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Violencia Contra La Mujer


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2012  •  4.766 Palabras (20 Páginas)  •  313 Visitas

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Contexto social

Suele entenderse por “crisis” un momento decisivo en la vida de un organismo, de consecuencias inesperadas, que puede volverse a favor o en contra de él. Se trata de una situación nueva, relativamente pasajera, no experimentada anteriormente por el organismo, por la persona; de dificultad y de riesgo, pero a la vez de tránsito hacia un estado posterior muchas veces imprevisible. Su carácter súbito y acelerado pone en peligro el comportamiento habitual de los individuos. La crisis resuelve una situación problemática y, al mismo tiempo, designa el ingreso y el vivir en una situación crucial que desorganiza la conducta. Puesto que es propio de la vida humana buscar salida a los conflictos que la perturban, tan pronto el individuo entra en crisis es usual que busque alguna solución para salir de ella.

La crisis a la que nos referimos está relacionada con la crisis de la sociedad, tipificada por su sentido de decadencia de los valores formales tradicionales, la quiebra de ideologías y creencias firmes, que hasta hace poco dominaron la razón; el cuestionamiento de las entidades representativas de la democracia formal, el predominio de sentimientos represivos y destructivos de la vida de relación, la frecuente vulneración del fuero personal y la precariedad económica que atenta contra las condiciones materiales de vida y extiende el nivel de pobreza crítica, y otros quizás de menor relevancia, configuran lo que ( se denomina) crisis de la sociedad (Alarcón, 1998).

En un contexto así configurado, hay motivos para suponer que la solidaridad, conceptuada como la apertura positiva hacia el prójimo, está en serio riesgo por el predominio de percepciones negativas de la gente. Estas pueden traer como consecuencia la fragmentación de la comunidad social, la cual se construye por la congregación de personas que viven unidas bajo ciertas reglas formales, conectadas por vínculos afectivos solidarios. Pero si cuestionan las reglas, pues se considera que no son respetadas, porque se hacen en beneficio de un pequeño grupo y el nexo afectivo se destruye por la desconfianza, no es difícil presumir que el grupo social se fraccione. Esto puede conducir a una vida sin compromisos por el bien común y a la ausencia de comportamientos socialmente responsables.

La pérdida de confianza en los demás y en los servicios de control social, se refleja nítidamente en la vida cotidiana. La gente busca protegerse de la gente y recurre a la seguridad personal. Cotler (1986, citado por Alarcón, 1998) sostiene que el deterioro de la vida y la falta de una disposición del sistema político para construir instituciones capaces de establecer formas consensuales de distribución de los recursos y oportunidades, ha producido una exacerbación de las percepciones y actuaciones sociales de enemistad, enfrentamiento y hostilización.

El incierto futuro del país, no es condición suficiente que pueda quebrantar las aspiraciones de realización personal, sobre todos de aquellos que no han perdido la confianza en sí mismos. Al fin, tener aspiraciones y fantasías sobre el futuro es absolutamente normal, como lo es también buscar el bienestar personal.

2. Sobre la violencia

La violencia es una dimensión social y es propia de la especie humana. Se la define como una acción u omisión que proviene de un grupo de personas en contra de otras personas o un grupo de personas con el ex profeso propósito de afectar sus formas de actuar y pesar para ejercer sobre ellas dominio y control.

La acción u omisión orientada a afectar y/o someter la voluntad de los individuos puede revestir recursos lícitos o ilícitos, racionales o irracionales, morales o inmorales, pero en ningún caso, la acción violentista deja de menoscabar la capacidad psicológica de los individuos.

Los comportamientos de violencia que se ejercitan no sólo agravian al destinatario de la acción dañosa sino a todos el conjunto de la sociedad y a sus valores consensualmente aceptados.

Las estructuras sociales que contienen formas violentas repercuten en todas las relaciones humanas. El hacinamiento, la carga física y psíquica originada en las formas deficientes de trabajo, el transporte inadecuado, son todas circunstancias que potencian las agresiones en el seno de la familia y se desencadenan a través de un cierto número de catalizadores como, por ejemplo, el alcohol.

También se ha sostenido que la cosificación de las relaciones, con desiguales condiciones de distribución de la riqueza, obliga a la familia a una función compensadora, es decir, a la reparación del stress cotidiano. Pero cuando lo esperado en este ámbito de cercanía e intimidad se frustra, se originan nuevas tensiones que incrementan las originadas en el medio externo, descargándose en el hogar, el cual es vivido como un lugar legítimo para la explosión tensional.

La violencia es aprendida y desarrollada dentro de un contexto social alcanzando determinadas características:

• Es intencional

• Se practica por acción o por omisión

• Tiene destinatario definido

• Busca o se propone alcanzar un propósito objetivo inmediato o mediato

• Se conoce a priori el efecto que puede producir y por esa razón se manipula su gradación

• Puede ser legitimada según la conveniencia social

3. La violencia contra la mujer

Es posible definir la violencia contra las mujeres en la pareja como toda forma de coacción, o imposición ilegitima por la que se intenta mantener la jerarquía impuesta por la cultura sexista, forzando a que la mujer haga lo que no quiere, no haga lo que quiere, o se convenza que lo que fija el varón es lo que se debe hacer. Supone sentirse con derecho a un poder sobre la mujer -abuso de poder-, que autoriza a violar, invadir o transgredir sus límites, con el objetivo de vencer sus resistencias y tener control, dominio y posesión sobre ella para conservar el poder en la relación y encarrilarla según propios intereses y deseos.

Supone multiplicidad de actos, de técnicas y procedimientos de ataques u omisiones materiales o simbólicos, realizados a través del uso injusto de diferentes fuerzas -física, psicológica, moral, económica-, que buscan quitar poder, subordinar y anular a la mujer como persona. Es un medio para salirse con la suya –mantener la posición de autoridad que el sexismo permite al varón y lograr obediencia-, un atentado

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