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Cuartillas Del Sistema Agricola Venezolano


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  2.698 Palabras (11 Páginas)  •  196 Visitas

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REFLEXION CRÍTICA DEL QUEHACER GERENCIAL BASADO EN SOLIDOS PRINCIPIOS DEL DESARROLLO RURAL.

REFLEXION CRÍTICA DEL QUEHACER GERENCIAL BASADO EN SOLIDOS PRINCIPIOS DEL DESARROLLO RURAL.

El Desarrollo/Desarrollo humano

El desarrollo implica satisfacción de necesidades humanas-sociales como salud, educación, necesidades culturales, económicas, espirituales, etc. Implica crear capacidades y aprovechar oportunidades para la construcción de una sociedad que en libertad, sea capaz de alcanzar una mejor calidad de vida y un sostenible bienestar.

Desarrollo humano: Según el PNUD el desarrollo humano es un proceso mediante el cual se amplía la gama de opciones de las personas, brindándoles mayores oportunidades de educación, atención médica, seguridad alimentaria, empleo e ingreso. El concepto se refiere esencialmente a la formación de las capacidades de las personas. Es justamente esta capacidad la que permite a las personas asumir su responsabilidad para mejorar su bienestar individual y colectivo y aprovechar las oportunidades que se presentan o que ellas mismas puedan crear con libertad.

Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible

El desarrollo sostenible como "aquellos procesos que permiten satisfacer las necesidades actuales, sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras" (W.C.E.D. 1987). Esta definición implica sostenibilidad ambiental, adecuación tecnológica, viabilidad económica, y aceptabilidad social. El territorio rural no se concibe como simple espacio físico, que lo es, sino como un conjunto de relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y un sentido de propósitos compartidos por múltiples actores públicos y privados. Los territorios rurales son entonces espacios eco-políticos dinámicos expresión de relaciones de interdependencia y complementariedad que hacen viable la generación de desarrollo y bienestar.

Anteriormente, la ruralidad se relacionaba fundamentalmente con las actividades productivas agropecuarias y el modo de vida resultado de esas relaciones de producción. Hoy sabemos que lo rural incluye muchas otras dimensiones productivas y comerciales, múltiples y diversos actores, así como variables socio-políticas, educativas, culturales, ambientales que forman parte del proceso de desarrollo de esos espacios.

Esta nueva visión de lo rural como territorios multifuncionales donde se interrelacionan muy diversas actividades económicas, sociales, culturales y ambientales abren un conjunto de posibilidades para la población rural basadas en la idea de desarrollo rural como el proceso de revitalización equilibrado y auto sostenible del mundo rural basado en su potencial económico, social y medioambiental mediante una política regional y una aplicación integrada de medidas con base territorial por parte de organizaciones participativas, destacando entre éstos las exigencias derivadas del concepto de Desarrollo Sostenible.

En la actualidad, consideramos que el concepto desarrollo sostenible se debate entre la búsqueda y exigencia de una defensa ética, que comienza a manifestarse como necesidad en el sentido atribuido a este término en nuestra exposición y; el romper con los presupuestos de la modernidad que ha generado la crisis o decadencia moral que se ha denominado posmodernidad, como son: la negación del ser, la muerte de la metafísica, la tiranía del relativismo ético y la falacia de la tecnocracia.

Los aspectos éticos sobre los que debe fundamentarse las cuestiones internacionales de desarrollo sostenible giran en torno a la necesidad de la solidaridad humana. Sin embargo, las concepciones claramente restrictivas de la realidad humana transforman el bien común en un simple bienestar socioeconómico, carente de toda referencia trascendente y vacía de su más profunda razón de ser.

Bajo el empuje de nuevas expectativas hacia el campo y el desarrollo de nuevas funciones de las áreas rurales, la vieja dicotomía entre campo y ciudad ha dejado de tener sentido a futuro se espera tener en las crecientes y dinámicas relaciones urbano-rural, un complejo potenciador de capacidades y oportunidades para el desarrollo armónico de estos espacios.

Ese carácter multifuncional, complejo de la ruralidad han obligado a una importante discusión teórica y a la búsqueda de abordajes integrales. En este nuevo marco, el desarrollo rural adquiere sentido si es adaptado a las nuevas realidades y al reconocimiento de oportunidades y amenazas que lo influencian, especialmente las debidas a los difícilmente predecibles cambios en los escenarios locales, regionales, nacionales e internacionales.

El desarrollo rural exige de relacionamiento y complementariedad entre los diferentes actores del sector rural, el soporte institucional, una amigable relación con lo ambiental, y una participación solidaria y necesario control por parte del Estado. En este punto, como señala Echeverri, la visión territorial aporta uno de los factores más importantes de eficiencia en el desarrollo: El primero es que responde más acertadamente a la integralidad y sentido holístico del desarrollo, al incorporar las visiones locales, desde la perspectiva de sus actores. El segundo es que la reconocida heterogeneidad de nuestro sector rural, implica la diferenciación de las acciones, lo cual se traduce en una altísima complejidad de política pública, absolutamente imposible de concebir y gestionar desde centros de poder y decisión.

Esta consideración conduce a la necesidad de encontrar mecanismos de alianza y focalización de política en los entes territoriales, en sus estrategias de desarrollo como conjunto, de forma que la política pública sectorial transite hacia una verdadera descentralización de la gestión del desarrollo. El reconocimiento de la importancia de las realidades locales y de su influencia en los procesos de desarrollo, han motivado a diferentes instituciones a generar metodologías, diseñar políticas y emprender acciones tendientes a darle una mayor importancia a los procesos de desarrollo local. Se trata de lograr una mayor participación de la sociedad civil y de las organizaciones sociales y productivas, de estimular procesos de concertación y construcción de consensos entre los distintos actores de desarrollo rural, así como la construcción de proyectos participativos para canalizar recursos que permitan

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