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Facilitación Del Proceso De La Lecto-Escritura


Enviado por   •  6 de Marzo de 2013  •  2.403 Palabras (10 Páginas)  •  604 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE DURANGO

Facilitación del Proceso de la Lecto-Escritura

Lic. Psicopedagogía Ejecutiva

José Carlos Samaniego Castejón

INDICE

• INTRODUCCION.

• LECTURA.

• LO QUE LA LECTURA PERMITE.

• EL PENSAMIENTO.

• CONCLUSION.

INTRODUCCION

Como punto de partida, digamos que el constructivismo, como teoría psicológica, propone que el conocimiento es un producto de la propia construcción que el sujeto hace al interactuar con el mundo e intentar comprenderlo. En esta interacción, las diversas aproximaciones y experimentaciones que hace un niño a través del tiempo, son muestras de su esfuerzo paulatino por comprender, las cuales le permiten ir modificando sus esquemas o estructuras mentales (es decir, aprender y desarrollarse), superando las limitaciones que le proporcionaba inicialmente su conocimiento previo. Como acción educativa, en consecuencia, este enfoque se traduce en un modelo pedagógico que pone toda la atención en el aprendizaje, considerándolo como un proceso interno, de “re - invención” de todo aquello que sea objeto o contenido a conocer, con todas las implicancias sociales y afectivas que este proceso conlleva. La cultura escrita tiene dos comienzos: uno en el mundo, y el otro en cada persona que aprende a leer y a escribir. Por tanto, tiene también dos tipos de historia: una, la que corresponde al cambio y la evolución en el tiempo de lo que importa en la cultura escrita; la otra, las historias de vida de los individuos que aprenden a leer y a escribir y que dependen de esas aptitudes como atributos vitales en las sociedades letradas. Es imposible entender la cultura escrita sin referirse a su historia, a los que son usuarios de la lengua escrita en un momento dado, y a lo que hace realmente la gente con la lectura y la escritura. Por ello debemos desentrañar algunos de los sentidos que le damos a la expresión cultura escrita y algunas de las situaciones en las que la vemos en uso. Esto debería ayudarnos a entender más claramente lo que sabemos hoy en día sobre la naturaleza de la cultura escrita, lo que queremos decir por “ser usuario de la lengua escrita”, y por qué nos preocupa la cultura escrita de nuestros hijos.

LECTURA.

La lectura es la práctica más importante para el estudio. En las materias de letras, la lectura ocupa el 90 % del tiempo dedicado al estudio personal. Mediante la lectura se adquiere la mayor parte de los conocimientos y por tanto influye mucho en la formación intelectual. La lectura representa la cultura escrita en formas que parecen razonables, ordinarias y básicas en nuestra vida. Se pueden distinguir tres clases de lecturas: una de distracción, poco profunda, en la que interesa el argumento pero no el fijar los conocimientos; otra lectura es la informativa, con la que se pretende tener una visión general del tema, e incluso de un libro entero; y por fin, la lectura de estudio o formativa, que es la más lenta y profunda y pretende comprender un tema determinado. La mayoría de la gente, salvo quien lee estas líneas, rara vez piensa en lo que implica el hecho de ser usuario de la cultura escrita. Una vez que hemos aprendido a hacerlo de tal forma que ambas cosas nos parecen naturales, damos por sentada nuestra relación con lo escrito. Unas cuantas palabras escritas apresuradamente: “Regresamos en cinco minutos”, bastan para infundirle confianza a quien las lea respecto a nuestra ausencia imprevista. Hacemos estas cosas casi sin pensar, porque creemos, y nuestra experiencia lo confirma, que el mundo está organizado de tal manera que las personas que saben leer y escribir pueden comunicarse entre sí por medio de mensajes escritos. Sea cual sea la situación y el momento en que la gente aprende a leer y a escribir, la cultura escrita aporta algo a su sentido del valor y la dignidad humana. La mayoría de la gente concuerda en que al ejecutar procesos tan comunes como leer un periódico o una novela o escribir una carta de condolencia, acrecentamos nuestra conciencia, nuestra compasión y nuestra comprensión. Leer es lo que nos permite también cuestionar la autoridad y el aparente predominio de aquellos que, con sus documentos escritos desde el poder, nos exigen alguna cosa. Podemos poner en duda la cuenta del gas, escribimos y también hablamos para expresar nuestras protestas contra la injusticia. Al aprender a leer obtenemos mayor conocimiento. Al escribir llegamos a preguntarnos qué es lo que sabemos y entendemos, de forma que nosotros también podamos estar “en los registros”. Y así, nos resulta natural pensar que, en nuestra sociedad, tanto nosotros como nuestros hijos debemos ser usuarios de la cultura escrita.

Al mismo tiempo debemos entender que la cultura escrita, tan natural en apariencia para nosotros, no es algo universal. Todavía hay lugares en el mundo donde la gente no aprende a leer y escribir en la infancia, porque su modo de vida no depende de eso. En esos lugares, por tanto, ser “analfabeto” no equivale a un defecto o una carencia. Esto sirve también para recordarnos que, en la historia de la cultura escrita, en otros lugares, la idea de que todo el mundo tiene que aprender a leer y escribir es una noción bastante reciente. Las cuestiones que ocupa este ensayo incluyen: qué significa usuario de la lengua escrita y hasta qué grado nuestros hijos deben ser usuarios de la cultura escrita y qué valor tendrá ese hecho en nuestro mundo actual, ¿qué tipos de cultura escrita deben adquirir la mayoría de los individuos? ¿Podemos dar por sentado que una vez que nuestros hijos hayan aprendido a leer y a escribir en la escuela, la cultura escrita les durará toda la vida? Lo único seguro es que en la actualidad presenciamos una profunda transformación social y cultural que conforma nuestra visión del futuro de una manera que nadie habría podido predecir hace cincuenta años. Por ello parece conveniente hacer una evaluación de nuestra cultura escrita: qué es y para qué pensamos que sirve, de tal modo que podamos decidir cuál es la mejor forma de ayudar a nuestros niños a aprender lo que necesitarán en un futuro.

LO QUE LA LECTURA NOS PERMITE.

El mundo en que vivimos

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