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Cultura De Difusion De Masas


Enviado por   •  9 de Octubre de 2011  •  5.154 Palabras (21 Páginas)  •  916 Visitas

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Introducción

En este trabajo se aborda la relación entre medios y ciudadanía, desde una perspectiva crítica. Partiendo del supuesto de que una información oportuna, plural, diversa y de calidad es vital para la conformación del espacio público, como espacio de civilidad, se pasa revista al proceso de concentración oligopólica de los medios y su incidencia negativa en la formación ciudadana, especialmente en ésta, la llamada “sociedad de la información”. De manera muy sintética se llama la atención sobre la incidencia de las tecnologías de información y comunicación que facilitan articular en un mismo momento acumulación de capital, dominio político y manipulación sociocultural. En la parte final se analiza la coyuntura en materia comunicacional, mostrando lo que está en juego entre democracia representativa y democracia participativa, la necesidad de una política de Estado y la necesidad de la regulación de los medios, así como el pleno derecho de los diferentes sectores sociales en la defensa de sus intereses mediáticos, siempre que estos no obturen la conciencia social ni el sentido solidario de construcción ciudadana. De la misma manera abordamos el tema concerniente a la guerra de 4ta generación por su estrecha relación como instrumentos de dominación.

• Cultura De Masas, Difusión De Información E Ideología.

La cultura de masas es un producto de la sociedad de consumo en el mundo occidental. A principios del siglo XX la cultura, la vida privada, el pensamiento, etc. empezaron a ser fabricados a escala masiva y vendidos en el mercado. La cultura de masas consigue fabricar a gran escala, con técnicas y procedimientos industriales ideas, sueños e ilusiones, estilos personales, y hasta una vida privada en gran parte producto de una técnica, subordinada a una rentabilidad, y a la tensión permanente entre la creatividad y la estandarización; apta para poder ser asimilada por el ciudadano de clase media.

La cultura de masas es el desarrollo de un nuevo modelo en el que se refuerzan las diferencias y las desigualdades con estrategias e instrumentos mercadológicos cada vez más elaborados. La ciencia y el conocimiento se ponen al servicio de la producción de unos valores y símbolos estereotipados. Los tres pilares fundamentales de esta cultura son: una cultura comercial, una sociedad de consumo y una institución publicitaria.

Para entender la influencia de los medios de comunicación en la sociedad de masas es indispensable determinar por qué se les considera como un aparato ideológico del Estado. Retomando la ideología marxista que concibe al Estado como un sistema que permite que las clases poderosas aseguren su dominación sobre la clase trabajadora; podemos distinguir que el aparato del Estado está constituido por dos elementos: el aparato represivo y el aparato ideológico.

El aparato represivo funciona mediante la violencia, no precisamente física pero hace uso del poder para defender sus intereses; por lo tanto pertenece al dominio público y abarca al gobierno, administración, ejército, policía, tribunales, etc. El aparato ideológico del Estado son aquellas instituciones que se encargan de presentar al ciudadano las “realidades” concordantes con la ideología dominante (la ideología de las clases en el poder), por ejemplo: la religión, la escuela, la familia, los partidos políticos, los sindicatos, las manifestaciones culturales y por supuesto, los medios de comunicación. La mayoría de ellos pertenecen al dominio privado.

Ambas se encargan de formar en el individuo hábitos, normas, reglas, creencias, sentido de pertenencia, afiliación, gustos, preferencias, etc. que serán básicas en la formación de la sociedad de masas; además de ser limitantes para la libre expresión, en otras palabras, no se permite expresar ideas que no concuerden con las preestablecidas por el aparato ideológico. Esta situación es muy representativa de los países subdesarrollados, tal es el caso de Latinoamérica y específicamente México. En el transcurso de nuestra historia podemos notar como las formas de expresión como el arte, la prensa, la radio, la televisión y demás, han sido utilizadas para respaldar las ideologías “oficiales”, esto se explica por el control y la censura que el Estado y sus correspondientes aparatos, ejercen sobre lo que debe ser divulgado.

• La publicidad y la reproducción del capital

La estabilidad económica ha permitido a las empresas -durante los últimos años- adquirir y aplicar las últimas tecnologías para garantizar la prestación del servicio que ofrece, y así mantener satisfecho a sus usuarios. Independientemente de que se produzcan y vendan bienes, servicios o ideas, uno de los principales intereses de las industrias que operan dentro de la sociedad capitalista actual, se centra en el crecimiento económico y la expansión hacia nuevos territorio.

Las Industrias Culturales, que no son más que los medios de comunicación social, también se hacen partícipes del intercambio de mercancías, que en este caso son los contenidos (informativos, de entretenimiento, entre otros), difundidos a través del cine, la radio, la prensa escrita, televisión e Internet en distintos horarios, a un público diverso.

La producción masiva logró satisfacer las necesidades básicas de la sociedad, pero tuvo su precio; la tensión entre los propietarios de los bienes, y los que no lo son. La industria de la radio, los estudios de cine, los periódicos, las revistas y la televisión son resultado del modelo capitalista de producción. El comportamiento de la sociedad (público receptor), se ha volcado hacia el consumismo, e incluso hacia la imitación -por parte de los estratos más desfavorecidos económicamente- de los patrones de conducta propios de grupos hegemónicos. Este aspecto ha contribuido en gran medida con el crecimiento de las industrias culturales y con el establecimiento de las transnacionales de la comunicación, en territorios considerados como focos de consumo e indudables generadores de ganancias. El crecimiento de las empresas comunicacionales se ha extendido a distintos países que, por necesidad de desarrollo tecnológico, crecimiento cultural, deudas o desventajas económicas, han permitido el establecimiento de estas trasnacionales de la comunicación. Los beneficios que han obtenido los países son importantes, sin embargo, se tiende a crear una relación de dependencia ante los grupos hegemónicos, generando al mismo tiempo cambios en la cultura original de la nación receptora de las industrias.

La

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