EL FUTBOL EL NEGOCIO DE LA PASION

EL FUTBOL EL NEGOCIO DE LA PASION

El futbol un deporte que se ha vuelto una pasión global, un juego simple de reglas matemáticas y sentido común del siglo anterior que permite en el mundial de futbol conocer a países olvidados y geopolíticas excluidas de las naciones unidas, a la vez conocer la historia de cada jugador como los humildes que han sido comprados por empresarios para hacer dinero. El futbol que se movía solo por la pasión, siendo un deporte paso a ser algo más significativo algo que todos quieren practicar, ver y animar, pero todo esto vino acompañado de un juego complejo del cual los empresarios se enriquecen y pueblos enteros contagiados de lo que hoy es una mercancía que mueve cantidades alarmantes de dinero por que provoca la unión de una nación por una misma pasión africanos, europeos, asiáticos, australianos y latinos compitiendo de igual a igual países pequeños venciendo a los grandes o países de primer mundo derrotados por países tercermundistas. Este que solo es un deporte infiere directamente en problemas políticos, olvidar por un momento la desdicha causada por guerras y pobreza que tienen algunos países remplazándolo por un instante por la felicidad que da el futbol. También la política depende indirectamente de este este deporte desde movimientos políticos hasta elecciones presidenciales del país organizador como ocurrió en el país organizador del mundial Brasil. Podían subir su valor y en una hora por publicidad más sus salarios algunos podían ganar lo que cuesta la sanidad para millones de enfermos o becas estudiantiles de miles. Esta pasión mueve incluso cosas como el patriotismo, amor y odio entre naciones celebrando todo un país  un triunfo mientras que todo el otro país aborrece la derrota, pueden celebrar con euforia o exaltarse por la derrota de manera vengativa. En Colombia ahora viene la pasión por la paz que nos trae el proceso la habana la cual no se puede convertir en una mercancía, ni negocio, ni intervenir el fanatismo, odios o noticias amarillistas para que no cambie su identidad ni su razón de ser.

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