

como “[…] la suma de las producciones e

instituciones que distancian nuestra vida de la

de nuestros antecesores animales y que sirven

a dos fines: proteger al hombre contra la naturaleza

y regular las relaciones de los hombres

entre sí”. Por ello, la única posibilidad de integración

social es la aceptación de la autoridad

de las instituciones que la humanidad misma ha

construido, factor que enuncia la importancia

de la familia y la figura materna. En los niños

y niñas cuyo amor hacia la madre no constituye

el primer desplazamiento de la libido del

yo hacia un objeto externo, el afecto que debe

desplazarse positivamente a lo social disminuye

su intensidad erótica y duración en el tiempo,

lo que no permite, o dificulta, contener las

frustraciones del niño. Estas características se

convierten en síntomas agresivos prevalentes

José A. Andrade - Leidy L. Bonilla - Zully M. Valencia

en el comportamiento bullying, tales como:

timidez implosiva, alejamiento de los grupos,

necesidades narcisistas de inclusión, respeto

y pertenencia, respuestas agresivas o ansiosas,

necesidad de dominio y exceso de motricidad/

impulsividad.

Freud (1978) admite la existencia de dos

instintos básicos: uno de vida-erótico llamado

eros, el cual impulsa el progreso, conserva la vida

por más tiempo y estimula el encuentro social,

y otro de muerte o tánatos, cuya fi nalidad es

devolver el organismo al estado inicial inanimado

(principio de nirvana), persiguiendo su

destrucción y aumentando sus riesgos; el correcto

equilibrio de ambas pulsiones llevaría un estado

de adaptación social admisible. Sin embargo, la

exteriorización del tánatos se pone al servicio de

eros, en cuanto destruiría algo exterior y no a sí

mismo, por lo que una explicación al bullyingguarda relación con el hecho de que los niños

y niñas que agreden a sus pares, tras sentirse

amenazados (real o imaginariamente) por su

entorno, reaccionan agresivamente “antes de ser

agredidos”. Ellos tienen una vida interior en la

que se sienten vulnerables e indefensos, por ello

su tendencia defensiva puede validar las “posibles

amenazas” de su entorno inmediato, con

base en una necesidad imperiosa e inconsciente

de ser amados, lo que se traduce como “no ser

rechazados” por los adultos y su núcleo de pares.

Investigaciones afirman que existe una “[…]

poca participación de los profesores, profesoras

y otras personas adultas —como los padres y

las madres— para contrarrestar el problema o

apoyar a la víctima, y éste probablemente es un

factor que ayuda a que el hostigamiento dure

largos períodos de tiempo, en ocasiones años”

(Paredes et al., 2008, p. 311).

Perspectiva humanista

La psicología humanista es una escuela que

nace en Estados Unidos en los años sesenta del

siglo XX, que pone de relieve al hombre como

un ser humano libre, autónomo y responsable, el

cual construye su vida en un constante devenir

en compañía de otros y se caracteriza por estar

Revista de la Facultad de Psicología Universidad Cooperativa de Colombia - Volumen 7, Número 12 / enero-junio 2011

La agresividad escolar o bullying: una mirada desde tres enfoques psicológicos

ubicado existencialmente. Esta corriente sienta

sus bases epistemológicas en el existencialismo

y la fenomenología, teorías que denotan al

ser como el resultado de múltiples y variadas

influencias. La primera hace énfasis en la existencia,

en cómo los seres humanos viven sus

vidas, en la experiencia o ejercicio de renunciar

a la libertad. La segunda es un método privilegiado

para acercarse al hombre, que trata de

descubrir lo que es dado en la experiencia, de

reconsiderar los contenidos de la consciencia

tratando de ver más allá de los prejuicios,

preconcepciones y teorías del observador; en su

propuesta la consciencia siempre tiende a algo,

es esencialmente intencional. Así, un análisis

fenomenológico implica remplazar las interpretaciones

formales por una representación o

descripción de “lo que sucede” naturalmente,

desde la visión particular del que vive una

circunstancia o realidad concreta. Uno de los

principales representantes de esta fi losofía fue

Edmund Husserl (1913).

Los psicólogos humanistas prestan especial

atención a los factores internos de la personalidad

e intentan ayudar a los individuos a propiciar

su propio desarrollo a través de las capacidades

del ser humano. Uno de los principales

representantes del humanismo fue Abraham

Maslow (1916-1970), quien desarrolla una

teoría de la personalidad según el concepto

de autorrealización con base en una jerarquía

motivacional, que determina la realización

exitosa de la conducta para la satisfacción desus necesidades (González, 2003). La psicología

humanista se enfoca en el potencial del

ser humano, ubicándolo en un tiempo y espacio

determinado, por ello el ser es el resultado de

una historia personal, familiar, social y cultural,

única e irrepetible; ergo, se debe evitar el uso de

esquemas o conceptos preestablecidos, a través

de los cuales se pretenda interpretar la conducta

contingente de un colectivo, que en modo alguno

explicaría por antonomasia la del individuo

como ser diferente que recibe y asimila cada

experiencia de una manera típica y personal. Lainteracción humana se presenta defi nitivamente

como paradójica, pues en ella se hace presente la

contradicción individuo-sociedad.

Para la psicología humanista, la persona

con comportamiento bullying es una totalidad,

en la que se interrelacionan factores físicos,

emocionales, ideológicos y espirituales, que lo

conforman integralmente y no como una merasuma de sus partes. Así, la comprensión de la

agresividad humana no asume la agresión como

un problema inherente al individuo, puesto

que el hombre no es una esencia o conjunto de

características que lo definen de una vez y para

siempre (Kierkegaard, 1844). Según Rogers

(1947), el ser y el existir son un continuo fl uir

y cambio, por ello no se debe estigmatizar al

adolescente bullying (agresor) como un individuo

de comportamientos hostiles, sistemáticos

y persistentes orientados a dañar al otro, ya que

éste no siempre será así. Esto no quiere decir que

“el humanismo no renuncia a la verdad, ni por

supuesto a la realidad; pues, sólo pretende que

sean más ricas” (Ferrater Mora, 1967, p. 876).

Desde una visión fenomenológica, el humanismo

busca identificar qué es aquello que está

generando el síntoma (agresividad), tratando de

descifrar el “auténtico bloqueo”, el cual puede

ser emocional; análogamente, la agresividad del

adolescente bullying es el indicador de que algo

no está en orden, es decir, es la manifestación

externa de un conflicto que la persona no logra

expresar abiertamente. Rogers (1947) consideró

que estos conflictos provenían a menudo de la

manera en que la persona se ve y las percepciones

derivadas de esta conceptualización, lo

cual dificulta el hecho de asumirlas como pertenecientes

a sí mismo.

Desde la postura humanista, la agresividad

entre niños y niñas escolarizados puede ser

considerada como una respuesta ante la frustración

que deviene de los diversos procesos

de interacción en el aula o de otros espacios

de socialización. Esta diversidad de lugares de

agresión denota patrones globales de comportamiento,

definidos por presentar una superioridad

física, conductas dominantes, impulsivas,

además de una notable difi cultad para “[…]

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Academia José A. Andrade - Leidy L. Bonilla - Zully M. Valencia

seguir reglas, baja tolerancia a la frustración,

desafiantes ante la autoridad, buena autoestima,

actitud positiva hacia la violencia […] crear

conflictos donde no los hay, no empatizar con el

dolor de la víctima, ni arrepentirse de sus actos”

(Trautmann, 2008, p. 14). Rogers (1947) considera

que las personas que exhiben una adecuadasalud mental no presentan distorsiones mentales

en sus relaciones sociales, ya que su estabilidad

se muestra como una progresión normal de la

vida, connotada por la “fuerza de vida” a la que

llama “la tendencia actualizante”, la cual es defi nida

como una motivación innata presente en

toda forma de vida, cuyo fin es dirigirse al desarrollo

potencial del individuo y no a su destrucción.

Así pues, la tendencia incluye el hecho de

perseguir lo mejor para la existencia, experiencia

que propende al crecimiento y expansión positiva

de uno mismo en relación con otros.

La fenomenología privilegia la intencionalidad

de la conciencia como corolario de actitud

hacia el mundo, por lo que está orientada hacia

las cosas como “conciencia de”. A razón de este

presupuesto teórico, la conciencia no se halla

confi nada en sus propias representaciones, pues

si fuera así, la experiencia no sería más que un

mero reflejo en la conciencia al conocimiento

del mundo real. Lo anterior indica que en el

comportamiento agresivo siempre hay una

intencionalidad destructiva, que se constituye

en un elemento de mediación entre el niño

agresivo y el mundo, sistema que proviene

del conjunto de representaciones inscritas al

lenguaje en el proceso de socialización humano.

El análisis fenomenológico del bullyingimplica remplazar las interpretaciones formales

por una representación o descripción de “lo que

sucede” naturalmente desde la visión particular

del que vive la circunstancia o realidad concreta.

En este sentido, víctimas y victimarios afi rman

que cualquier elemento del lenguaje desata laagresión, y que luego el acto de agredir a otros se

transforma en una necesidad personal, mientras

para el agredido la conducta sumisa se constituye

en el indicador real de su debilidad. Según

Olweus (1998), la “víctima pasiva o sumisa”

muestra reacciones de ansiedad y sumisión, al

tiempo que son débiles físicamente, conservando

una actitud evasiva ante la violencia

o la implementación de métodos violentos,

prefiriendo huir, paralizarse o llorar ante las

agresiones.

Según Rogers, cada persona sabe lo que es

bueno para sí, lo que él llamó “valor organísmico”,

el cual es una tendencia natural que genera unavisión positiva ante situaciones importantes de la

vida tales como el amor, el afecto, la atención, el

sistema de crianza, entre otros. De acuerdo con

lo anterior, la formación (familiar o escolar) de

los niños y niñas bullying influye en la manera

particular como manifiestan su valor organísmico,

ya que la recompensa positiva de sí mismosestá referida al control que pueden ejercer

sobre el entorno, lo cual deriva en problemas de

autoestima, autocontrol, autovalía y una imagen

de sí poco positiva. En consecuencia, si los niños

no interiorizan la importancia del cuidado

positivo de los demás, difícilmente pueden

aproximarse al sentido del cuidado personal.

El comportamiento bullying se ve favorecido

por dos acciones directamente proporcionales:

el poder en aumento del agresor y el creciente

desamparo que siente la víctima, la cual cree

ser merecedora de lo que le sucede, factor que

genera un círculo vicioso cuya dinámica es difícil

de revertir (Avilés Martínez, 2002).

La sociedad parece imponer a estos niñoscondiciones de autovalía que no pueden serresueltas o satisfechas en los escenarios educativos

o familiares, lo cual causa una elevada

frustración, que al no ser socializada o resignifi

cada adecuadamente, en la relación con

otros, se expresa a través de conductas agresivas,

contestatarias o desafiantes. A partir deeste elemento, muchos procesos educativos seconstituyen sobre la ética del “merecimiento”,

aspecto que atenta contra todo desarrolloindividual. Esto ocurre porque el hecho delograr un cuidado positivo sobre “una condición”,

evento al que Rogers llamó “recompensapositiva condicionada”, está determinado porla influencia pedagógica de una sociedad que

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La agresividad escolar o bullying: una mirada desde tres enfoques psicológicos

escasamente valora los intereses reales de los

niños y niñas agresivos, quienes son el correlato

escenificado de los valores organísmicos yla tendencia actualizante del adulto. La granmayoría de ellos, al persistir en su patrón deconducta, caen en otros desajustes sociales,

tales como “[…] vandalismo, mal rendimiento

académico, uso de alcohol, porte dearmas, robos, y de acuerdo con Olweus (1992),

procesos en la justicia por conducta criminalen un 40% a la edad de 24 años” (Olweus yNansel, citados en Trautmann, 2008, p. 15).

A medida que pasa el tiempo, los niños

con comportamiento bullying crean una auto-

valía condicionada por elementos agresivos,

conducta que deben mantener para ganarrespeto (de agredidos y espectadores) y participar

del ámbito social. Por tanto, el concepto

de amor que construyen se da con base en el

mantenimiento de esta conducta, aunque no

se ajuste a los estándares que los participantes

pasivos aplican; así, entre las consecuencias

para los testigos se encuentran el valorar comorespetable la agresión, el desensibilizarse ante

el sufrimiento de otras personas y el reforzar el

individualismo (Olweus, 1993). Para el humanismo,

la incongruencia es el espacio comprendido

entre el self ideal (determinado por labúsqueda de una actualización no-sincronizada

con la sociedad, a través de la prevalencia de

potenciales individuales que se apartan del

sentido positivo inscrito al bienestar común)

y la construcción de un verdadero yo (self),

proceso en el que resulta complejo para el niño

lograr un apropiado nivel de autoestima. Así, a

mayor distancia entre lo que los niños y niñas

esperan de su entorno y lo que la sociedadrepresiva implementa como medida de castigo-

corrección, será mayor la incongruencia, aspecto

visible en la reproducción e identifi cación con

la conducta agresiva de acoso escolar.

La cultura y la sociedad no son intrínsecamente

malas ya que son las personas quieneslas crean en el curso de la actualización de sus

potenciales. La naturaleza social del ser humano

es la piedra angular de su desarrollo; si la cultura

a la que pertenece la persona muere y el proceso

de actualización se corta, de la misma manera la

persona muere con ella. De esto se deduce que

el ser sólo puede ser y desarrollarse en la cultura

y la sociedad humana. Zuleta (1980) considera

que el sistema educativo familiar y escolar constantemente

obstaculiza la vivencia particular del

educando, es decir, la manera como él ve las cosas

espontáneamente, lo que piensa, y a cambio se le

imponen resultados que supuestamente refutan

su propia vivencia y que son y deben ser considerados

como la verdad; así, la educación tal

como está “reprime el pensamiento, así no se lo

proponga. Su acción se reduce a transmitir datos,

saberes, conocimientos, conclusiones o resultados

de procesos que otros pensaron. No enseña

a pensar por sí mismo, a sacar conclusiones

propias” (Zuleta, 1980, p. 2). En cierta medida,

los niños, niñas y adolescentes bullying son el

resultado dinámico de estas variables y errores

educativos, al tiempo que su conducta puede

interpretarse como un intento de romper el

círculo vicioso del estimulo-respuesta, impuesto

a través de la pedagogía emisor (docente)receptor

pasivo (alumno).

A modo de corolario

La violencia entre adolescentes escolares se

define a partir de aquellas conductas agresivas

repetidas y dirigidas a dañar a alguien que no

puede defenderse o salir de la situación confacilidad (Olweus, 1998); la complejidad radica

en el hecho de que en vez de generar mecanismos

alternativos para solucionar el confl icto,

muchos niños, niñas y adolescentes deben

aprender a lidiar (resistir, huir o responder)

con los “matones” por sí mismos (Ross, 2003),

quedando a expensas de sus ataques. Muchos

jóvenes (de instituciones públicas y privadas)

de comportamiento bullying se caracterizan por

presentar dificultades adaptativas que alteran

en gran medida su capacidad para desarrollarse

social y emocionalmente, llegando a utilizar el

comportamiento agresivo como vía principal de

comunicación con sus pares. La agresión escolar

es un problema cada vez más relevante, lo que

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Academia

hace necesaria la identificación de factores

desencadenantes, con el fin de generar planes de

acción y contención frente a esta problemática.

Cuando se habla del comportamiento agresivo,

se hace referencia a una policausalidad, ya que

la agresividad se ve influenciada por diferentes

factores (social, cultural, genético, político,

psicológico y biológico).

Asimismo, el punto de inicio del análisis

psicosocial respecto al bullying “lo constituye

la comprobación de que buena parte del ser

y del hacer humanos, no puede ser adecuadamente

explicada sin acudir a las relaciones del

sujeto con otras personas y grupos, es decir, con

sus raíces sociales” (Baró, 1988, p. 53). Éstas

incluyen acciones tanto destructivas, como

aquellas en las que “ser hombre signifi ca ‘estar -

en - el - mundo’, […] un mundo de valores y de

sentidos que […] son las ‘razones’, que mueven

al hombre a un determinado comportamiento y

acción” (Frankl, 1979, p. 57).

La agresividad y las conductas violentas constituyen

un tema de relevancia social indiscutible.

La violencia ha aparecido en todo el mundo, en

todas las culturas, épocas y estratos sociales, “en

diferentes lugares y momentos históricos, las

prácticas discriminatorias y las prácticas excluyentes

se dan en un continuum y los usos de laviolencia jerárquica y excluyente pueden coincidir,

intercalarse o superponerse entre ellas”

(Gómez, 2007, p. 73), por lo que un gran porcentaje

de personas vive bajo el maltrato directo o

indirecto de los que les rodean. En lo individual,

la agresividad suele manifestarse en los primeros

años de vida, pero su frecuencia se va reduciendo

a través de los años; sin embargo, hay personas

que continúan siendo agresivas en edades posteriores,

especialmente en el contexto familiar,

educativo y laboral. Para Albert Bandura (1977)

y Seymour Fesbah, el grado en que un individuo

tiende a ser agresivo y antisocial dependerá en

gran medida del entorno social en el que se hayadesarrollado. Asimismo, Patterson, DeBaryshe y

Ramsey (1989) consideran que el ámbito familiar

puede ser la esfera principal en el aprendizaje

del comportamiento agresivo, por ser el más

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cercano al niño y el que mayor infl uencia produce

en él. Inicialmente los niños no son generosos,

respetuosos, considerados o altruistas, puesto

que estas características del comportamiento

socializado deben ser aprendidas, asumidas e

incorporadas a través de la familia.

Subsiguientemente, la expresión manifi esta

de la agresividad en su vertiente destructiva

o de disfunción social va a estar mediada poradecuados procesos de socialización primaria, lo

que implica el desarrollo de controles internos

y formas creativas para confrontar y resolver

los confl ictos emergentes en el momento oportuno.

Así, cuando en la familia se intenta dar

respuesta a los problemas con agresividad, los

niños rápidamente relacionan la fuerza (física o

verbal) con la consecución del objetivo (suprimir

al otro), llegando a interiorizar la idea de que la

fuerza funciona de una forma muy efectiva para

convencer, dominar y controlar a otros (Buss y

Perry, 1992); como consecuencia, la incorporación

de reglas que enuncien el respeto, el derecho

de los otros y de la propiedad ajena propiciaría

el desarrollo de la “empatía” y la sensibilidad

social, la cual debe instaurarse a través de la

familia y ser reforzada en la escuela, con el fi n

de favorecer la aparición de la conducta prosocial

competente. En este sentido, el modelo

de desarrollo social de Hawkins, Catalano y

Miller (1992), o “teoría general de la conducta

humana”, explica la conducta antisocial a través

de la determinación de las relaciones sociales

inherentes al desarrollo, dando relevancia a

los factores de riesgo y de protección, para una

adecuada interiorización del orden y del rol

social, los cuales se establecen de acuerdo con

los contextos culturales en los que la personaestá inscrita.

Respecto a la etiología de este comportamiento

prosocial, Donoso (2004) indica que

en el construccionismo social los fenómenos

son vistos a partir del modo en que las personas

aplican en su experiencia presente las vivencias

personales de su historia de vida, las infl uencias

del contexto social en que viven y el conocimiento

teórico que poseen en determinado

Revista de la Facultad de Psicología Universidad Cooperativa de Colombia - Volumen 7, Número 12 / enero-junio 2011

La agresividad escolar o bullying: una mirada desde tres enfoques psicológicos

tema. Así, el bullying puede iniciar precisamente

en el instante en que surgen los procesos

de socialización primaria, pues el grupo familiar

funda la interacción social del ser, al sustentar el

aprendizaje o el “saber” a través del proceso de

incorporación a una cultura (Gómez, M. 2007).

En este sentido Zuleta (1980) indica que “saber

algo” no significa simplemente repetir, y que la

educación y los maestros nos hicieron un mal

favor: “nos ahorraron la angustia de pensar”.

Para que la familia cumpla con un adecuado rol

pedagógico, es necesario que se adopte un mayor

compromiso (afectivo, creativo y comprensivo)

con la crianza de los hijos, es decir, un pacto en

el que el abandono, las crianzas delegadas, la

proyección de la frustración en los niños y niñas,

además de las conductas violentas o la instrumentalización

de su existencia no se reproduzcan,

ni generen problemas para la conformación

de una sólida conciencia moral y social.

Los procesos educativos se construyen

sobre resultados, es decir, sobre aquello que ya

está expreso, lo cual instaura una inmovilidad

importante en el modo como se percibe, construye

y (de)construye el sentido del mundo y

sus relaciones; desde este orden de acciones, el

adolescente trata de cambiar dicha dinámica

y en un intento de romper con esta construcción

de un “mundo terminado” reacciona con

agresividad y negativismo a menudo desafi ante.

Esta condición de naturalidad confl ictiva

permite analizar el comportamiento bullyingcomo un intento de ruptura de lo institucionalizado

en el otro (sumisión, calma, pasividad,

obediencia), es decir, una necesidad de transformación

de las instituciones sociales. Por

ello, el “saber algo” es una condición que debe

partir del proceso de comunicación (de)constructivo,

en el que se le permita al otro integrar

la diversidad del saber epistémico y psicoafectivo.

Zuleta (1980) considera que la educación

crea una incomunicación, pues para llegar a

saber algo, el estudiante debe entender que el

conocimiento adquirido es el resultado de un

proceso que no se le enseña; por ello, saber en

la lógica de la pedagogía tradicional signifi ca

entonces simplemente repetir lo que el docente

cree que sabe o entendió del tema que expone.

A menudo estas situaciones se revelan en los

patrones de crianza familiar, los cuales son el

correlato de la institución escuela en el imaginario

y la experiencia de contacto sociofamiliar.

De acuerdo con lo expuesto, cuando impera

un clima de violencia en la familia, el resultado

será niños con altas posibilidades derepetir los patrones de conducta aprendidos en

casa, además de la acumulación de frustración,

rencor y odio, estado en el que según Paredes

et al. (2008) quedan mayormente expuestos a

influencias inadecuadas de su entorno, identificaciones

agresivas o depresiones severas.

Asimismo, autores como Rigby (1999, 2003),

Díaz-Atienza, Prados Cuesta y Ruiz Veguilla

(2004), Kim, Koh y Leventhal (2005) opinan

que las víctimas de hostigamiento exhiben unprofundo malestar psicológico, del cual la ideación

suicida es una prueba innegable, llegando a

exhibir más síntomas depresivos que los adolescentes

que no están expuestos a este tipo deconductas. El bullying inicialmente es “invisible”

para padres y docentes, puesto que “la organización

de la convivencia social en la escuela y las

normas comunes generan procesos que suelen

escapar al control consciente y racional de la

propia institución y de sus gestores” (Fernández,

1999, p. 8). Por ello, los colegios deben incorporar

prácticas y programas de contención y

prevención, incentivando en los estudiantes y

docentes la empatía, la asertividad y el buen uso

de las tic. El malestar que deja en los agredidos

puede evolucionar hasta formas estructurales de

conflicto psicológico, que aumenten los factores

de riesgo para la salud mental y psicológica; por

esto se hace necesario contar en las instituciones

educativas con un equipo de salud mental, que

instruya a los educadores en la prevención e identificación

de casos, y que aporte a la construcción

de políticas internas para proteger a las víctimas

—entendiendo a los victimarios—, tanto en los

manuales de convivencia y reglamentos, como

en los espacios educativos, procesos de intervención

y en la consejería con los padres.

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Academia

José A. Andrade - Leidy L. Bonilla - Zully M. Valencia

De modo general, Ignacio Martín Baró

(1988) afirma que el ser humano hace uso dela violencia para lograr sus objetivos personales,

así, los niños y niñas que ejercen el bullying desarrollan

sus potencialidades y se relacionan conotros a través de ésta. El autor considera que enla lucha de clases se encuentran las bases para elordenamiento social y la desigualdad opresiva:

“cuando los estereotipos tienen intereses de pormedio, son productos ideológicos que materializan

intereses sociales, promoviéndolos y justifi

cándolos” (Baró, 1985, p. 237). De acuerdo conesta posición, la violencia o agresión hacia otraspersonas o grupos puede ser el reflejo de lasfallas metodológicas y las incongruencias de laideología sociopolítica dominante. Martin Baróconsidera que el acto violento otorga a su ejecutorun valor o poder ante un grupo, e indica que unindividuo violento —por la presión de grupo—

puede llegar a conductas agresivas, al tiempo quea una institucionalización de la violencia, quejustifique su reproducción a través del procesode socialización. Para la psicología social, laviolencia justificada responde a unos intereses ypuede ser inaceptable para el que no responde aestos. El fenómeno del bullying, de acuerdo con

las explicaciones expuestas (aprendizaje, instinto,

elección y contingencias sociales), da razón de unproblema psicosocial de fondo, cuya base partede los sistemas familiares, sociales y pedagógicos,

los cuales deben reformular el modo como acompañan

los procesos de desarrollo de los niños,

niñas y adolescentes.

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