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INSTITUCIONES EDUCATIVAS Y SU MISIÓN. El Contenido De Las Reformas Educativas En América Latina En Los Umbrales Del Siglo XXI


Enviado por   •  1 de Julio de 2015  •  2.569 Palabras (11 Páginas)  •  281 Visitas

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En el campo educativo, las reformas no representan una primicia de estos últimos decenios, sino que a lo largo de los siglos XIX y XX se realizaron innumerables transformaciones curriculares, promovidas por los estados. Desde mediados del siglo XX este proceso se ha incrementado notoriamente, debido a la globalización.

Bello, M. (2001, p. 20), sostiene que hasta los años 80 se mantuvo una expansión cuantitativa en todos los niveles de la educación, de esta manera, hubo una drástica reducción de la tasa de analfabetismo, pero el perfil educativo seguía siendo deficiente, puesto que la mitad de la fuerza laboral no completaba la educación primaria, la calidad educativa no se vinculaba con los requerimientos sociales, la investigación se centraba en las universidades y estaba desvinculada con el aparato productivo, los institutos de formación profesional, como enlace entre el sistema educativo formal y las empresas, perdieron vigencia y capacidad de respuesta. El crecimiento educativo y el esfuerzo científico, tecnológico y de capacitación obedecieron más a presiones socio-políticas que a los requerimientos de desarrollo.

Evidentemente que el sistema de desarrollo económico, los problemas de la integración social y la pobreza, han influido para que los sistemas de difusión del conocimiento y los modelos de producción no tengan una base integradora; proceso que lastimosamente se mantiene hoy en día.

Por su parte, Ander-Egg, E. (1999, p. 51), menciona que a finales de la segunda década del siglo XIX, la educación era visualizada en nuestro continente como una forma para combatir la ignorancia, para lograr una cierta homogeneización cultural y para hacer aflorar el sentimiento de nación.

Asimismo, Ander-Egg, E. (1999, pp. 54-57), señala que a comienzo de los años 90, es decir, a principio del siglo XX, las limitaciones presupuestarias a nivel educativo, trajeron como consecuencia: la disminución del incremento de la matricula, aumento notorio de la deserción o no retención de los estudiantes en las escuelas de nivel primario y secundario, producir graduandos no aptos para el desempaño laboral, aumento de los analfabetos funcionales, desfase entre lo que se enseña y las necesidades reales de los estudiantes y de la sociedad en general, la no articulación de los programas educativos en relación con las innovaciones científicas y tecnológicas, disminución de las condiciones socio-económicas del personal docentes, profesores que no reflexionan sobre ética profesional y por ende, no investigan y no se actualizan, incremento de las universidades privadas frente al deterioro de las universidades públicas, quienes no cuentan con una partida presupuestaria anual que sustente el mantenimiento de la infraestructura y el personal, remuneración, el incremento de estudiantes por aula, la desvinculación entre la expansión de la matrícula universitaria y la oferta de empleos. De esta manera, se observa un gran número de universitarios que no trabajan para lo que fueron formados.

Actualmente, en el siglo XXI las limitaciones anteriores, siguen estando presente en el sector educativo, porque no hay una correlación y no hay corresponsabilidad de los protagonistas del proceso enseñanza-aprendizaje. De ahí, se hace necesaria una breve reflexión acerca del rol docente y cuál es su función en este proceso y en la sociedad.

En esta década tan apresurada en la que vivimos, donde los avances tecnológicos no dan tiempo para la reflexión personal, debemos detenernos a pensar que como educadores, tenemos una gran responsabilidad, que no sólo es impartir contenidos, en virtud, de que no somos únicos transmisores de conocimientos, sino modelos a seguir, con valores, fortalezas y debilidades, que aunque las presentemos como seres humanos, siempre debemos de emendar, corregir y subsanar en cualquier situación que se nos presente, siempre siendo ejemplos positivos, conduciéndolos así a hacer estudiantes críticos, analíticos, reflexivos, con pensamiento lógico y razonamientos propios, que los lleve a ser ciudadanos integrales y exitosos, aptos para convivir en la sociedad. Por ende, si buscamos lo anterior, debemos comenzar por nuestra propia transformación, rompiendo paradigmas, a pesar de la edad cronológica que se tenga, para así involucrarnos en la verdadera investigación-acción, en donde todos los actores y miembros del sistema educativo y comunidad se integren como un solo eje de operación. De esta manera, como maestros tenemos el compromiso de prepararnos e ir más allá de los objetivos de un programa. Nuestra responsabilidad es leer, buscar en internet, unirnos a las redes sociales, que nos mantienen informados de lo que ocurre en el mundo y vincular las planificaciones con las experiencias y vivencias laborales. Además, de la influencia del balance entre el que enseña, el cómo enseña, a quién enseña, dónde enseña y para qué enseña, todo esto, nos dan el soporte y la proyección para la construcción de un universo mejor, que son nuestro niños, niñas y adolescentes.

En el caso de la institución donde trabajamos, su misión es: “Desarrollar su acción educativa y de promoción social para formar integralmente al educando dentro del estilo pedagógico personalizarte del hombre, del mundo, de la historia y del saber, para que contribuya significativamente en la transformación de la sociedad.” Es decir, que se propone educar para la libertad, para la vida, para la solidaridad y la convivencia bajo principio y valores humano, capacitando niños, niñas y jóvenes en aéreas disciplinarias especificas, que les permita insertarse con efectividad productiva en la sociedad, abriendo la posibilidad de prosecución de estudios superiores, aspirando así a dar una educación del más alto nivel de calidad, bajo una perspectiva pedagógica activa y de trabajo en equipo; integrando a la comunidad y sus organizaciones; estableciendo enlaces de apoyo y accesoria con otras dependencias públicas y privadas.

Es por esta razón, que la acción educativa y de promoción social del Centro Educativo contemplada en el Artículo 4º del Reglamento Interno del Plantel, busca formar una persona consciente de sí misma y de su proceso de liberación personal, que desarrolle plenamente sus dimensiones psicológica, biológica y social. Una persona que viva profundamente de los valores humanos y espirituales, que desarrolle actitudes y aptitudes de autonomía y crítica responsable, valores de solidaridad, que asuma un compromiso de servicio y transformación social dirigidos a crear un nuevo orden social, económico y político. El Centro Educativo persigue generar un proceso donde todos sus integrantes (directivo, docentes, personal administrativo, alumnos, alumnas, padres, madres, representantes responsables y personal obrero) busquen y alcancen este perfil de persona.

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