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HISTORIA CONTEMPORANEA


Enviado por   •  2 de Abril de 2013  •  Informes  •  2.907 Palabras (12 Páginas)  •  249 Visitas

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HISTORIA CONTEMPORANEA

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Las potencias autocráticas

y los movimientos

emancipadores

EL IMPERIO OTOMANO Y SERVIA, GRECIA Y EGIPTO

En el extremo sudoriental de Europa, el imperio otomano seguía constituyendo una

formidable potencia que no habían podido abatir las reiteradas ofensivas de Austria y Rusia.

Su dominio sobre los Balcanes era aparentemente sólido, porque el poder del estado otomano

ahogaba cualquier signo de insurrección. Empero, la rebelión estaba latente en esa región por

la violenta hostilidad que conservaban algunos grupos que, por su tradición nacional y su fe

religiosa, se mantenían aglutinados y diferenciados de los turcos dominantes.

A principios del siglo lux, los servios se habían sublevado contra el sultán y habían sido

vencidos; pero en 1815 tuvieron mejor suerte y lograron derrotar a las fuerzas turcas,

circunstancia que obligó al imperio otomano a reconocer su autonomía, sobre todo por el

temor de una intervención de Rusia, libre ya de la zozobra que le causaba Napoleón.

Movidos por idénticos ideales, los griegos se sublevaron en 1821 y desencadenaron una guerra

cruel en la que, por ambas partes, abundaron las matanzas despiadadas. Con todo, los

insurrectos no pudieron contrarrestar el poderío militar de los turcos y parecían vencidos

cuando, en 1827, comenzaron a recibir la ayuda de los países occidentales. Respondiendo a la

corriente de opinión que había llevado a Grecia a muchos voluntarios —al poeta Byron entre

ellos— los gobiernos de Rusia, Francia e Inglaterra enviaron fuerzas militares para poner fin al

conflicto y asegurar la independencia griega. Destruida la flota turca en Navarino, las fuerzas

terrestres del sultán fueron vencidas en Andrinópolis por el ejército ruso, de modo que el

gobierno de la Puerta solicitó la paz y firmó el tratado de Andrinópolis en 1829, por el que

reconocía la independencia de Grecia.

Poco tiempo después se suscitó un conflicto interno de resultas del cual Egipto quedó

separado de Turquía. El imperio otomano se disgregaba, y aunque no podría atribuirse la

aparición de las nuevas nacionalidades a la influencia de los movimientos liberales, lo cierto es

que resultó en cierto modo de las condiciones políticas que esos movimientos crearon en

Europa. Por otra parte, el nuevo mapa que se dibujaba en los Balcanes correspondía al juego

de fuerzas que se había establecido entre las grandes potencias, pues tanto Francia e Inglaterra

como Austria y Rusia aspiraban a recoger, parcial o totalmente, la influencia que antes ejercía

el gobierno turco. Sólo se opondrían a esos deseos los choques de unos intereses con otros, y el

creciente desarrollo del nacionalismo, que floreció en la cuenca oriental del Mediterráneo de la

misma manera que en el occidente de Europa.

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HISTORIA CONTEMPORANEA – Los antecedentes del conflicto de 1914

LAS ALIANZAS INTERNACIONALES

Para lograr sus propósitos, Alemania había procurado crear una densa red de alianzas que le

permitieran estar a cubierto de sorpresas diplomáticas y militares. Poco después de

constituido el imperio, procuró establecer una unión de los tres emperadores —de Alemania,

Austria y Rusia— pero este plan fracasó, quedando reducido a una alianza de Alemania y

Austria. Poco después, cuando Italia vio frustradas sus aspiraciones coloniales, se unió a

aquellos imperios en 1882 y se constituyó así la llamada Triple Alianza, que pareció un

instrumento poderosísimo para la conquista del predominio de Europa.

Desgraciadamente para Alemania, sus planes de expansión quedaron demasiado a las claras

por obra de la irreflexiva actitud del kaiser Guillermo II, cuya falta de tacto diplomático

empujó a Rusia a un entendimiento con Francia. Este vínculo quedó sólidamente forjado en

1894, como consecuencia de los fundados temores que concibió Rusia acerca de la política de

los imperios centrales en los Balcanes; y cuando Alemania se lanzó a una política revisionista

en materia colonial, Inglaterra comenzó a temer sus resultados y a acercarse a Francia, aun sin

apartarse abiertamente de Alemania, con cuya casa real estaba emparentada la de Inglaterra.

Así, en 1907, quedaron dibujadas dos líneas políticas, al oponerse a la Triple Alianza la Triple

Entente. No quedaba a las potencias menores sino optar por uno u otro bloque, y esta elección

era fácil según el conjunto de los intereses y posibilidades de cada uno de los países. Así, la

hostilidad contra Austria que caracterizaba a los servios, los empujó a un entendimiento con

Rusia y Francia; Bulgaria y Turquía, en cambio, estaban decididos a favor de los imperios

centrales, y fue

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