EL DEPORTE EN LA EVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD

EL DEPORTE EN LA EVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD

El siguiente escrito pretende valorar la historia y la importancia del deporte en la evolución de la humanidad. Para esto, en primera instancia, se estructurará un concepto de deporte. En segunda instancia, se describirá una breve reseña de la historia y evolución del deporte. Por último se abordará las derivaciones del deporte en la actualidad y su significancia en relación con el ser humano.

El deporte puede ser considerado como la agrupación de actividades físicas realizadas por el ser humano con el objetivo lúdico o competitivo. El objetivo lúdico apunta a la recreación y diversión, a ocupar tiempo libre, a adquirir una mejor salud. El objetivo competitivo esta referido a la superación de elementos humanos como otro deportista o equipo, o físicos como distancias, obstáculos, tiempos; bajo el acatamiento de códigos y reglamentos establecidos. En esta última instancia nace el concepto de profesionalización, que se fortalece durante el siglo XX.

La práctica de actividades deportivas se remontan a los pueblos más antiguos de la historia. Actividades realizadas desde la prehistoria como correr para escapar a los animales, saltar para franquear los obstáculos naturales, atravesar a nado los cursos de agua, lanzar armas como jabalinas o luchar cuerpo a cuerpo con sus enemigos, pueden ser consideradas como actividades relacionadas con el deporte.

Todas esas actividades se fueron ritualizando quedando asociadas a la religión o a las celebraciones. Por ejemplo, las civilizaciones precolombinas practicaban cierto juego con una pelota (el tlachtli), los egipcios eran apasionados del tiro con arco y de las justas náuticas y, 500 años antes de que tuvieran lugar los primeros Juegos Olímpicos, los griegos ya medían sus fuerzas en carreras de carros y en combates .

Un trascendental paso para la estructuración del deporte con objetivo competitivo se dio con el desarrollo de los Juegos Olímpicos. Los primeros Juegos olímpicos de la antigüedad, realizados en Olimpia, se celebraron en el año 776 a.C. Duraban seis días y consistían en combates y carreras hípicas y atléticas. En el siglo IV, con el declive de la civilización griega, iniciaron su decadencia. El deporte de competición no renació hasta el siglo XIX. Entretanto, se fortaleció el vínculo entre el deporte y la guerra (con el auge del tiro con arco, los torneos y la esgrima); sólo ciertas actividades como el juego de pelota en Francia o el golf en Escocia escaparon a esta tendencia general.

Con la Revolución Industrial las competencias deportivas reaparecen en Gran Bretaña y en los países de Europa septentrional. Durante el siglo XIX nacieron la Regata Oxford-Cambridge (disputada entre ambas universidades desde 1829), el rugby (inventado por estudiantes de la Rugby School británica) y la primera edición de la Copa América de vela (1851). Con el tiempo, el principal valor deportivo amplió su espectro; ya no se trataba sólo de competir frente a un rival, sino también de batir al propio tiempo o a dificultades y obstáculos naturales (la ciencia contribuyó a ello, proporcionando la posibilidad de medir con exactitud el tiempo y el espacio). Paralelamente fueron apareciendo el fútbol, el waterpolo, el tenis de mesa y otros muchos deportes que se consolidarían durante el siglo XX.

El restablecimiento de los Juegos Olímpicos tuvo lugar en 1894, en el desarrollo de un congreso en el que se fundó también el Comité Olímpico Internacional (COI). Los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna se realizaron en Grecia, donde se habían celebrado siglos atrás, en 1896. Participaron sólo 13 países y 295 deportistas, pero constituyeron un gran acontecimiento y desde entonces se han celebrado cada cuatro años (excepto durante las dos guerras mundiales). Desde 1924 también tienen lugar los denominados Juegos Olímpicos de Invierno.

Durante el siglo XX las repercusiones de los juegos olímpicos provocaron una gran expansión del deporte. Las diferentes disciplinas y modalidades se organizaron en torno a federaciones nacionales e internacionales, e instauraron sus propias competiciones. El deporte que comenzó siendo una simple forma de ejercicio físico se convirtió en una actividad de tiempo completo y profesional. Para competir y alcanzar récords, los deportistas tuvieron que prepararse de forma metódica e incluso científica. En todos los deportes se aplicaron las más avanzadas tecnologías y trabajaron los mejores profesionales para mejorar el entrenamiento de los atletas y diseñar los materiales de competición.

Inicialmente, realizando una apología de los principios fundadores del deporte, las autoridades deportivas internacionales se opusieron a la profesionalización del deporte, rechazando la idea de recompensar económicamente las victorias deportivas. Pero en la década de 1960, el golf, el tenis o el automovilismo dieron el paso decisivo y superaron el tradicional espíritu aficionado del deporte. Sin embargo,

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