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Los Sentidos son las Vías de Comunicación


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2012  •  Ensayos  •  4.264 Palabras (18 Páginas)  •  622 Visitas

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Los sentidos

Si bien es cierto que los órganos de los sentidos son los encargados de captar la información que nos permite ver, escuchar, olfatear, saborear y tener sensibilidad táctil, es en el cerebro donde se producen todas las sensaciones.

Los sentidos son las vías de comunicación que tiene nuestro organismo con el mundo exterior. Sin ellos viviríamos en un estado semejante al coma, sin saber lo que pasa a nuestro alrededor. Y también estaríamos en constante emergencia, al no percibir los riesgos que están a nuestro alrededor, ya que los sentidos nos entregan información vital que nos permite relacionarnos con el entorno de manera segura e independiente.

Estos avisos se producen por medio de las sensaciones, que son el mecanismo que tiene el cuerpo para procesar todos los estímulos que llegan al cerebro. Estos estímulos pueden llegar en forma de luz, sonido, sabor, frío o calor, dolor u olor.

Los seres humanos poseemos cinco sentidos: la vista, cuyo órgano sensorial es el ojo, y que nos posibilita la visión; la audición, cuya función es captar los sonidos y participar en la función del equilibrio por medio del oído; el olfato, que nos ayuda a percibir los olores a través de la nariz; el gusto, que nos permite distinguir los sabores que llegan a la lengua, y el tacto, cuyo órgano sensorial es la piel, a través de la cual podemos recibir diversas sensaciones.

Cuando un mensaje se aproxima a la superficie de nuestro cuerpo, se da a conocer pulsando algo así como un timbre, que en la práctica es una terminación nerviosa especializada en esa información, que transforma en impulso nervioso.

Hay muchos timbres receptores en todo el cuerpo, listos para detectar señales tanto interiores como exteriores.

Los receptores son células o grupos de células sensibles a un cambio específico del medio, capaces de producir una señal o impulso nervioso como respuesta a un estímulo, que puede ser táctil, auditivo, visual, de temperatura, etc.

El estímulo es conducido a la médula espinal o directamente al cerebro, donde se genera la sensación "olor, sabor, sonido, temperatura, presión, imagen" en base al análisis de la información recibida. Cuando es necesario, se produce una respuesta, que puede ser el movimiento de la parte del cuerpo afectada "alejar las manos de una fuente de calor excesivo" o la secreción de una glándula "lágrimas, saliva". Este proceso es tan rápido que pareciera que nuestras reacciones son automáticas.

Receptores internos y externos

Los receptores que captan los estímulos provenientes del exterior se denominan exteroceptores o receptores externos, mientras que los que captan los provenientes del propio cuerpo se llaman interceptores o receptores internos. Los exteroceptores son los que nos permiten tener nuestros cinco sentidos.

Las cualidades o características de los receptores son tres:

• Especificidad: cada receptor solo responde, o lo hace con más facilidad, a un tipo de estímulo en particular. Así, los del ojo reaccionan ante la luz, los del oído a las ondas sonoras.

• Excitabilidad: esta característica se pone en marcha apenas el estímulo pasa el llamado "umbral de excitación", que es el nivel mínimo de estimulación necesario para desatar las reacciones químicas que movilizan el impulso hacia el cerebro, que genera la respuesta o sensación.

• Adaptación: ya dijimos que los receptores se ponen en acción apenas reciben hasta el más leve estímulo. Sin embargo, en la medida en que este se mantiene constante, la excitabilidad va desapareciendo y se produce un acostumbramiento, una adaptación. Por ejemplo, un olor penetrante nos deja de molestar después de un rato, ya que nos acostumbramos hasta prácticamente dejar de percibirlo.

El Olfato.

El olfato es el más sensible de los sentidos, ya que unas cuantas moléculas -es decir, una mínima cantidad de materia- bastan para estimular una célula olfativa. Detectamos hasta diez mil olores, pero como las estructuras olfativas, al igual que el resto de nuestro cuerpo, se deterioran con la edad, los niños suelen distinguir más olores que los adultos.

Además de advertirnos de peligros como el humo y los gases tóxicos o venenosos, el olfato contribuye con el gusto, estimulando el apetito y las secreciones digestivas.

La Nariz

Es el órgano por el cual penetran todos los olores que sentimos desde el exterior. Es un cuerpo saliente del rostro, ubicado entre la boca y la frente, por debajo de la cavidad craneana.

El olfato está relegado al fondo y a lo alto de la nariz, cuyo interior está constituido por dos cavidades, las fosas nasales, separadas por un tabique.

Cada fosa se divide en dos partes: la anterior o vestíbulo, cubierta por una membrana mucosa llamada epitelio olfativo, y la posterior, recubierta por la mucosa nasal, que es donde se encuentran los receptores olfativos que nos permiten captar los distintos olores.

Cada célula receptora termina en pequeños pelitos, desde seis a 20, llamados cilios. Estos están conectados a columnas de células que sirven de soporte a los receptores del olfato.

Percibiendo los olores

La parte interna de la nariz está formada por dos paredes:

• La pituitaria amarilla

• La pituitaria roja o rosada.

En la amarilla u olfatoria, se encuentran los receptores del olfato, que envían toda la información al bulbo olfatorio, que es donde se recepciona el estímulo, transformándolo en impulso nervioso.

La pituitaria roja o respiratoria, llena de vasos sanguíneos, ayuda a regular la temperatura del aire que entra y sale de los pulmones, entibiándolo.

Es importante saber que para que un cuerpo tenga olor es necesario que sea volátil; es decir, que emita pequeñas partículas químicas que se disuelvan en la mucosidad de la pituitaria.

La intensidad de los olores depende de la mayor o menor cantidad de partículas volátiles emitidas. Los cuerpos provistos de olor se llaman odoríferos, y los que no lo tienen, inodoros.

El Tacto.

A pesar de que este sentido es poco considerado en relación con los sentidos catalogados como "importantes", como el de la vista o el oído, el tacto es el primero de los cinco sentidos que se manifiesta ya desde el período de gestación.

El tacto es el encargado de la percepción de los estímulos que incluyen el contacto y presión, los de temperatura y los de dolor. Su órgano sensorial es la piel, que, además, tiene el mérito de ser el órgano más grande del cuerpo. La percepción de estos estímulos externos se realiza a través

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