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Duelo Y Melancolía


Enviado por   •  9 de Octubre de 2012  •  1.963 Palabras (8 Páginas)  •  460 Visitas

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Duelo y melancolía

Freud intenta comprender la melancolía comparándola con el duelo. Algunas de sus formas clínicas sugieren afecciones más somáticas que psicógenas, este se encargará de un número pequeño de casos cuya naturaleza psicógena es indudable. Por lo que no pretende dar validez universal a sus conclusiones.

El afecto del duelo es la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción (la patria, la libertad, un ideal, etc) Muchas personas frente a esto desarrollan melancolía, en las que se supone una disposición enfermiza (series complementarias) El duelo no es un estado patológico, es inoportuno perturbarlo y pasado cierto tiempo se lo superará.

La melancolía se caracteriza por: la cancelación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de la productividad y una rebaja en el sentimiento de sí que se exterioriza en autorreproches y autodenigraciones (devienen de la relación entre la CC moral y el yo, la CC moral critica y denigra al yo creando un sentimiento de sí de desazón doliente) En grado extremo pueden constituir una delirante expectativa de castigo. El duelo muestra los mismos rasgos excepto LA PERTURBACIÓN DEL SENTIMIENTO DE SÍ (dolor moral) En el duelo hay desinterés por el mundo exterior, por el trabajo productivo y pérdida de la capacidad de amar.

El trabajo del duelo: el examen de realidad muestra que el objeto ya no está y ordena quitar la libido de los enlaces con ese objeto. Pero se opone cierta renuencia a abandonar la posición libidinal conquistada, que si alcanza mucha intensidad puede producir un extrañamiento de la realidad y una retención del objeto vía psicosis alucinatoria. El duelo se ejecuta pieza por pieza con un gran gasto de tiempo y energía, en ese tiempo el objeto perdido continúa en lo psíquico. Esos recuerdos, pensamientos, afectos en que la libido se anudaba al objeto son sobreinvestidos y se va produciendo un desasimiento de la libido. Al terminar este proceso esa libido disponible puede volver a investir nuevos objetos.

La melancolía es la reacción frente a la pérdida de un objeto amado, puede ser ideal (p.e. una separación), real (p.e. una muerte) y en otras circunstancias no es claro lo que se perdió. El melancólico sabe a quién perdió, pero no lo que perdió en él, es decir, no sabe lo que perdió él con la pérdida de ese objeto. La pérdida del objeto tiene un aspecto desconocido, INCC para el sujeto.

En el duelo la inhibición y la falta de interés se esclarecen por el trabajo del duelo que absorbe al yo. En la melancolía la pérdida desconocida ¿será la responsable de la inhibición? En el duelo el mundo se vuelve pobre y vacío. En la melancolía el yo se vuelve pobre y vacío, provocando una rebaja del sentimiento de sí. El enfermo describe a su yo como indigno, moralmente despreciable, se denigra, espera repulsión y castigo. Este delirio de insignificancia se completa con insomnio, rechazo por los alimentos y desfallecimiento de la pulsión de vida.

La autodenigración y su justificación real no se corresponden, el melancólico no se avergüenza ante otros y se complace en el desnudamiento de sí mismo. Se infiere una pérdida en su yo. Una parte del yo se contrapone a la otra, la aprecia críticamente, la toma por objeto. La instancia crítica escindida del yo, que muestra su autonomía, se llama conciencia moral, junto con la censura de la CC y con el examen de realidad las contamos entre las grandes instituciones del yo. El cuadro nosológico de la melancolía destaca el desagrado moral con el propio yo y el empobrecimiento ocupa un lugar privilegiado.

Las querellas que el melancólico se hace se adecuan poco a su propia persona y se ajustan bien a otra persona, a quien el enfermo ama, ha amado o amaría. Los autorreproches son reproches contra un objeto de amor, que desde este han rebotado hacia el yo propio. Las quejas son querellas, lo que dice de sí mismo en el fondo lo dicen de otro. Los melancólicos son martirizadores en grado extremo, se muestran siempre afrentados y como objetos de injusticia (constelación anímica revuelta)

Trataremos de reconstruir el proceso. Supone que hubo una elección de objeto, una elección narcisista, que liga la libido a una persona determinada. Una afrenta o desengaño sacudió ese vínculo de objeto (compromete más al yo y produce una herida narcisista) No hay duelo normal, que habría sido el retiro gradual de la libido del objeto para luego investir uno nuevo. El desenlace requiere varias condiciones. La investidura del objeto resultó poco resistente, fue cancelada rápidamente y la libido libre se retiró sobre el yo estableciendo una identificación narcisista del yo con el objeto perdido. "La sombra del objeto cayó sobre el yo" cierra la posibilidad del duelo. El conflicto entre el yo y la persona amada se transforma en un conflicto entre el yo critico y el yo alterado por la identificación. El super yo sustituye las criticas al objeto por criticas al yo.

Tiene que haber existido una fuerte fijación al objeto de amor y una escasa resistencia de la investidura de objeto, se infiere una elección de objeto narcisista, en donde la investidura de objeto regresa al narcisismo si tropieza con dificultades. Así la identificación narcisista con el objeto es el sustituto de la investidura de amor, por lo que el vínculo de amor no se resigna. Hay una regresión desde la elección de objeto narcisista hasta la fase oral de la libido que pertenece al narcisismo. La identificación es la etapa previa de la elección de objeto y es el primer modo, ambivalente, como el yo distingue a un objeto. Quería incorporarlo vía la devoración, de acuerdo con la fase oral canibálica del desarrollo libidinal. Hay un problema con el sadismo, el amor y el odio no pueden separarse por eso el objeto amado es el objeto devorado. El amor / odio

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