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¿Donde Aprenden Los Maestros?


Enviado por   •  27 de Octubre de 2012  •  2.670 Palabras (11 Páginas)  •  400 Visitas

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Cuando se habla del aprendizaje de los maestros, se piensa en formación docente y ésta suele dividirse en dos tipos: inicial y en servicio (o permanente). No obstante, lo que los maestros saben (o pueden llegar a saber) lo aprenden en varios lados: en el propio sistema escolar, en su formación específica como docentes (inicial y en servicio), y a través del ejercicio de su profesión.

Nos hemos referido a la formación docente inicial y en servicio. Destacaremos aquí las otras fuentes de aprendizaje.

• La importancia del sistema escolar: los maestros son ex-alumnos

Existen al menos tres razones que justifican mirar al aparato escolar como una opción prioritaria para mejorar la formación y el desempeño de los docentes:

(a) dada la reconocida mala calidad de la educación ofrecida en el sistema escolar vigente, los alumnos-futuros maestros abandonan el aparato escolar con deficientes conocimientos generales, e incluso sin una educación básica sólida, a menudo sin haber resuelto problemas elementales de lectura y escritura;

Evidencia proveniente de varios países y regiones del mundo sugiere que los maestros conservan una visión sumamente tradicional de su rol como educadores, incluso cuando están expuestos a (e incluso cuando están en capacidad de articular) un discurso educativo más "moderno". Un estudio en Colombia (Departamento del Huila) realizado en 1989 preguntaba a los maestros, entre otros, las visiones que tienen acerca de su profesión. Los resultados: prima entre los propios maestros (68%) la imagen de la docencia como apostolado; 22% destaca su calidad de trabajador asalariado, y 10% se ve como trabajador de la cultura, pedagogo, investigador (Vera y Parra, 1990).

La Reforma Educativa en marcha en España desde 1989 es un ejemplo palpable de la resistencia a planteamientos tales como un currículo abierto, autonomía de los centros escolares y autonomía profesional. Este proceso es, al mismo tiempo, un ejemplo de la prioridad asignada a la formación docente dentro del marco de una reforma educativa contemporánea (Coll, 1992; Carretero, 1995).Rosa María Torres Formación docente: Clave de la reforma educativa

(b) dado el modelo pedagógico que predomina en el sistema escolar (autoritario, enciclopédico, pasivo, represivo, etc), los alumnos-futuros maestros, en el contacto diario con ese modelo, internalizan dichos valores, métodos y prácticas, que luego se intentará modificar en la formación docente; y

(c) mejorar la educación general de los maestros (y del alumnado en general) resulta más barato que invertir posteriormente en una formación docente remedial, dedicada en buena medida a rellenar los huecos de una mala enseñanza primaria y secundaria.

A)la importancia de una sólida educación general Las consecuencias de una educación general deficitaria afectan a los alumnos del sistema escolar en su conjunto, pero adquieren un dramatismo mayor en el caso de los alumnos-futuros maestros dada su función reproductora y multiplicadora: cada maestro con una educación deficitaria cuenta por cientos, miles de alumnos que verán multiplicadas para sí mismos esas deficiencias. Por otra parte, estudios en algunos países latinoamericanos confirman que, dado el bajo estatus que tiene la docencia hoy en día, muchos de quienes optan por la docencia provienen de las filas de los alumnos menos destacados, han sido rechazados por otras facultades u optan por la docencia, en fin, en la convicción de que ésta es una de las carreras más "fáciles", menos requeridas de esfuerzo. Es preciso recordar, por otro lado, que la inmensa mayoría de maestros en servicio a nivel primario en el mundo no tienen estudios universitarios y que, en muchos países, una primaria completa o unos pocos años adicionales de enseñanza secundaria bastan para ser maestro en el sistema público.

En estas condiciones, la formación docente, inicial y en servicio, pasa a convertirse, en buena medida, en un mecanismo compensador y nivelador de lo que debió aprenderse en el sistema escolar, incluyendo el dominio de las asignaturas básicas así como otros conocimientos, habilidades y actitudes esenciales para la buena docencia tales como: la capacidad para aprender a aprender, para desarrollar el autoestudio y la autodisciplina en el aprendizaje; una adecuada expresión oral y escrita, y capacidad comunicativa en sentido amplio; el espíritu y la capacidad para investigar; el hábito y el placer de la lectura y la escritura

(b) la importancia de un buen modelo pedagógico Varios estudios han venido a confirmar lo que deja a la vista la evidencia empírica: los maestros tienden a replicar en su tarea como docentes aquello que (como parte del "currículo oculto" del aparato escolar) aprendieron sobre la enseñanza y el aprendizaje a través de su diaria vivencia de alumnos. La experiencia escolar parece tener más fuerza que lo aprendido en la formación docente. Desandar lo andado y desaprender lo aprendido resulta difícil y a menudo infructuoso, cuando se ha convivido durante muchos años con un modelo educativo autoritario, rígido, disciplinario, pasivo, como único referente e incluso como exponente escolar y socialmente reconocido de la "buena educación".

(c) una estrategia menos costosa y que beneficia a todos Como se ha señalado, quienes calculan costos para las diversas alternativas de formación docente concluyen que invertir en una buena enseñanza secundaria (que garantice el dominio de las asignaturas básicas que deberá enseñar el futuro maestro) es mucho menos costoso que invertir en una formación docente inicial que, en la práctica, se dedica fundamentalmente a completar lo no hecho por la mala enseñanza secundaria. Según cálculos del Banco Mundial, esta segunda opción es entre 7 y 25 veces más cara (BM 1995) y, en todo caso, distrae la atención de la formación docente propiamente dicha.

Demás está decir que el mal o buen docente no se forja únicamente en la enseñanza secundaria sino desde la enseñanza primaria. En este sentido, lo que se plantea es la necesidad de ver la reforma educativa como una reforma integral y sistémica (del sistema educativo en su conjunto) y no sólo como una inversión en los alumnos en general sino en los futuros maestros de manera específica. No es posible continuar viendo la formación docente como algo que arranca cuando el alumno ha abandonado el sistema escolar y ha hecho una opción formal por la docencia.

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