Antes de abordar el tema del Bioderecho, es preciso conocer a grandes rasgos sus orígenes y si pertenece a una rama específica del derecho o no.

BIODERECHO

Antes de abordar el tema del Bioderecho, es preciso conocer a grandes rasgos sus orígenes y si pertenece a una rama específica del derecho o no.

El Bioderecho hace parte de la rama del derecho conocida como Derecho Genómico, cuyo sistema jurídico, reconoce una serie de nombres equivalentes, tales como: Derecho Genético, derecho y genética, Derecho de la genética, Biojurídica, Bioderecho, derecho de las biotecnologías, Derecho y genoma humano, iusgenética, Derecho de las actividades genéticas, Derecho de las nuevas tecnologías de la vida, etc. e incluso, ha sido asociada a un capítulo específico de la Bioética o de la Filosofía del Derecho.

Derecho Genómico entonces lo constituyen los fenómenos jurídicos, existentes o aún no propuestos, consecuencias  o interrelaciones que tienen su nacimiento en las actividades científicas que desarrolla la Genética.

En una definición más estricta, Laura Albarellos la explica como:

(...) la rama inter y transdisciplinar del Derecho que estudia y regula las actividades tecnocientíficas o incidentales del hombre que intervengan en la composición genética , de manera directa o indirecta, de cualquier ser vivo, a corto, mediano o largo plazo, bajo condiciones de transmisibilidad o no a las generaciones futuras. Más allá de que no impliquen una intervención o modificación directa en el material genético, también se consideran incluidas en esta rama del Derecho la posibilidad de investigación criminalística o la facultad probatoria jurídica del ADN.^[1]

De acuerdo a lo anterior el  Bioderecho, es entonces aquella parte del Derecho que trata los aspectos jurídicos y legales que están implicados en la problemática que surge en torno a la vida humana y a la vida en general.

Entendidos los conceptos, se evidencia la conexión que existe actualmente, entre las ciencias y  cada vez es más evidente la necesidad de soluciones justas y respetuosas con la identidad del ser humano tanto en su forma natural como su cultura y creencias en un entorno que exige el curso de un nuevo estilo de vida y por ende de trabajo.

Creando debate que conmueve el tema de la salud; y es un problema que tiene relación con las nuevas tecnologías, la privacidad o la intimidad; que se puede interpretar como un problema de dignidad, no sólo interviene la ciencia y sus conocimientos avanzados; también interviene la ética, que se pregunta por los límites y en la realidad  comprometidas en la decisión que se deba tomar; y también lo hace el derecho estableciendo el rumbo de convivencia necesarios, las garantías de los derechos y los deberes asignados de tal manera que el  derecho, la ética y la ciencia edifiquen una solución justa.

No se puede olvidar además, la realidad que se vive en el siglo XXI y es la revolución biotecnológica, la cual ha nacido bajo una nueva revolución de investigaciones científicas sobre la vida del ser humano, que han generado diferentes frutos como el genoma humano y no menos importante pero bastante debatido la clonación.

Este enorme progreso de conocimientos científicos en el campo de las nuevas tecnologías, la biología, y más específicamente, de la genética, no es un hecho científico que interesa solamente a un reducido grupo de investigadores, sino que es algo que interesa y preocupa a toda la sociedad globalizada. Se trata de un genuino fenómeno social, ético y jurídico.

Cómo inicia la vida, el porqué de la muerte, la capacidad de tomar decisiones difíciles racionalmente, el valor de autonomía personal como principio fundamental, los diferentes descubrimientos de la ingeniería genética, los multiples avances en materia de salud, las nuevas fronteras del derecho a la intimidad, los límites al control informatizado, la influencia de la tecnología en los ecosistemas, el respeto a la identidad cultural y multicultural, el cuidado del medio ambiente o el papel del Estado en una política de carácter respetuoso con las exigencias de sus ciudadanos, son buenos ejemplos que ilustran la trascendencia de los nuevos retos del milenio y que, en definitiva, han propiciado la manifestación del Bioderecho como disciplina y el crecimiento que, ha experimentado la relación entre biología, tecnología, medicina, ética y derecho.

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