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El Efecto Lucifer


Enviado por   •  31 de Octubre de 2014  •  1.813 Palabras (8 Páginas)  •  3.014 Visitas

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El autor de “El Efecto Lucifer: El porqué de la maldad” es el prestigioso psicólogo social, Philip Zimbardo, conocido mundialmente por su célebre “Experimento de la Prisión de Stanford” (EPS) en 1971.

Este experimento consistía en recluir en una cárcel ficticia durante dos semanas a varias personas con el fin de estudiar la conducta humana bajo los factores situaciones y sistémicos en contraposición de los factores disposiciones de cada individuo.

Para su realización, Zimbardo, seleccionó a 24 estudiantes universitarios de los cuales unos harían de presos y otros de carceleros. Todos sabían en qué consistía el experimento pero para darle mayor convicción hizo que la policía detuviera a los presos, esposándolos y llevándolos a comisaría. Luego los condujeron con los ojos vendados a la “cárcel de Stanford” que era realmente el sótano de la Universidad de Stanford. Los estudiantes, que al azar, obtuvieron el papel de carceleros llegaron a “la cárcel” la noche antes, haciéndoles entrega de toda la indumentaria necesaria, así como de gafas de sol para que se creara entre ellos un estado de anonimato. Los presos vivían día y noche en la cárcel y los guardias hacían turnos de 8 horas entre ellos.

El experimento comenzó de la manera más normal pero al cabo de dos días los presos se rebelaron y los guardias tuvieron que frenar la rebelión tomando medidas. De aquí en adelante las humillaciones, las agresiones y los abusos se convirtieron en el pan de cada día y varios de los presos tuvieron que ser liberados porque sufrieron un colapso emocional. Al quinto día, una estudiante de Stanford y pareja de Zimbardo, vio como los carceleros ponían bolsas en la cabeza a los presos y los hacían caminar con las piernas encadenadas mientras les daban órdenes. En ese momento Christina, que así se llamaba, discutió con el doctor, haciéndole ver que aquel experimento había desatado la interiorización de unos valores muy destructivos para los voluntarios y para sí mismo y que él era el responsable de ello. Por este motivo y por la situación tan humillante que se había creado en la cárcel, Zimbardo puso fin al experimento. No podía entender como personas normales y buenas se habían podido corromper de esa forma en tan solo seis días por el simple hecho de interpretar un papel.

A raíz del EPS y tras participar como asesor en el caso de las torturas y humillaciones de la Prisión de Abu Ghraib (Irak), Zimbardo escribe de manera exquisita “El Efecto Lucifer” con el fin “de entender los procesos de transformación que actúan cuando unas personas buenas y normales hacen algo malvado o vil”. En su obra describe explícitamente el EPS además de otros experimentos como los de los psicólogos Milgram o Asch y, situaciones tan reales como la Santa Inquisición o más actualmente, las violaciones de Nanking en China, el holocausto nazi, el genocidio de Ruanda o, muy recientemente los maltratos en la prisión de Abu Ghraib llevados a cabo por soldados estadounidenses, y de especial reiteración en el libro por su relación con el EPS.

A lo largo del texto el autor realiza varias preguntas a modo de reflexión “¿Qué hace que la gente actúe mal?,…¿Qué es lo que impulsa la conducta humana?,… ¿Qué hace que algunos de nosotros llevemos una vida recta y honrada y que otros parezcan caer con facilidad en la inmoralidad y el delito?,... ¿Prestamos una atención suficiente a los factores externos que determinan nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestros actos?, ¿Hasta qué punto estamos a merced de la situación, del momento, de la multitud?, ¿Estamos totalmente seguros de que hay algo que nunca nos podrían obligar a hacer?,…¿El mal es fijo e interno o mutable y externo?

Tras muchas reflexiones Zimbardo deja bien claro, y en concreto en relación con la prisión de Abu Ghraib, que “para entender una pauta de conducta compleja es necesario tener en cuenta el sistema, además de la disposición y la situación”. A ello se refiere a que cuando existe una conducta inmoral en el seno de una institución dedicada a la seguridad no es el propio individuo la “manzana podrida” sino que el problema realmente viene desde el sistema (“cesto de manzanas”) y la situación que ellos mismos crean.

El sistema proporciona los recursos, el apoyo y la “permisividad” necesaria para que se den esas situaciones de maldad o de “manzanas podridas” pero, es muy difícil ir contra ellos cuando se trata de la “élite del poder”.

En cuanto a lo que ocurrió en la Prisión de Abu Ghraib -aquellos maltratos físicos y psicológicos llevados a cabo por soldados estadounidenses que todo el mundo conoció gracias a las fotografías que vieron la luz en 2004- Zimbardo está casi totalmente convencido de que “cualquier persona normal podría haber cometido esas atrocidades si se hubiera encontrado allí”. Después de haber realizado múltiples comparaciones a lo largo del libro con el EPS comprobó que “el cesto de manzanas” tenía un efecto nocivo sobre las “manzanas sanas” y que eso hizo que se convirtieran en “manzanas podridas”. Reveló así que el poder de los sistemas y de las situaciones sociales podía llevar a mucha gente corriente y buena por el camino del mal, pero también que las fuerzas situacionales pueden generar cambios positivos. Por ello, Zimbardo se volcó, al final del libro, a tratar el heroísmo, realzando la importancia que tienen los factores disposicionales de las personas para actuar contra el mal, los denominados “héroes ordinarios” que actúan a favor de los demás sin pensar en riesgos ni sacrificios y que poco a poco van reafirmando

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