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La fé Que Salva


Enviado por   •  28 de Agosto de 2012  •  1.995 Palabras (8 Páginas)  •  350 Visitas

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La fe que salva

José Satirio Dos Santos

“Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote” Marcos 5:33-34. Jesús en el desarrollo de su ministerio sanó muchos enfermos, cada uno de esos milagros ilustra maravillosas lecciones de fe.

En Marcos 5:21-34 se cuenta la historia de una mujer que se atravesó en el camino del Maestro cuando él iba a orar por la sanidad de la hija de un hombre principal de la sinagoga. Al parecer este caso del camino tuvo prioridad para el Señor pues lo atendió inmediatamente.

Esa mujer que interrumpió el recorrido de Jesús demostró que tenía fe y esa fe le permitió ser salva. Mucha gente quiere ser salva y habla de fe, pero muy pocos son los que la usan. Usted que quiere alcanzar favores de Dios, que desea llegar a un determinado nivel espiritual y ha buscado la forma ideal, podrá encontrar en el ejemplo de esta mujer pautas que le permitan hallar respuestas de Dios a sus necesidades.

1. UNA FE QUE NACE DEL DESENGAÑO

El versículo 26 de la lectura permite deducir que esta mujer se encontraba en el peor momento del desengaño: “Y había sufrido mucho, de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor”. Pensando en los tiempos actuales podemos imaginar que esta mujer fue primeramente a los médicos, y cuando descubrió que ellos no podían hacer nada, escuchó el consejo de otros que la invitaron a un sinnúmero de lugares. Unos trabajaban con hierbas, otros con aguas especiales y rezos, encontraría aquellos que tienen pirámides y tablas ouija, algunos le sugerirían realizar limpiezas y contras espirituales o llenar su cuerpo y su casa con fetiches.

La podemos imaginar siguiendo todas estas instrucciones, pero luego la encontramos sumida en la más profunda depresión, porque además de continuar con su enfermedad se había quedado en la miseria económica. Sin embargo, ella tuvo algo especial, a pesar de haber caminado y tocado puertas por todo lado en su desesperación, no se dio por vencida en la hora del desengaño, sino que encontró el motivo para buscar a Dios.

Hay personas que primero agotan todos los recursos habidos y por haber para entonces dar lugar a Dios; pero bienaventurados aquellos que buscan a Dios en el momento adecuado. Esta mujer escuchó hablar de Jesús y dijo: “Mi problema es tan grande, ya fui a todas partes y no he logrado la solución; ahora sólo me queda creer que éste que camina haciendo milagros, es el Hijo de Dios y a él voy ahora”. Ella uso la fe que nace en el momento del desengaño.

Usted que tiene problemas en su vida personal o familiar, no importa cuales sean esos problemas, si ha llegado al tope y está en el desengaño de la vida, aprenda como esta mujer a buscar a Dios. Usted tiene una fe que está escondida y ésta puede brotar ahora en el tiempo de la aflicción, ponga esa fe en acción.

2. UNA FE REFLEXIVA

El segundo paso que dio la mujer fue usar la fe en una forma reflexiva. Ella tomó tiempo para pensar, para analizar, para hablar consigo misma: “Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva” vs. 28. Es maravilloso ver una persona que después de haber sufrido tanto, a la hora de dar nuevos pasos, toma el momento preciso para pensar y proceder correctamente. Bajo estas circunstancias, ella habría podido perjudicarse a sí misma, pero la fe reflexiva la hizo detenerse. Aquellos que son sinceros en su reflexión siempre encontrarán a Cristo y podrán acceder al favor de Dios.

Tratando de entrar un poco en la mente de la mujer podemos suponer que ella pensó: este hombre que estoy siguiendo no es cualquiera, sino aquel a quien la gente acude y él los atiende públicamente; los ciegos ven, los cojos caminan, los muertos son resucitados; éste que lleva la evidencia de su ministerio es el que yo necesito. Y así como él ha podido ayudar a otros también podrá sanar mi enfermedad”.

La reflexión la llevó a comprender, a entender, que lo que Cristo estaba haciendo era verdad absoluta y por lo tanto sabía con certeza que ella iba a recibir también.

3. UNA FE DINÁMICA

“Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto” vs.27. El caso de esta mujer era terrible pues era considerada inmunda por el flujo de sangre que padecía y las leyes prohibían que alguien con esa enfermedad pudiera estar mezclado entre la gente. Así que ella quebrantó el orden y puso su fe en acción, una fe dinámica que le permitió romper todas las barreras, una fe que la llevó a acercarse a la fuente de su victoria.

Su esfuerzo debió haber sido muy grande porque estaba débil, delgada y además llevaba la marca del repudio de la gente, del fracaso de los médicos y el maltrato de los engañadores que la habían defraudado. Sin embargo, aún sin fuerzas, con este cuerpo que era más huesos que carne, avanzó entre la multitud para cumplir su deseo: “Tengo que acercarme, tengo que llegar donde él está, tengo que tocarlo, no importa lo que pase...”.

Aquí hay una lección para aquellos que reconocen a Cristo como la solución de sus problemas, pero que se mantienen observándolo de lejos por miedo al qué dirán sus vecinos, su familia, sus amigos o la sociedad. Bueno, si quieren saber la opinión de la sociedad ésta es muy sencilla. La experiencia ha enseñado que la sociedad se caracteriza porque no hay quién extienda la mano para ofrecer ayuda, infortunadamente las amistades giran, en su gran mayoría, alrededor de lo que la persona tiene no de lo que ella es, esta es la filosofía del mundo. Si la mujer se hubiera quedado estática por temor a la reacción de los demás, habría

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