Investigar en educación: un reto desde la práctica pedagógica

Investigar en educación: un reto desde la práctica pedagógica

El proceso de construcción del conocimiento humano ha transitado por diferentes etapas de acuerdo con la época y contexto histórico en el que se producen, lo que ha permitido crear una serie de teorías que en su momento han sido válidas y aceptadas como verdad. Sin embrago, las dinámicas sociales, culturales, políticas y económicas, además de los fenómenos naturales, originan nuevos conocimientos que redundan en la comprensión de los hechos y fenómenos que atañen e inciden en la vida de los seres humanos, proporcionando conceptos, postulados, paradigmas y teorías que los explican y favorecen su apropiación.

La historia en la construcción del conocimiento, se comprende como el camino que ha recorrido el ser humano para encontrar soluciones a problemas concretos, así como las diferentes maneras que ha concebido para entender la realidad que lo rodea. El hombre mediante la aplicación de diferentes métodos y estrategias se ha dado a la tarea de indagar, comprobar y construir conocimientos que en las diferentes épocas han dado respuesta a las preguntas sobre los fenómenos que le inquietan en los ámbitos en los que interactúa.

Es importante señalar que no es posible concebir el conocimiento como un asunto de ciencias y disciplinas separadas, en la que cada una se considere como verdad absoluta, por el contrario, en el proceso o progreso para la construcción del conocimiento es imprescindible que se articulen los principios, postulados, teorías, ideas y paradigmas de las diferentes ciencias que estén directamente relacionadas con el fenómeno o problemática que se quiera abordar. Para la comprensión del mundo o ámbitos en los que se mueve el ser humano, sea de índole científico, cultural, político, económico o social, es necesario observar los fenómenos o situaciones que acontecen y que generan inquietud, duda o desconocimiento de las causas y posibles efectos y con base en estas preguntas buscar en las teorías y presupuestos de las diferentes ciencias las posibles respuestas o alternativas de solución.

Los principales aportes de las tesis epistemológicas se basan en la información obtenida de las fuentes para la apropiación del conocimiento las cuales se centran en lo que se percibe a través de los sentidos y la razón, así como la manera en que se realiza el proceso de adquisición del conocimiento, el cual está permeado por las percepciones, las representaciones, los conceptos, los juicios, entre otras posturas que asume el ser humano para entender, comprender e interpretar la realidad a la que se enfrenta cada día. El estudio y acercamiento a las diferentes posiciones que han tratado la epistemología como una ciencia, una teoría o como corriente filosófica, genera una reflexión en cuanto a su importancia y utilidad en el ámbito educativo en el sentido que desde sus postulados y principios, favorecen los ejercicios investigativos, dado que los diferentes contextos o escenarios en los cuales se desarrolla el acto educativo presentan elementos comunes y características particulares que alimentan de manera positiva el abordaje de un fenómeno social.

En línea con lo anterior, cualquier persona que se aventure en el camino de hacer ciencia necesariamente ha de establecer relaciones entre los sujetos y objetos de estudio de cada una de las ciencias, ya sean exactas o sociales, en el sentido que el progreso del conocimiento se da de manera dinámica de acuerdo con las tendencias y necesidades que se presentan en la vida diaria de las sociedades. Lo anterior se sustenta en las diferentes teorías que en la actualidad soportan el corpus del conocimiento, dado que este tiene sus raíces en las diferentes posturas filosóficas clásicas y que a medida que se han presentado otros cuestionamientos, otros fenómenos o situaciones o simplemente no satisfacen las necesidades del momento, surgen otros movimientos con nuevas y mejores posturas que presentan otras maneras y formas de ver y hacer, de interpretar y comprender, de sentir y experimentar, que combinadas en una especial amalgama de saberes crean nuevos conocimiento, o mejoran los que ya existen.

Las teorías van tejiendo nuevos significados, alternativas de solución y transformación de los diferentes ámbitos en los que interactúa el ser humano. Es por esto que todo aquel que desarrolla su actividad profesional en la docencia, debe estar abierto y adaptarse a los cambios que se generan desde las diferentes dinámicas, avanzar a la par con estos y asumir una actitud participativa que redunde en la construcción de nuevos conocimientos.

Teniendo en cuenta que el campo de la educación es dinámico y establece las órbitas dentro de las cuales despliega sus potencialidades, basándose especialmente en las necesidades, el contexto y particularidades de la población a la cual atiende, se convierte en un escenario propicio para que los docentes se atrevan a contextualizar las teorías epistemológicas desde las vivencias y experiencias cotidianas con el ánimo de fortalecer su práctica pedagógica apropiando conocimientos que redunden el mejoramiento de los ambientes escolares.

La investigación posibilita la construcción de nuevos conocimientos, partiendo desde las distintas situaciones que se viven a diario en las aulas escolares, pretende comprender los fenómenos educativos que hay presentes en las instituciones y permite adquirir aprendizajes a quienes participan en el proceso investigativo. La práctica pedagógica, se considera como un proceso donde se aprende socialmente y cuyo interés es permitir que el docente se desempeñe integralmente.

De ahí que el maestro reconozca la gran responsabilidad que atañe a su labor y pueda apropiarse no solo del hacer, sino también de un saber pedagógico que se fortalece con su formación permanente. La reflexión y la práctica enriquecen el saber pedagógico como elemento articulador de ese cúmulo de experiencias docentes, de ese saber disciplinar, pero también de concepciones que se van dando en el transcurso de su vida personal y profesional.

De acuerdo con lo anterior es que cobra sentido la importancia de la ciencia en la práctica educativa porque desde sus principios, postulados y paradigmas contribuye a alcanzar los fines de la educación: formar ciudadanos participativos, críticos, reflexivos y propositivos frente a las diferentes situaciones en las que se pueden ver involucrados. La práctica docente y la investigación se deben articular con el propósito de indagar y conocer la realidad educativa con el fin de transformarla a través del ejercicio de la misma práctica, ese es el sentido y el significado que tiene el ser docentes. Esta labor no consiste únicamente en dar a conocer temáticas y evaluarlas para saber si los estudiantes si aprendieron, ser docente implica ser agente activo del cambio social.

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