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Ensayo Psicologia De La Personalidad


Enviado por   •  10 de Enero de 2013  •  2.680 Palabras (11 Páginas)  •  4.276 Visitas

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La psicología de la personalidad es una disciplina compleja, en la que convergen diferentes tradiciones de pensamiento, teóricas y metodológicas, y tiene una historia densa, repleta de movimientos y debates. No obstante, y a modo de contextualización, cabe recordar que, en general, se reconoce la década de los 30 como un momento de eclosión y definición de la disciplina; en ella se produce una suerte de fundación oficial. Algunos autores califican esta época como el nacimiento de la psicología de la personalidad (McAdams, 1994), aunque, en realidad, el estudio de la personalidad tiene un pasado mucho más largo (Pele-chano, 1993) y las aportaciones de Allport o Murray sirven más bien para institucionalizar este campo de conocimiento, que tenía como intención definir la psicología de la personalidad como una organización dinámica y única, en constante relación.

A partir de los años 40, la psicología de la personalidad vive su momento de consolidación y expansión. Además de las aportaciones que se realizan desde punto médico, se genera abundante investigación desde los grandes modelos factoriales, se acentúa el interés por la medición y se desarrollan programas de trabajo sobre dimensiones específicas de la personalidad (ansiedad, autoritarismo, motivación de logro). Esta fue una etapa muy activa, aunque a finales de los años 50 ya se adivinan sombras de crisis. Diferentes autores denunciaban la fragilidad y la trivialidad de la investigación (Eriksen, 1957; Jensen, 1958; Blake y Mouton, 1959).

Así las cosas, desde finales de los 60, toma forma la llamada crisis de la psicología de la personalidad. Un vector de la crisis estuvo en la voz de Carlson (1971), quien se preguntaba dónde había quedado la persona en la investigación sobre personalidad. De acuerdo con esta autora, la psicología de la personalidad se había entregado al estudio de miniconstructos, se había quedado atomizada en resultados insustanciales y en métodos muy estrechos. Esto la había hecho perder el vínculo con la organización, complejidad y pensamiento organísmico que había marcado la identidad de la disciplina.

A partir de los años 80, se observan signos de recuperación. El de-bate se fue disipando, y, sin negar la importancia de las situaciones, se mostró que las variables personales no podían ser ignoradas. La psicología de la personalidad parecía haber remontado con dignidad su etapa más crítica y, lejos de la inseguridad de los 70, se desarrollaron líneas de trabajo muy variadas, que dieron un nuevo empuje a este campo.

Por una parte, diferentes autores proponen unidades de análisis que se sitúan a medio camino entre las disposiciones generales y los actos específicos. Son unidades de carácter cognitivo-motivacional, que intentan captar la vida intencional de las personas en sus contextos cotidianos. Es el caso de las preocupaciones actuales de Klinger (1977), las tareas vitales de Cantory Kihlstrom (1987), los proyectos personales de Little (1983) y los “afanes personales” de Emmons (1989).

Junto con la motivación, los 80 redescubrieron otros grandes temas, como las emociones y el sí mismo. Ambos habían estado presentes desde los inicios de la psicología, pero habían sido arrinconados por diferentes razones, como la concepción cognitivista de las emociones o el modelo de ciencia neopositivista que rehuía el mundo interno y autoconsciente. Liberada de los corsés de otras épocas, la psicología de la personalidad atiende cada vez más a la dimensión emocional del ser humano, y a los procesos relacionados con el sí mismo, que parecen desempeñar un papel crucial en la integración de la personalidad y en la regulación de la conducta (Higgins, 1987; Markus y Nurius, 1986).

Otra de las tendencias que definen el sentir de estos años es la búsqueda de métodos diversos para captar la coherencia de la personalidad. Algunos autores insistieron en la necesidad de desarrollar estudios longitudinales. Seguir a los sujetos a lo largo del tiempo permitiría estudiar las transacciones entre persona y ambiente e identificar los patrones (coherentes) de estabilidad y cambio (Caspi, 1989). En una psicología de la personalidad autoconfiada, otros autores reivindican, con voz alta, el acceso a la individualidad, y proponen estrategias ideográficas para estudiar a la persona.

Así pues, parecen afianzarse tendencias que ya encontrábamos en los 80. Los temas de entonces no eran meros tanteos de una época entusiasta, sino que consiguieron sostenerse durante la década siguiente. Estas mismas conclusiones se pueden extraer si se examinan otro de los manuales más difundidos durante los años 90: el de Hogan, Johnson y Briggs (1997), que nace, en palabras de Hogan, para celebrar “el renacimiento de la psicología de la personalidad” (p. xxiv). El evolucionismo, como reconoce el prefacio, ocupa un lugar especial; unidades motivacionales intermedias, psicobiología, emociones, el sí mismo, salud, psicopatología, estudios de vidas y, sobre todo, rasgos son otros temas que dan forma al libro.

En definitiva, durante los 90, la psicología de la personalidad creció como un área productiva, que ganó respetabilidad y atrajo e a investigadores de otros campos. No obstante, a pesar de esta productividad, y a pesar de que los temas y los métodos que interesan a los psicólogos de la personalidad parecen diversos, ello no quiere decir que todos reciban igual atención. De hecho, algunas revisiones de la investigación publicada durante los 90 nos han mostrado el predominio de ciertos contenidos y, sobre todo, el predominio de ciertos métodos. Según Endler y Speer (1998) revisaron:

la investigación publicada entre 1993 y 1995 en cinco revistas importantes; tres de ellas estadounidenses: Se examinaron los contenidos y las características metodológicas de todos estos artículos y se encontró que, si bien aparecían temas heterogéneos como emoción/motivación, cognición social, psicobiología y salud, los rasgos son preponderantes (un 32% de los artículos) respecto a otros temas, especialmente en las revistas europeas (55% en el European Journal y 34% en Personality and Individual Differences). Cuando se examina qué rasgos se estudian, en todas las revistas, salvo en Personality and Individual Differences, los “cinco” son dominantes.

Aunque la personalidad parece que cambia a lo largo de toda la vida, hay determinados períodos en los cuales los cambios que se experimentan son mayores y tienen más repercusión en la vida presente y futura de los individuos; me estoy refiriendo concretamente a la infancia, la adolescencia y la adultez temprana.

En este sentido, el presente ensayo va a ser relacionar, en la medida de lo posible, cuáles son las características de la psicología de la personalidad en cuanto al medio laboral, sus teorías,

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