Ensayo sobre inteligencia artificial

Introducción:

Desde la aparición del homo sapiens sobre la tierra hace unos 200.000 años aproximadamente y luego el desarrollo de la capacidad de usar el lenguaje hace unos 50 000 años, nuestra especie se debate entre dos pulsiones básicas, thánatos y eros.

Thánatos es una palabra griega que significa “muerte”; el instinto agresivo o instinto de muerte. Representa en palabras de Sigmund Freud “la fuerza que subyace al instinto agresivo y a la tendencia a la repetición” (compulsión de repetición) es decir nos enfrenta a ser conscientes de la transitoriedad de la vida. Por otro lado se encuentra Eros o instinto de vida, que incluye tanto a la antigua libido (deseo sexual) como a una parte del instinto de conservación del “Yo”, lo que podría traducirse como la supervivencia de la especie a través de la reproducción y en cierto modo la búsqueda de un sentido de trascendencia.

Ambas pulsiones coexisten en una especie, que desde el punto de vista antropológico se ubica, como la única con capacidad de razonar (inteligencia). a diferencia del resto en el reino animal

Dentro de un campo que constituye en sí mismo toda una línea de investigación, que utiliza desarrollos actualizados en matemáticas, psicología y neurociencia, y que está a su vez influenciada por factores políticos, ideológicos y culturales, hacer una aproximación a la definición de inteligencia es sin duda un ejercicio ambicioso, sin embargo, una de las que más se acerca tomando en cuenta lo rápido de los cambios que se producen en nuestro entorno seria que “la Inteligencia es un conjunto de habilidades cognitivas y conductuales que permite la adaptación eficiente al ambiente físico y social”. (Rubén. 2011)

Las habilidades del ser humano moderno están en un proceso de evolución constante, así como, los conceptos, las ciencias y la sociedad misma. Es entonces que a través de la inteligencia se abre paso una disciplina de la que constantemente recibimos avances, cada vez más novedosos y veloces, que a menudo por esa misma velocidad de aparición, nos deja sin la adecuada posibilidad de la asimilación de los mismos,… la tecnología.

Son muchos los beneficios que disfrutamos hoy día gracias a la ciencia y los avances tecnológicos, tenemos a la electricidad y la conectividad producto de internet, como ejemplos distintivos por mencionar solo dos dentro de un sinnúmero de elementos que facilitan nuestra cotidianeidad. Sin embargo, nos enfrentamos inexorablemente  a una nueva revolución, la revolución tecnológica y con ella a un descubrimiento tan asombroso como peligroso, si no logramos comprender todas las dimensiones e implicaciones en la vida, tal y como la conocemos: La inteligencia artificial

La Inteligencia Artificial (IA) encuentra su génesis más primaria en varias disciplinas, como: la filosofía, la neurociencia y la lingüística, que contribuyeron a sembrar las ideas en los pensadores de la antigüedad y a alimentar los constructos posteriores en lógica matemática, donde surge ese lenguaje logarítmico que la caracteriza. Sin embargo, no es sino hasta mediados del siglo XX cuando se materializan las novedosas ideas sobre computación inteligente y finalmente los avances en electrónica e informática, que posibilitaron la construcción de los primeros procesadores, cuando realmente podemos decir que la inteligencia artificial está a nuestro lado, al menos a nivel laboral inicialmente.

Alan Turing, (1912-1954) considerado por muchos el padre de la IA dijo que: “existirá verdadera Inteligencia Artificial cuando no seamos capaces de distinguir entre un ser humano y un programa de ordenador en una conversación a ciegas”. Tal y como en efecto, sucedió en 2014.

La Inteligencia Artificial puede ser definida hoy, como una simulación de la inteligencia humana en una máquina, con el objetivo de hacerla eficiente para identificar y usar los fragmentos correctos del conocimiento para solucionar un problema.(Monteiro, 2019) o también, puede ser entendida como la “utilización de tecnologías para imitar a la inteligencia humana, a través de máquinas o sistemas programados, para ejercitar acciones humanas, como usar información, razonar, corregir, validar, entre otros” (Alarcón Peña, et. all 2019).

Asimismo surge una de las definiciones más controversiales, colocando a la Inteligencia Artificial como: “la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano.” (Russell y Norving, 2019)

Ante la digilitación del aprendizaje en las aulas como consecuencia de la pandemia COVID-19, nos encontramos ante nuevos retos en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Entonces ¿qué puede hacer la IA por la educación?; dentro de las respuestas destacan tres enfoques: Desarrollo de los agentes de software conversacionales inteligentes (chatbot), creación de plataformas Online para el auto-aprendizaje y la robótica educativa

En relación a los chatbots supondría un dispositivo de asistencia para los estudiantes e incluso para el docente, en el desarrollo de sus actividades de clases y asignaciones. De esta forma se genera un concepto de un aula sin fronteras o sin paredes, ya que el alumno dispondrá del tiempo y de la asistencia en tiempo real del ayúdate del tutor (chatbot).

Lo que a su vez generará un cambio en la dirección en la que el aprendizaje y el desarrollo de nuevas habilidades son guiadas, por ejemplo desarrollo de competencias relacionadas con la formación científico-tecnológica como: lenguaje de programación desde edades tempranas, conceptos como el de pensamiento computacional, que persigue la materialización en el diseño y la creación de robots, que aprendan a abstraer conceptos, fraccionar un gran problema en pequeñas partes y a plantear soluciones que pueden ser representadas como secuencias de instrucciones y algoritmos (Sobel y Shiraev, 2016). ¿Hacia dónde nos dirigimos entonces?

Sistemas de tutoría inteligente (STI) y aprendizaje online.

Los sistemas de tutoría inteligente (ITS) están basados en aplicaciones automatizadas que se han empleado para la enseñanza de ciencias, matemáticas, idiomas y otras disciplinas; basadas en tecnologías interactivas. Estos dispositivos y el uso de los mismos ha favorecido el auge del aprendizaje on line, con lo cual se ha modificado la labor docente, al ampliar significativamente las dimensiones de las clásicas aulas y al mismo tiempo abordar las diversas necesidades y estilos de aprendizaje de los estudiantes

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