ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Revelacion De Dios


Enviado por   •  29 de Marzo de 2015  •  405 Palabras (2 Páginas)  •  143 Visitas

Página 1 de 2

I UNIDAD:

LA REVELACIÓN DEL CREADOR A LA HUMANIDAD

Fortalecimiento de la oración

¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

Rezar es el hecho de recitar de memoria frases u oraciones aprendidas con anterioridad.

Para orar, querido amigo, no es necesario ejercicio alguno del intelecto. Se trata de una disposición interior y afectiva que busca solamente un encuentro en la intimidad con el Señor. Para ello no hace falta construir frases, ni poner en marcha la memoria. Sobran las palabras, basta únicamente la voluntad: "Le quiero y quiero estar con Él".

En este sentido podemos afirmar que la oración es un diálogo profundo con Dios, y, como en todo diálogo, se hace imprescindible la escucha, la actitud abierta y receptiva hacia Aquel de quien lo esperamos todo, en quien confiamos y a quien entregamos nuestra vida.

Si la oración es comunicación con el Señor debemos ser conscientes de que, más esencial que lo que nosotros digamos es lo que Dios nos puede trasmitir, y más importante aún que el mensaje siempre será el Emisor. Toda comunicación es válida en tanto en cuanto favorece el encuentro, de esta forma la mejor finalidad de la oración será procurar el encuentro íntimo y personal con el Señor.

¿POR QUÉ HAY QUE HACER ORACIÓN?

No encuentro frase mejor para expresar la importancia de la oración. La amistad y el amor son regalos, el mejor regalo que nos podemos hacer los seres humanos, es por tanto gratuidad total y absoluta: nadie nos puede exigir amistad/amor ni nosotros se la podemos exigir a nadie. Sin embargo la amistad, una vez que se tiene, requiere ser cultivada, cuidada y atendida. Se convierte, de esta forma, en una tarea. El amor se alimenta con la presencia del amado. Es necesario encontrar tiempo para estar con él. No es suficiente verlo y hablarle entre el barullo de la gente, hay que reservar un espacio para la intimidad, para estar a solas, para compartir la existencia con quien quieres. Cuando esto no se hace o se abandona, al principio se echa en falta, después la amistad va enfriándose poco a poco y al final la distancia y la lejanía provocan que estas personas acaben viéndose como extraños y desconocidos. La presencia del otro ya no dice nada, desapareció el afecto, murió el amor.

En nuestras relaciones con Dios nos puede pasar exactamente lo mismo. Más de una vez habremos observado a personas cercanas, comprometidas con el Evangelio y que, al volcarse en una activismo desenfrenado, empieza

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (2.4 Kb)  
Leer 1 página más »
Disponible sólo en Clubensayos.com