Capitulo segundo: Ordenes, costumbres y caprichos

ANALISIS CAPITULOS SEGUNDO

ORDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS

Como se nos indicó en el capítulo anterior, las decisiones que tomamos están ligadas a si son buenas o si son malas, para esto usamos nuestra ética, en este capítulo segundo nos menciona que existen tres atribuciones y estas son la costumbre, capricho y por una orden. La costumbre y el orden están dada por externos, ya que una costumbre es lo que seguimos por habituación al resto y una orden porque se nos manda y probablemente si no obedecemos tenemos consecuencias, pero también por otro lado está el capricho que viene del interior de uno, hacer algo solo porque quiero hacerlo, por esto mismo los tres motivos tienen su propia fuerza al momento de actuar frente a una situación, por algo decido levantarme cuando suena la alarma del despertador y no quedarme acostada como quiero.

De todo lo anterior las acciones que realizamos para nuestra rutina son automáticas, pero eso es lo que le hace ser una rutina, hacer todos los días lo mismo y a tal hora, creemos que lo que analizamos realmente es cuando tengo o quiero salir de la rutina, tal como me pasa en algunas ocasiones, por ejemplo si voy al trabajo debo de ir todos los días y sé lo que realizo tengo un horario de entrada y de salida que debo seguir todas las semanas del año, igual tengo que realizar tareas cuando llego a casa y los fines de semana ir a la universidad, pero dentro de esto tengo que realizar un plan de estudio que variará según los días que tenga examen  tengo que disponer de tiempo porque tengo mi familia y amigos, aquí comienzo a pensar qué voy hacer, o como lo voy hacer.

En el ejemplo que nos entrega Fernando Savater sobre el problema del capitán del barco que no sabe si arrojar o no la carga para sobrevivir con sus tripulantes al mal tiempo, si yo hubiese estado en ese caso pueda que hubiese tirado la carga, pero lo que es bien visto para uno no tiene que serlo para los demás, poseemos tres motivos para actuar siempre elegiremos el que más se adecue a nuestra ética, como futuros profesionales no podemos por ejemplo decidir por capricho si atiendo o no a un paciente aunque esté dentro de mis posibilidades, a esto nos referimos con el peso de la motivación que tenemos en elegir nuestras acciones.

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