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Hiperactividad


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2013  •  4.091 Palabras (17 Páginas)  •  241 Visitas

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La Hiperactividad, se caracteriza por excesiva intranquilidad, concentración lábil, reducción del tiempo de atención y pobre control de impulsos. Estas características determinan frecuentes dificultades en la conducta y el aprendizaje escolar.

Este Trastorno de Conducta y/o Emocional consiste en el cambio continuo de una actividad a otra, que se manifiesta en una gran intranquilidad, ajena a la voluntad del niño, por lo que no cesa ni disminuye con órdenes dirigidas al pequeño. Esto hace que el niño sea considerado como un "malcriado insoportable", que muchas veces, incluso, llega a ser rechazado por los adultos.

Hay algunas actividades muy difíciles para estos niños, por ser muy pasivas y obligarlos necesariamente a estar sentados, tranquilos y concentrados, por eso es que en las actividades educativas de mesa (recortado, modelado, dibujo) o en las de lectura de cuentos, observación de láminas o de nociones matemáticas, se cansan pronto, estropeando su trabajo y dirigiendo su energía a molestar a los demás. Es bueno señalar que esto no lo hacen por malacrianza, sino porque no son capaces de controlar sus impulsos.

Puede pensarse que esta intranquilidad agote al niño y lo haga dormir profundamente a la hora de la siesta, pero no ocurre así, en este momento el niño se muestra también intranquilo, se niega a dormir o demora en hacerlo, e incluso, cuando lo logra, se mueve dormido, habla y da la impresión de que no descansa.

Como ya habíamos dicho, el niño no es responsable de esta manera de actuar y si los adultos no saben conducirlo, pueden crearle problemas mayores, pues se dificultaría más su educación, causándole retraso en el aprendizaje. Es conveniente aclarar que hay edades en que un aumento en la actividad es totalmente normal.

La hiperactividad es difícil de controlar debido al trabajo tan agotador que es necesario realizar con estos niños, que por su gran intranquilidad manifiestan generalmente una falta de atención que dificulta su comprensión de lo que se les dice, porque no pueden estar quietos el tiempo necesario para escucharlo.

Esto hace que no realicen bien las actividades, lo que lleva a veces a pensar que no comprenden y que se les achaquen problemas de inteligencia, que realmente no tienen.

Es útil que se conozca que el niño hiperactivo puede ser inteligente y, sin embargo, ser incapaz de demostrarlo a causa de su dificultad para atender y concentrarse.

¿Qué provoca esta Hiperactividad?

La hiperactividad puede comenzar como resultado de la incubación de una enfermedad física o el restablecimiento de ella, o producirse como respuesta a problemas durante el embarazo o el parto, enfermedades infecciosas graves durante las primeras edades, o un golpe fuerte.

El tipo de sistema nervioso de los niños es otro elemento a considerar, algunos pequeños tienen un temperamento más activo que otros.

También puede ser originada por estados de ansiedad provocados por problemas familiares, como la llegada de un hermanito, la separación de un familiar, el divorcio de los padres, el cambio de vivienda, etc.

Pero, generalmente, obedece a procedimientos incorrectos en la educación de los pequeños, dados por el rechazo o el trato agresivo de los adultos, la imposición de órdenes y prohibiciones absurdas que el niño no comprende y que van en contra de su desarrollo; también porque se les deja muy poca libertad en su iniciativa, indicándoles siempre las formas en que deben actuar o porque se organiza su vida y actividad de manera inadecuada, forzándolos a grandes esperas o a grandes períodos de actividad pasiva.

¿Qué hacer con la Hiperactividad?

1- Es fundamental tratar a los niños con mucha paciencia y afecto, para poder ayudarlos a desarrollar poco a poco el autocontrol, la disciplina, la atención y la capacidad de esperar. Para ello es imprescindible aceptar al pequeño, no rechazarlo ni regañarlo continuamente porque corre, porque habla rápido, porque está intranquilo, para lograr que el niño se acerque al adulto y así poderlo guiar.

2- Se les debe tratar cariñosamente y siempre de forma calmada, sin gritos ni gestos de desesperación.

3- Es muy importante no hacer comentarios negativos sobre su conducta que el pueda oír y sobre todo, no ponerle nombres como '' ciclón '' o '' bola de humo '', que lo que harán será disgustarle con el adulto y alejarlo de él, disminuyendo así las posibilidades de orientarlo convenientemente.

4- Es imprescindible darle libertad de movimiento, preferiblemente en áreas abiertas. Esto no significa que se les deje hacer siempre lo que quiere, sino que se organice su horario de vida, combinando las actividades pasivas con otras intensas, donde el niño pueda saltar y correr a su gusto. Debe comenzarse con las pasivas, que al inicio serán muy cortas, e ir aumentando, poco a poco, su tiempo de duración.

5- No se debe obligar al niño a estar sentado más tiempo del que realmente puede mantenerse. Es preferible que esté poco tiempo interesado en una actividad, que hacerlo permanecer mucho rato en lo mismo sin atender a nada de lo que se está haciendo e incluso, a veces, perturbando a los demás. Es importante que no vean las actividades pasivas como un castigo, sino que se debe tratar de que se interesen por ellas.

6- Hay que tener en cuenta que las actividades con estos niños deben ser mas cortas (puede permitírseles levantarse antes de terminar, mientras se van adaptando a las actividades pasivas, o utilizar sus energías para situarles pequeñas tareas fáciles que sean de su agrado, tales como distribuir los materiales, arreglar el área, recoger los juguetes, etc.

7- Es conveniente que se ayude a estos niños en las actividades en que tengan que concentrar la atención; es importante primero despertar su interés por la actividad, para luego sentarse con ellos y guiarlos por los pasos necesarios para su realización, para así formarles el hábito de concentrarse.

8- El elogio es muy útil en la educación de estos niños y hay que aprovecharlo siempre que realicen una actividad en la que hayan tenido que estar tranquilos y concentrados. Sin embargo, también es necesario cuidar mucho de no avergonzarlos delante de los demás cuando algo no les salga bien. Nunca debe sentársele para tratar de frenarles su actividad, esto los alterará y empeorará su conducta en vez de tranquilizarlos.

9- Para lograr que estos niños se tranquilicen, es fundamental proporcionarles un ambiente de

calma;

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