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El Derecho Penal Esclavista


Enviado por   •  4 de Marzo de 2012  •  4.163 Palabras (17 Páginas)  •  1.225 Visitas

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El Derecho Penal esclavista

En la Venezuela Agropecuaria de 1870, desaparecen las barreras étnicas y se estable una nueva estratificación social basada en la propiedad, como consecuencia de la Guerra de Independencia, y especialmente de la Guerra Federal, que sembró aspiraciones de igualdad en la conciencia social del pueblo venezolano. Las clases sociales dependían de las características económicas, del tipo de vida, del nivel de educación y del éxito político y militar. Entre esta nueva división social Gil Fortoul señala:

a) Terratenientes: Los propietarios de grandes extensiones de tierras rurales.

b) Grandes comerciantes: Controlaban la importación y la exportación, y prestaban dinero a altos intereses.

c) Profesionales y altos funcionarios públicos: Cobraban los honorarios por servicios prestados, al igual que los artesanos que trabajaban en forma independiente.

d) Artesanos: Quienes trabajaban con poca intervención de maquinaria para la producción de objetos operativos de uso doméstico a base de barro.

e) Pequeños comerciantes y transportistas: Aquellos dueños de pulperías y tiendas y vendían las mercancías directamente a los pobladores, y los transportistas era aquellas personas cuyos ingresos dependían de las ganancias que les dejara llevar a las personas ó mercancías de un lugar a otro.

f) Dependientes ó empleados: Quienes dependían del pago que en oro le diera por motivo de las labores realizadas.

g) Campesinos: Era la mayoría de la población Venezolana que trabajaba en condiciones de servidumbre como aparceros medianeros, arrendatarios o peones jornaleros en las tierras de los latifundistas.

Sobre esta base social se conforma la nacionalidad venezolana y sus formas de organización.

La familia decimonónica (siglo XIX). En la familia decimonónica persisten los valores patrimoniales, siendo el padre el eje sobre el que pivota el sistema patrilineal de la transmisión de bienes. La herencia se considera como un derecho consuetudinario y tradicional, sancionado por la ley y los códigos civiles. Como marido, el padre es también el administrador único de los bienes familiares.

La familia es, para la sociedad burguesa, la célula básica sobre la que se sustenta no sólo el sistema social sino también el económico y el político. En cuanto que lugar primario de inserción del individuo, es también mecanismo de socialización. En ella los hijos aprenden la tradición, se empapan de la educación paterna y adquieren los valores que les serán útiles en el futuro. En la familia, se trasmite a los individuos el código simbólico referente a la nación, el nuevo marco referencial ahora imperante. Si durante el Antiguo Régimen muchas personas podían estar adscritas a señoríos nobiliarios o eclesiásticos, o veían en el rey a una figura a la que guardar fidelidad por encima de todas las cosas, ahora, con el encumbramiento de conceptos como nacionalidad o ciudadanía, los individuos han de aprender nuevos códigos de comportamiento, nuevas formas de pensar, nuevos valores y estructuras. Para este menester, la familia, así como la escuela, se manifiestan como el caldo de cultivo ideal.

Familia y Estado aparecen como instituciones similares, aunque actuantes en rangos diferentes. Ambos proveen de bienes materiales y espirituales: el individuo recibe cuidados sanitarios, es formado y educado, es defendido; en ambos el individuo tiene un lugar y una identidad, lo que le garantiza unos derechos al mismo tiempo que unos deberes: la persona adquiere por nacimiento unas señas de adscripción únicas que le identifican de por vida y que se pretende sean motivo de orgullo y singularidad, posee un apellido así como una bandera, conoce a sus antepasados al mismo tiempo que a los héroes de la patria; tanto en el ámbito familiar como en el estatal ha de trabajar a favor del bien común, convencido de que ambos son inseparables: debe aportar, a partir de cierta edad, a la economía familiar -salario- y al Estado -impuestos-, debe prestar parte de su tiempo en forma de servicios a la comunidad, tales como el trabajo o la milicia.

En tanto que institución que se pretende intemporal, la familia burguesa tiene en la acumulación del patrimonio uno de sus objetivos principales. La tradición y la herencia son recibidas por el individuo al nacer y es su obligación no sólo mantenerlos sino, en los casos materiales, incrementarlo. Las posesiones familiares pueden ser símbolo de distinción y prestigio, en una sociedad en la que ya han perdido importancia aspectos como el título de nobleza, más propios del pasado. La casa y su contenido son, pues, la parte fundamental del patrimonio, un legado que apela a las raíces y a la propia identidad y que ha de ser transmitido a los herederos, así como el "buen nombre" y la "posición social".

9. La familia contemporánea (siglos XX-XXI). Las sociedades contemporáneas, y especialmente las occidentales, tienden a creer que la familia nuclear es una forma natural de relaciones familiares. La familia es concebida como un espacio de “intimidad, amor y apoyo donde los individuos pueden escapar de los efectos de las fuerzas deshumanizantes de la sociedad moderna".3 Generalmente se representa a la familia como una entidad proveedora de amor y protección de las asperezas del mundo industrializado, y como un espacio de calidez, comprensión y cariño proveniente de la madre amorosa y la protección que debería esperarse de un padre.

Sin embargo, la idea de protección familiar ha venido declinando en la medida que la sociedad civil tiende a intimar cada vez menos sus conflictos, proceso que ha sido acompañado por la emergencia de los derechos humanos y la protección del Estado. Además, el ideal de la realización personal o familiar ha sido reemplazado como el principal ideal de la familia. En los tiempos contemporáneos a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, la familia lo que es "vitalmente necesario pero ausente en otros órdenes de la sociedad". Las posturas más conservadoras acerca de la sociedad no son ajenas al debate del papel de la familia nuclear en las sociedades occidentales modernas. Generalmente señalan que el Supuesto declive de la importancia de la familia es un signo de la decadencia y corrupción de la sociedad moderna. Desde ese punto de vista, se considera que las estructuras familiares de tiempos anteriores fueron superiores en tanto que eran más estables y felices, al mismo tiempo que pocas veces debían lidiar con cuestiones como la descendencia ilegítima o el divorcio. Sin embargo, en términos de la observación empírica

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