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La prospectiva, una indisciplina intelectual


Enviado por   •  10 de Octubre de 2013  •  2.430 Palabras (10 Páginas)  •  398 Visitas

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La prospectiva, una indisciplina intelectual

1.1 UNA REFLEXIÓN PARA LA ACCIÓN Y LA ANTIFATALIDAD

A) El futuro no está escrito, está por hacer

Todos los que pretenden predecir o prever el futuro son unos impostores, ya que el futuro no está escrito en ninguna parte: está por hacen Felizmente, puesto que, sin esta incertidumbre, la acción humana perdería sus grados de libertad y su sentido: la esperanza de un futuro deseado. Si el futuro fuera totalmente predecible y cierto, el presente sería insoportable: la certidumbre es la muerte.

La actitud prospectiva nació de una rebelión del espíritu contra el yugo del determinismo y el juego del azar. Se trata, pues, de un combate para la antifatalidad (Hugues de Jouvenel) y el antiazar (Pierre Massé). Este combate lo lleva a cabo la fuerza de la voluntad. Ahora bien, no hay voluntad sin objeto, y el objeto de la vo¬luntad es, precisamente, que el deseo se realice. El proyecto arrastrado por el deseo es el motor de la acción.

En el origen de la prospectiva se encuentra un postulado de libertad frente múlti¬ples e indeterminados futuros; por tanto, nada tiene que ver con el determinismo de la futurología y de la bola de cristal. La prospectiva no es una previsión excesiva¬mente marcada por la cuantificación y la extrapolación de tendencias.

La futurología, un concepto en boga, especialmente en el mundo anglosajón, abarca el conjunto de las investigaciones sobre el futuro sin referencia explícita a los criterios de globalidad y de voluntad. La futurología tiene bastante mala prensa en Europa donde frecuentemente es considerada como un avatar de la bola de cristal o como una variante de la ciencia ficción. Paralelamente, el concepto de prospectiva está extendido principalmente en el mundo latino (Europa, América Latina). Otra diferencia notable entre dos mundos culturales, el concepto de «Technological Fore¬casting», ha adquirido al otro lado del Atlántico un carácter explicativo casi global de la evolución de la sociedad. En general, en Europa suele considerarse como una previsión tecnológica limitada a la evolución de las ciencias, de las técnicas y de sus consecuencias debido a la idea firme según la cual la ciencia, por ser tan sólo un pro-ducto de la sociedad, no basta para explicarlo.

Si Gaston Berger ha relanzado la palabra prospectiva es porque la palabra previ¬sión estaba demasiado «impregnada del perfume de su sentido clásico y de una bue¬no dosis de predicción» (Bernard de Jouvenel, ~ 964) y del moderno concepto de cuantificación (previsión cifrada). La previsión construye un futuro a imagen del pasado; la prospectiva apuesta por un futuro decididamente diferente del pasado, ya que los problemas cambian con más rapidez de lo que se tarda en resolverlos, y pre¬ver estos cambios es más importante que hallar soluciones que se aplicarían a pro¬blemas pasados.

La prospectiva no contempla el futuro en la única prolongación del pasado, por¬que el futuro está abierto ante la vista de múltiples actores que actúan hoy en función de sus proyectos futuros. Por tanto, el futuro no ha de contemplarse como una línea única y predeterminada en la prolongación del pasado: el futuro es múltiple e inde¬terminado. La pluralidad del futuro y los grados de libertad de la acción humana se explican mutuamente: el futuro no está escrito, está por hacen

B) El futuro, razón de ser del presente

El deseo sale a la conquista del tiempo futuro para dar un sentido a las vivencias presentes. «El futuro es la razón de ser del presente»: esta bella fórmula de Gaston Berger revela que el presente puede ser rico o pobre del futuro que tiene ante sí.

En gran parte, lo que se experimenta en el futuro es el resultado de las acciones pasadas; lo que se desea explica las acciones presentes. Es decir, el futuro no sólo está explicado por el pasado, sino también por la imagen del futuro que se imprime en el presente. Así, por ejemplo, el consumo de un individuo en un momento dado no depende únicamente de sus ingresos anteriores (ahorro), sino también de los ingresos futuros que él mismo anticipa (crédito), como muy bien ha demostrado Milton Friedman en su teoría de los ingresos permanentes. Hay que contemplar el futuro para iluminar el presente.

Destaquemos, de paso, que lo que condiciona el presente es, ante todo, la repre-sentación, es decir, la imagen que uno mismo se hace, equivocada o acertadamente, del futuro. Por tanto, preguntar a los actores sobre su visión del futuro es siempre revelador de su comportamiento estratégico y, aunque esta visión pueda parecemos errónea, hay que tenerla en cuenta.

La representación del abanico de futuros posibles depende también de la lectura del pasado. En cierto modo, el pasado es tan múltiple e incierto como el futuro. La historia nunca es definitiva, sino que siempre está en reconstrucción. El hecho es uno, pero su lectura es múltiple. Todo depende de la línea que se siga en su interpre¬tación. De ahí la importancia que reviste abrir el campo de la imaginación a otras representaciones tanto del pasado como del futuro.

C) La anticipación necesaria para iluminar la acción

La prospectiva es una reflexión para iluminar la acción presente con la luz de los futuros posibles. En las sociedades modernas, la anticipación se impone a causa de los efectos conjugados de dos factores principales:

En primer lugar, la aceleración del cambio técnico, económico y social requiere una visión a largo plazo, ya que, como decía Gaston Bergen «cuanto más aprisa se va, más lejos deben iluminar los faros»;

En segundo lugar, los factores de inercia relacionados con las estructuras y con los comportamientos exigen sembrar hoy para cosechar mañana: «cuanto más alto es un árbol, más pronto hay que plantarlo».

Sin embargo, a pesar de que el mundo cambia, la dirección de este cambio no parece estar garantizada. Las mutaciones son portadoras de muchas incertidumbres (económicas, tecnológicas y sociales) que los hombres y las organizaciones han de integrar en su estrategia. La prospectiva no pretende eliminar esta incertidumbre con una predicción ilusoria, sino tan sólo, y ya es mucho, reducirla todo lo posible y tomar decisiones que van en el sentido del futuro deseado.

Naturalmente, el lugar ocupado por la prospectiva varía mucho de una organi¬zación a otra. Frente al futuro, de una manera

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