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La Infancia


Enviado por   •  15 de Mayo de 2014  •  2.419 Palabras (10 Páginas)  •  249 Visitas

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INTRODUCCION

La etapa preescolar es elemental para el desarrollo del niño, ya que en este periodo es donde se deben adquirir nutrientes necesarios e importantes para su desarrollo y crecimiento, y no solo eso pues es importante mencionar que también en esta edad se adquieren las bases de los conocimientos que servirán para su preparación en su vida futura, es aquí en donde entra la nutrición adecuada que debe llevar, pues gracias a ella esta adquisición de conocimientos es posible.

En este ensayo se hace mención de la nutrición que debe llevar el niño en la etapa de educación preescolar que corresponde de los 3 a los 6 años. También se menciona y se da sugerencia sobre que puede y debe comer el niño, un ejemplo de una dieta balanceada, los nutrientes más importantes y necesarios para su desarrollo y crecimiento.

Para finalizar este ensayo redacto una serie de conclusiones sobre el tema desarrollado, en las cuales señalo ideas a las cuales eh llegado después de lo que investigue y consulte en las fuentes que también señalo en la parte final.

DESARROLLO

ETAPA PREESCOLAR

En esta edad la nutrición es fundamental para el buen desarrollo. En esta etapa los niños desarrollan una gran actividad física, por la que su gasto energético aumentará considerablemente, y por lo que deberá adaptar su consumo de calorías a la nueva realidad.

El niño a esta etapa ya desarrollo habilidades necesarias para su vida diaria, El niño ya ha alcanzado una madurez completa de los órganos y sistemas que intervienen en la digestión, absorción y metabolismo de los nutrientes, es capaz de hacer cosas por si mismo y es entonces que se dice que el niño empieza a independizarse como por ejemplo: es capaz de llevar el bocado con su propia mano, comienza a dominar el control de esfínteres, desarrolla la capacidad para vestirse por si solo, entre otras cosas que empieza a realizar pos su propia cuenta.

NUTRICION DEL NIÑO

La nutrición en la etapa preescolar es esencial para conseguir un desarrollo adecuado en peso y talla y alcanzar un buen estado de salud. Así, el aporte correcto de nutrientes debe cubrir en el niño las necesidades de su organismo en calorías, principios inmediatos, sales, coenzimas y otros factores biogenéticos.

Cuando el niño recibe una buena nutrición la mejor manera de darse cuenta es en su crecimiento tanto del peso como de la talla. Es importante realizar evaluaciones de estado nutricional que se da a consecuencia del equilibrio entre aporte y consumo de nutrientes. La obtención de los alimentos debe tener como objetivo primordial dar al niño un completo y óptimos estado de salud físico y mental, permitir el rendimiento básico de todas las actividades que se pueden esperar de un niño, posibilitar el desarrollo normal del cuerpo construyendo una base solida y resistente frente cualquier enfermedad.

Los niños también a esta edad tienden a presentar un rechazo a los alimentos nuevos, por el temor a lo desconocido. Se trata de una parte normal del proceso madurativo en el aprendizaje de la alimentación, aunque no se debe confundir con la falta de apetito.

El niño preescolar puede reconocer y elegir los alimentos al igual que el adulto. Normalmente, el niño tiende a comer lo que ve comer a sus padres y a otras personas que le acompañan.

Ellos observan e imitan, también en la alimentación. En el kínder, ese proceso se ampliará, y el niño adquirirá hábitos nuevos debido a las influencias externas. El niño come lo que ve comer a sus padres y compañeros, podrá adquirir malos hábitos y consumirá comida chatarra, es por eso que debemos estar pendientes de la alimentación y procurar poner un pequeño lonche que incluya lo necesario.

Es importante conocer las distintas etapas por las que pasan los niños, para comprender mejor las pautas alimenticias y las exigencias nutricionales de cada momento.

Una buena nutrición, que debe ser:

Completa: es decir, que tenga todos los grupos de alimentos: leche y derivados, cereales, carnes y huevos, granos y leguminosas, así como frutas y verduras.

Equilibrada: cada uno de los grupos de alimentos deben suministrarlos en la cantidad adecuada. Por ejemplo, un plato que contenga un carbohidrato, una proteína, una fruta y una verdura.

Suficiente: aunque hay indicaciones específicas para el consumo de los macronutrientes: proteínas, calorías, vitaminas y minerales, el adulto debe reconocer las señales de saciedad o apetito del niño para establecer sus porciones.

Adecuada: que los niños puedan comer sin problema, por ejemplo la carne, que sea picada en trozos.

En esta etapa se establecen los primeros hábitos alimentarios, que influirán de manera determinante sobre los gustos y aversiones a los alimentos durante toda la vida

no se debe obligar a los niños a consumir los alimentos, ni dar premios o castigos. En cambio, es sano ayudarles a escoger un menú balanceado, compartir en familia cada una de las comidas y limitar el consumo de chatarra, bebidas gaseosas y productos de paquete o procesados.

Los padres deben ser conscientes de que cuando alimentan a sus hijos no sólo se les proporcionan determinados nutrientes, sino también pautas de comportamiento alimentario. El niño cuando come, se comunica, experimenta, aprende, juega y obtiene placer y seguridad.

Así pues, hay que saber elegir la alimentación que más le conviene y conocer la composición nutritiva de cuanto se le ofrece a la hora de comer. Durante el período preescolar, la comida desempeña un papel muy importante en al menos tres áreas de su desarrollo:

Físicamente: Contribuye al dominio motor y a la coordinación del cuerpo, los ojos, las manos y la boca en las complejas operaciones necesarias para tragar, y supone un buen ejercicio del uso seguro de los músculos de la boca y de la garganta, imprescindibles para las funciones de alimentarse y hablar.

Mentalmente: La alimentación constituye un importante proceso de aprendizaje, pues los hábitos adquiridos en la niñez influyen decisivamente en la configuración de futuras dietas. Además, una alimentación sana facilita el desarrollo mental a través de la percepción sensorial, lo cual aumenta su capacidad de memoria.

Emocionalmente: La comida es un momento privilegiado para el niño que obtiene seguridad y aprende a amar y a ser amado.

Durante la infancia tiene lugar un proceso decisivo para un aporte dietético variado y adecuado de los alimentos, y que no es más que la maduración del gusto alimentario, que depende fundamentalmente del aprendizaje. En la formación del gusto alimentario

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