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El Adolescente Y El Preceptor


Enviado por   •  20 de Junio de 2013  •  1.334 Palabras (6 Páginas)  •  1.639 Visitas

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Introducción.

¿Cuál es la relación entre el preceptor y el alumno? ¿Cuáles son sus funciones y obligaciones?

¿Qué características tiene el adolescente? Éstas algunas de las preguntas que guiarán nuestro desarrollo respecto de la dinámica que se establece entre el preceptor y los alumnos con sus particularidades respectivas.

Para contextualizar, tanto el preceptor como el alumno forman parte de una institución, en este caso, de “Educación”, es decir, un conjunto de normas y valores que resultan importantes para la sociedad y se ponen en acción a través de establecimientos organizados. Un establecimiento por excelencia es la escuela, donde sus miembros, en los distintos roles y funciones, están organizados para obtener logros de acuerdo con un fin específico. Las organizaciones, en un lugar y en un tiempo determinado, hacen presente el orden social que establecen las instituciones.

No todas las organizaciones son iguales, sino que poseen características, rasgos, singulares que se corresponden con distintas culturas institucionales escolares entendidas éstas como:

Una Cuestión de familia: la escena es familiar; los vínculos son afectivos, los sentimientos desplazan la tarea; los conflictos son interpersonales, suelen no resolverse ni elaborarse; en cuanto a la comunicación se desvalorizan los canales formales.

Una cuestión de papeles o expedientes: existe una exageración de la racionalidad; los vínculos son interpersonales, los sentimientos son ignorados; los conflictos son negados o eludidos, no se elaboran ni resuelven, se definen por posiciones de jerarquía; existe preeminencia de los canales formales en la comunicación, verticales (descendentes o ascendentes) habitualmente escritas.

Una cuestión de concertación: se da la negociación; hay vínculos contractuales, respetuosos, los sentimientos están puestos en la pasión por la idea sustantiva; los conflictos surgen por divergencias en las posiciones, se redefinen y disuelven o se resuelven por elaboración; se utilizan canales formales útiles a la difusión, no se desconocen lo informales.

Nos parece interesante analizar el vínculo que se genera entre el alumno y el preceptor, ya que, independientemente del tipo de organización institucional escolar, el preceptor es un soporte, complementa, acompaña al alumno en su desarrollo escolar y personal. Inculca en los alumnos la noción de autoridad a través del respeto mutuo.

Características del adolescente.

El complejo de la Langosta

Las palabras adolescente y adulto de Deriva del verbo latino adolescere crecer, desarrollarse. “Adolescente” deriva del participio presente que es activo; por tanto es el que está creciendo, “adulto”, del pasado, que ya ha crecido.

El complejo de la langosta, citado por Doltó, expresa la analogía entre el pasaje por la adolescencia y el las langostas cuando cambian de caparazón, pierden primero el viejo y quedan sin defensas por un tiempo, hasta fabricar uno nuevo. Durante ese tiempo se hallan en gran peligro…”

“Es como un segundo nacimiento que se realizaría progresivamente. Hay que quitar poco a poco la protección familiar, como se ha quitado la placenta protectora. Quitar la infancia, hacer desaparecer al niño que hay en nosotros, constituye una mutación. Esto causa por momentos la impresión de morir…Uno sabe que muere, sin embargo, no ve todavía hacia qué va. Ya nada es como antes, pero es indefinible…”

Una psicoanalista argentina, Arminda Aberasturi hace importantes desarrollos sobre la adolescencia y señala que entrar en el mundo de los adultos significa para el adolescente la pérdida definitiva de su condición de niño. Es un momento crucial en la vida del hombre y constituye la etapa decisiva de un proceso de desprendimiento que comenzó con el nacimiento.

Los cambios psicológicos que se producen en este período y que son el correlato de cambios corporales llevan a una nueva relación con los padres y con el mundo. Ello sólo es posible si se elabora lenta y dolorosamente el duelo por el cuerpo del niño, por la identidad infantil y por la relación con los padres de la infancia.

Cuando el adolescente se incluye en el mundo con ese cuerpo ya maduro, la imagen que tiene de su cuerpo ha cambiado, también su identidad y necesita entonces adquirir una ideología que le permita su adaptación al mundo y su acción sobre él para cambiarlo.

En este período fluctúa entre una dependencia y una independencia extremas y sólo la madurez le permitirá más tarde ser más independiente dentro de un marco de necesaria dependencia. Es este un período de contradicciones, confuso, ambivalente, doloroso, caracterizado por fricciones en el medio familiar y social.

El adolescente y la disciplina

La autoridad es asunto complicado, cuando hay demasiada no es soportable. Cuando no hay bastante el adolescente se siente abandonado, como si no se interesaran verdaderamente en ellos.

Los adultos que ejercen una autoridad inteligente son creíbles gracias a su experiencia, su buena voluntad y afecto. Entonces la autoridad es aceptable.

El adolescente es inestable en lo afectivo, es sensible y agresivo; el ridículo y la ofensa son la cosa más tremenda que les pueda pasar; son críticos feroces juzgando a los mayores; y la autoridad es desafiada con todas sus energías.

Tendencia a la desobediencia a padres y personal escolar, actitudes presuntuosas y desafiantes.

Autoafirmación, afirmación del yo, confianza excesiva en sus ideas, brotes de egocentrismo, hay también una inestabilidad emocional, cambios inesperados de humor, reacciones imprevistas y descontroladas. También tiene gusto por la discusión y la defensa. Incremento del dominio del lenguaje y de su capacidad de comunicación.

Funciones y obligaciones del preceptor

De las diversas tareas a desempeñar nos enfocamos en lo que hace más alusión a la autoridad y teniendo en cuenta las características del adolescente anteriormente mencionadas:

El preceptor deberá suscitar en los alumnos el sentido de responsabilidad, el compañerismo y la solidaridad humana, el respeto a sus autoridades y a las normas que rigen la vida en la sociedad y toda actitud que atienda a su formación integral.

Deberá ser ante el educando, dentro y fuera de la escuela, ejemplo vivo de buenas maneras y actitud moral.

Deberá interesarse por los problemas que tengan los educando a su cargo, orientándolos debidamente para facilitarle su solución.

Mantener el orden y la disciplina de los educandos durante la permanencia de éstos en el establecimiento, instándolos a colaborar en la conservación, aseo e higiene de las distintas dependencias.

Dar cuenta a su superior jerárquico de cualquier acto de indisciplina o que atente contra los buenos hábitos y costumbres sociales y solicitar la sanción pertinente.

El preceptor debería: conocer las ideas previas y sentimientos personales, desarrollar las habilidades sociales para la afirmación en el grupo, tener consciencia que los más mínimos detalles pueden herir la sensibilidad de los alumnos.

Uso de la metodología participativa, influir a través de amigos, entrenar en técnicas de auto-control y auto-reforzamiento.

Recomendaciones en el diálogo con el adolescente:

Crear un clima de comunicación en el que el adolescente pueda exponer sin temores sus razones y sentimientos.

Saber escuchar es la clave para intentar comprender el punto de vista del alumno.

Tratar de escoger el momento oportuno para hablar, acercarse ante una situación conflictiva.

No minusvalorar la importancia de los problemas que hacen sufrir a los adolescentes.

Evitar el interrogatorio, la intromisión o curiosidad.

Si bien el adolescente está en un contexto escolar, no es solamente estudiante, por cuanto es necesario considerar otros aspectos de su vida.

Tratar de proponer metas más que de imponerlas.

A modo de conclusión:

Al profundizar en la relación preceptor-alumno no sólo encontramos una relación formal, sino que un vínculo cercano, afectivo, en el cual el preceptor acompaña en este período nuevo para el adolescente. El preceptor se presenta como un guía, como un referente significativo. Es importante que pueda comprender la etapa de transición por la que atraviesa el adolescente, teniendo paciencia y empatía; para posibilitar una buena relación con los alumnos.

Bibliografía:

• Ficha interna del Curso formación preceptores I, S.O.E.M.E.. “Definiendo organización e institución”.

• Ficha interna del Curso formación preceptores I, S.O.E.M.E.. “Modelos de organización educativa”.

• Dolto, F;Dolto-Tolitch C. “Palabras para adolescentes o el complejo de la langosta”. Ed. Atlándida, Bs. As, 1995.

• Bossellini, L., Orsini, A. “Psicología”. Ed. a-Z, Colombia, 2002.

• http://www.orientared.com. “El desarrollo evolutivo en la pubertad-adolescencia”.

• http://www.orientared.com, “El diálogo con el adolescente”.

• http://www.orientared.com. “Adolescencia”.

• Decreto Nº 817/81. “Reglamento general para escuelas de enseñanza media y educación técnica. Art 31º) De los preceptores”.

• http://etimologías.dechile.net/?adolestente.

TRABAJO FINAL. CURSO DE PRECEPTORES I.

SOEME.

El VÍNCULO DEL ADOLESCENTE Y EL PRECEPTOR.

LA DISCIPLINA.

INTEGRANTES: GORZA, CARLA

MONTENEGRO, SILVINA

DOCENTE: SONZOGNI, ELENA

COLABORADORA: DE ANGELIS, NOELIA.

...

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