La Mujer Y Sus Derechos Humanos

LA MUJER Y SUS DERECHOS HUMANOS

Dra. Felipa Sánchez Pérez*

Los derechos humanos son facultades, libertades y reivindicaciones inherentes a cada persona, por el sólo hecho de su condición humana. Esto quiere decir, que se trata de derechos inalienables (nadie, bajo ningún concepto, puede privar de estos derechos a otro sujeto más allá del orden jurídico existente) e independientes de cualquier factor particular (raza, nacionalidad, religión, sexo, etc.).

El reconocimiento de la igualdad de las personas ante la sociedad y la propia ley ha sido tema de preocupación de diferentes culturas provocando una evolución en los órdenes jurídicos en la medida que las sociedades reconocían como objeto de protección a las personas que la integraban.

La mujer tiene derecho a gozar de iguales derechos humanos que los hombres, porque la igualdad es un principio que se reconoce a todos los ciudadanos, permitiendo la capacidad de disfrute de los mismos derechos también a todos, aunque la igualdad no puede ser absoluta, pues existen innegables diferencias entre los miembros de una sociedad que obligan a la legislación a adecuar su contenido según determinadas circunstancias.

Los fines de la justicia no pueden soslayar la igualdad esencial de los hombres, basada en la dignidad como fundamento de los derechos fundamentales, y es que por ello el derecho toma en cuenta las diferencias que deben considerarse para regular ciertas situaciones jurídicas.

En el caso de las mujeres, Ferrajoli afirma que la discriminación contra este grupo social es persistente en cuanto a la privación de los derechos que implican obligaciones positivas de prestación o de satisfacción por parte de otros sujetos y del Estado mismo, como el derecho al trabajo, el acceso y la carrera en la función pública y en la distribución de los recursos. Lo anterior, es producto de la falta de garantías que permitan exigir los derechos sociales, ya que tradicionalmente se les ha considerado como normas programáticas o directrices de políticas públicas dependientes de recursos presupuestales, ello ha provocado que se carezca de una cultura jurídica de demanda y control de este tipo de derechos desde el ámbito jurisdiccional.

En México, la mujer ha participado en política desde que se inició la lucha por la Independencia de la Corona Española; la historia nos recuerda que mujeres como doña Leona Vicario y Josefa Ortíz de Domínguez fueron protagonistas al lado de los hombres, para lograr la libertad de lo que hoy es el estado mexicano en 1810, lo mismo ocurrió en la Revolución Mexicana de 1910, donde la mujer también contribuyó con los revolucionarios a alcanzar el sufragio efectivo no reelección, sin que la palabra mujer fuera incluida en el catálogo de derechos políticos y sociales que se pactó en la Constitución de 1917.

Una larga historia de llegadas y partidas, de horizontes inconclusos y de pequeños pasos hacia el frente se cierne en torno a los derechos de las mujeres y el ejercicio jurídico de sus garantías individuales. El debate se ha tomado y se ha dejado, y sin embargo, esto no ha impedido que las mujeres sigan trabajando por sus derechos,

En el vasto campo de las Ciencias Sociales y las humanidades, se distinguen las Ciencias Jurídicas, que no por centrarse en el objeto de estudio de las normas, leyes y reglamentos que ordenan a una sociedad, se sustraen de la multidisciplinariedad y contacto con otras ciencias, contrario sensu, son complementarias, al interactuar, sirven de auxilio, es decir, se complementan.

En febrero del año 2007 se promulgó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto oficial presidencial de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia; un año más tarde, en el 2008, aparece en Tabasco, en el Periódico Oficial, Suplemento 6917 de fecha 20 de diciembre, el Decreto 150, de la Ley Estatal de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, sin embargo, el sólo decreto no ha cambiado la situación de violencia que vive la mujer en el Estado de Tabasco.

A las mujeres, por cultura, se les ha dado un trato de objetos: objeto de trabajo mal pagado, objeto de deseo, objeto proveedor, etc., este medio en que se han desarrollado les ha matado la espiritualidad, al grado de convertirlas casi en objeto, sin identidad humana y social, muchas veces la mujer es un ser enajenado que a veces sin saberlo, sufre, porque incluso no se conoce a sí mismo. Sin embargo aquí podemos preguntarnos: ¿Qué tanto la propia mujer desea su liberación?. ¿existe interés de parte de las mujeres a conocer y comprender la legislación que las protege?. ¿qué hace el Estado mexicano y el gobierno de Tabasco por hacer llegar esta normatividad jurídica hasta ellas mismas?, ¿qué acciones hacen las mujeres por hacerse llegar la información?.

Por lo tanto, nuestra investigación se enfoca a conocer el grado de conocimiento que tienen las mujeres de sus derechos humanos y las acciones

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