Ensayo jurídico: Competencia Perfecta e Imperfecta

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UNIVERSIDAD PRIVADA CÉSAR VALLEJO

FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA DE DERECHO

CURSO: ECONOMÍA Y DERECHO

Alumna: Sullón Martínez Leslie Analía

Docente: Mg. José A. Fernández Vásquez

Turno: Mañana

PIURA - PERÚ

2021

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Competencia Perfecta

Uno de los puntos que emergen en las crisis económicas es la alusión del fracaso de los economistas neoclásicos en el momento de presagiar y gestionar los resultados de la crisis financiera donde ninguno de aquellos expertos ha sido despedido por incompetente, los economistas no fueron expulsados de sus puestos en el Régimen. Ningún departamento de Economía fue clausurado, ni por sus errores ni como medida de ahorro de costes. Por esto, identificaremos las causas que respaldaran este juicio que instruye tal paradójico escenario sin condicionan el análisis de lo económico. Después, presentare deducciones ideológicas generadas por el raciocinio neoclásico, por lo tanto, comprobaremos cómo el mecanismo de acción ideológico presente en el raciocinio de los economistas de “agua dulce” se expone de su innegable complejidad y suceder experimental de la presente crisis económica y financiera de participación política en el sistema económico. Las deficiencias generadas por el sistema económico derivarían de una mediación sobre las adaptaciones en el mercado independiente, donde las razones de la crisis de hoy son las políticas de corte neoliberales que habrían supuesto un crecimiento sin parangón en los niveles de desempleo, diferencia y precarización social, los economistas de «agua dulce» interpretarían tales secuelas como impacto directo de la instintiva pretensión de control y dirección del policymaker. Solo a partir de esta perversión ideológica extremista, los economistas de «agua dulce» tienen la posibilidad de afrontar las dramáticas secuelas del sistema económico como grupo de desajustadas maniobras políticas, y liberarse de esta forma de la responsabilidad normativa que demanda su implicación en la vida académica y social. Si desde el presupuesto de incapacidad de «conocimiento» perfecto deducimos precisamente el desconocimiento total de los agentes, el juicio normativo queda desplazado y superado por un rasgo ideológico-trascendental. Las ciencias empíricas de cualquier evento no derivan en un inicio de correspondencia con su riguroso marco categorial y sí de las propias fronteras de acción que rigen el marco de probabilidad de lo experimental. Este nivel extremo de subjetividad es justamente eso que imposibilita la concepción trascendental que rige al pensamiento neoclásico y que termina convirtiéndolo en un sistema ideológico. Ahora bien, que el raciocinio neoclásico se muestre en términos ideológicos no involucra por sí mismo una negación arbitraria de lo experimental. Claramente, el triunfo del pensamiento neoclásico procede de tomar como eje un rasgo experimental central de la realidad–el sujeto como ser auto interesado para desde él, hacer una proyección al infinito, tendencia al equilibrio general, mediatizada por un incremento infinito de acción, incesantes mejoradas derivadas de la competencia. Con objeto de contestar a estas preguntas examinaremos primeramente como la competencia perfecta es un criterio trascendental cuya funcionalidad social de legitimación para el raciocinio neoclásico involucra un no ejecución experimental. Llevada al extremo donde el costo se igual al coste marginal el término de competencia implica una inviabilidad absoluta. La competencia pide ausencia de simetrías, y, por consiguiente, desorden. Además, la competencia en tales términos solo puede desentrañarse a partir de un plano general de «ordenación» de la actividad económica. El sistema de competencia puede tratarse entre agentes, sin embargo, no para agentes. El raciocinio neoclásico jamás previene de eso que posibilite diferenciar a favor de las fronteras empíricas de probabilidad de la competencia perfecta. Ante la facticidad de los estados históricos-empíricos, la competencia perfecta se revelaría como un estado meta-histórico donde su funcionalidad como criterio límite implica una negación del proceso social de la competencia, y, por consiguiente, una contradicción dialéctica de la competencia misma. Atendiendo al irrealismo experimental que subyace inicialmente de la competencia perfecta, nos acercaremos en este apartado al segundo de los supuestos vinculado con la hipotética e incorregible tendencia hacia tal estado de equilibrio. Incluyendo la conjetura del aprendizaje y la lógica pura de la votación personal se convierte ideológicamente en un supuesto definitivo para la ejecución de la competencia perfecta. Lo lógico podría ser analizar el nivel de autenticidad de esas condiciones del mercado experimental que permiten al pensamiento neoclásico advertir la probabilidad de un estado de perfecta competencia. Por lo tanto, es el grupo de costos forjados en el mercado como «sistema de conmutación a distancia» en el cual cada representante acomoda sus elecciones a un sistema de competencia perfecta, lo cual deberá ser corroborado empíricamente. Solo si de su estudio tenemos la posibilidad de deducir un entendimiento experimental derivado de un definitivo aprendizaje hacia la competencia real, el dogmatismo de los economistas de «agua dulce» quedaría hipotecado a futuras investigaciones. Solo mediante las actitudes personales en el mercado independiente e institucionalizado desde los costos, la racionalidad reducida de los agentes queda hipotéticamente desplazada de las elecciones irracionales y, por lo tanto, del supuesto de imperfecta competencia. Para los economistas de «agua dulce», el mercado se convierte mediante los costos libres en el mecanismo capaz de producir información elemental como para que de manera no intencionada cada una de las elecciones queden arregladas en un innegociable encuentro hacia la competencia perfecta.

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