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TECNOLOGÍA EN LA VIDA COTIDIANA, UNA RESPONSABILIDAD DE NUESTRO TIEMPO


Enviado por   •  28 de Agosto de 2013  •  1.242 Palabras (5 Páginas)  •  485 Visitas

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28/08/2013 · de Kya! · en Uncategorized. ·

por Jorge Luis Ventura Guemez

Correo electrónico: jdguerrerog@yahoo.com.mx

México, Septiembre 12, 2011

No es fácil comprender la responsabilidad que tiene el ser humano con respecto al uso de la tecnología si no hay una claridad de la importancia que ha tenido a lo largo del desarrollo humano. A diferencia de los animales que tienen un código genético programado desde que nacen y le permiten sobrevivir ante la adversidad de la naturaleza, el ser humano no lo posee. Su naturaleza está constituida por dos aspectos biológicos importantes: el desarrollo de su cerebro y la configuración de las manos con el pulgar opuesto, lo cual le permitió desarrollar funciones psicológicas superiores (Vigotsky, 1997), principalmente a través del lenguaje y el pensamiento que sirvieron de base en la utilización de su ventaja manual al convertirse en un transformador de la naturaleza (Engels, 2007). Gracias a esta plasticidad derivada de la carencia de un código genético predeterminado, el ser humano a la par de su desarrollo evolutivo también pudo crear y utilizar tecnología, primero como instrumentos de trabajo, después como técnica y en un estado avanzado, en la abstracción de teorías y un lenguaje común; así que la tecnología ha acompañado al ser humano desde sus orígenes.

Otra característica que condicionaría el uso de la tecnología es la naturaleza gregaria del ser humano. Bien se sabe que las comunidades primitivas usaban la tecnología como medio de supervivencia a través del trabajo colectivo aspecto que determinaría su caracter social, es decir la tecnología “es el instrumento indispensable que se requiere para organizar la coexistencia de un número desmesurado de hombres” (Nicol, 1990, p. 398). Esta afirmación es cierta a lo largo del desarrollo humano, la única diferencia entre aquel tiempo y el de ahora es el tipo de régimen que deviene en la responsabilidad en el uso de la tecnología, el cual es un asunto social y político.

La afirmación de esto último implica la forma como se considera a la sociedad y a la política de nuestro tiempo. Se sabe de antemano que el régimen económico que prevalece en casi todas las sociedades actuales, tanto en el occidente como el oriente, es capitalista. La propiedad privada es el punto medular de este régimen y el principal condicionador del uso de la tecnología, pues determina quién la usa y quién no, ya sea de forma local o global; un aspecto que por sí, está determinando un principio de desigualdad.

Hablar de este tema requiere de un análisis más extenso y que escapa a este artículo. El punto central de toda esta argumentación está en la cotidianidad; es ahí donde la responsabilidad de todos puede determinar un uso adecuado de la tecnología en nuestro tiempo, considerando que el capitalismo ha generado un tipo de ser humano peculiar que se caracteriza por ser individualista, consumista y presentista (Lipovetsky, 2000), aspectos que nacen de la propiedad privada debido a un perfeccionamiento de los instrumentos de trabajo de forma continua que permitieron cambiar el régimen de trabajo colectivo al individual y por supuesto, también la aparición de las clases sociales y que ahora en la actualidad muchos estudiosos del tema coinciden en decir que son la razón de la crisis que sufre el capitalismo.

El individualismo, el consumismo y el presentismo han determinado una relación muy peculiar con el uso de la tecnología en el tono de la desmesura con la que se le utiliza, principalmente con un tipo de tecnología en particular, la electrónica. Esto debido a su incorporación en los aparatos que ahora se utilizan cotidianamente por el ser humano; muchos ejemplos hay: lavadoras electrónicas, estufas electrónicas, automóviles… hasta un simple reloj de pulsera.

A finales del siglo XIX, la electrónica nace y su desarrollo inicial tal como la conocemos hoy comienza a mediados del siglo XX y desde entonces, su crecimiento ha sido exponencial. Este periodo de tiempo en particular es cuando la tecnología se acerca más a la sociedad, hasta su incorporación a la cotidianidad y se afianza en un lugar que no le corresponde, la de ser un fin en lugar de un medio.

Actualmente se piensa que la tecnología resolverá todos los problemas del hombre. Tal es el caso, por ejemplo de las bolsas de plástico: en lugar de reducir su uso hasta el punto de dejarlas del todo, se siguen utilizando sin mesura pues ahora ya son reciclables, pero eso no evita pensar que este hecho produce una evasión de la responsabilidad que se tiene en el uso de la tecnologías.

Otro caso, es el uso de los teléfonos celulares. ¿A cuántos conoce, estimado lector que ha cambiado este instrumento de comunicación tan frecuentemente que en ocasiones podría clasificarse como una adicción? O bien, ¿a dónde cree que se encuentra tanto equipo electrónico “obsoleto”, “pasado de moda”, “viejo”? La industria de la computación y la informática es un ejemplo pues su desarrollo se ha visto en una espiral de consumismo que va más allá de su propia determinación. Los equipos de cómputo y electrónicos, en su fabricación, reducen su tiempo de vida útil pero también su tiempo de uso por los requerimientos de software que día a día son más demandantes en el uso del hardware.

¿Qué es lo que provoca esto? Es el hecho de vender, de vender más, de no dejar de vender y provocar la compra compulsiva del consumidor de equipo electrónico más moderno, más atractivo. El “criterio o doctrina que concede a los factores económicos primacía sobre los de cualquier otra índole” (DRAE, 2001), es decir el economicismo es la causa del uso irresponsable de la tecnología por ese afán, como se ha dicho antes, de vender, vender, vender; de consumir, consumir y consumir sin importar si se necesita o no.

Hemos perdido la capacidad de razonar. Ya no pensamos, ya no evaluamos, ya no actuamos más que en nuestro propio egoísmo (individualismo), pensando sólo en el presente (presentismo) y en satisfacer nuestras necesidades en una orgía de compras innecesarias (consumismo) suplantando a un humanismo fundamentado en la educación (paideia), en el conocimiento de uno mismo (autognosis) y en el dominio de uno mismo (autarkia) (Nicol, 2007, pp. 453-459). El lugar que le ha asignado el ser humano a la tecnología en nuestro tiempo, es la razón de la pérdida de nuestra racionalidad y no es suficiente para poder enfrentar los retos que, como especie pensante nos enfrentamos en la actualidad como bien menciona Nicol (1990): “La capacidad calculadora, que se ha incrementado fabulosamente con la ayuda de las máquinas, exhibe su insolvencia cuando se enfrenta a lo que requiere auténtica racionalidad” (p. 398).

Recuperar la racionalidad se logra, como se ha mencionado antes, a través de educación con respecto al reciclado, el reuso y el consumo de tecnología.Para lograrlo se requiere de saber de nuestros propios hábitos y nuestra relación con la tecnología y por último, tal vez la más difícil para muchos, dominarse ante la masa de publicidad que nos bombardea siempre con la idea de comprar sin medida. El camino de una re-educación o de una recuperación frente a estas situaciones actuales no es fácil pero es necesario, no podemos dejar la responsabilidad a un ente sin vida como es la tecnología, de decisiones que se requieren de una actividad humana: la racionalidad.

¿Quién tiene la culpa, la tecnología o el ser humano? Si se toma la primera opción estaremos evadiendo de nuevo la responsabilidad que como especie nos toca; si es la segunda, es el camino de la recuperación de nuestra condición humana,

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