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Maternidad Disputada


Enviado por   •  4 de Octubre de 2012  •  3.055 Palabras (13 Páginas)  •  511 Visitas

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INTRODUCCION

Las técnicas de procreación humana asistida hacen parte de la historia inmediata de la humanidad en términos de los grandes progresos y promesas que desde biotecnología se producen y tanto nos asombran, clonación, células totipotenciales, cura de enfermedades, etc.- pero que para el caso que nos compete, exige también de nuevos arreglos institucionales.

Dentro de estos arreglos institucionales, los cambios de significa que hoy imponen los descubrimientos científicos a los individuos en su identidad y dignidad humana (como en verdad soy único y si no lo soy, cual es la dignidad que me diferencia) obliga, por ende, a renovaciones en las interpretaciones que se da a los derechos fundamentales sobre los cuales, en esencia, los ciudadanos ordenamos nuestra relaciones sociales.

CONSIDERACIONES

La reproducción asistida es el procedimiento encaminado a favorecer la fertilización del óvulo por el espermatozoide y su consecuente desarrollo dentro del claustro materno. Lo que buscan quienes se dedican a la proconcepción como disciplina médica, científica, es dar satisfacción a aquellas parejas que por una u otra razón, anatómica o funcional, no han podido lograr su deseo de reproducirse.

Aquí encuentra la ciencia médica la oportunidad de demostrar su papel de defensora de la pareja conyugal y de la sociedad, como que lo buscado va a favorecerlas a ambas: a aquélla, propiciando su descendencia; a ésta, dándole validez y sentido a la familia, que es su núcleo social primario.

Las técnicas que utiliza son de dos tipos: la inseminación artificial y la fecundación in vitro. Nada puede hacerse sin un diagnóstico profundo sobre las causas que dificultan que una mujer quede embarazada. El ginecólogo es el encargado de llevarlo a cabo con el resultado de las pruebas a las que deberás someterte: pruebas clínicas, ecografías, biológicas (análisis de sangre), historiográficas, de evaluación del moco cervical (test de Huhner), etc.

El hombre deberá someterse a un seminograma, una vez conocido el diagnóstico, el médico puede orientar a la pareja hacia un centro de asistencia medica asistida.

Condiciones para acudir a un centro de reproducción asistida

En el primer encuentro con el equipo médico debe pedir lo siguiente:

• justificar las indicaciones médicas. El diagnóstico preliminar de fecundidad en el que se especifiquen las causas que dificultan que la mujer quede embarazada.

• Justificar una vida en común de al menos dos años.

• Estar en edad de tener hijos (se recomienda que las mujeres tengan más de 35 años).

• Los padres deben estar vivos en el momento de la FIV. Esta precisión puede parecer evidente a primera vista, pero es el modo de erradicar todo intento de inseminación o de FIV con el esperma del hombre si éste fallece durante el proceso (enfermedad, accidente, etc.).

Derechos Respecto a la Procreación y Derechos Humanos

La noción de derechos en materia de procreación en realidad no es nueva, estos derechos proceden de un conjunto de libertades y garantías fundamentales reconocidas universalmente e integradas en los "derechos sociales".

De ellos hacen mención numerosas constituciones nacionales refiriéndose especialmente a:

• la protección de la familia, en especial gracias a la planificación de los nacimientos;

• la fundación de una familia;

• la educación y sostén de los hijos;

• una especial protección durante el parto y después del parto;

• paternidad y maternidad reconocidas como valor social eminente;

• la salud;

• la integridad de toda persona humana.

Aunque este concepto no haya aparecido hasta la década de los 80, la mayoría de sus elementos constitutivos ya eran objeto de reconocimiento internacional. La "Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer" (1979) ha reconocido el derecho de elegir "libre y responsablemente" el tamaño de la familia, el derecho a la información y a los consejos relativos a la planificación de la familia, y el derecho a asistencia sanitaria adecuada antes, durante y después del embarazo. El derecho a la salud que se cita en todos los tratados internacionales de derechos sociales, encierra todos los demás derechos.

La Comisión sugiere que la no negociabilidad de los "derechos reproductivos", en cuanto derecho humano esté en el mismo nivel que muchos principios fundamentales: la dignidad del individuo, la equidad y no discriminación, la participación y la solidaridad.

El principio de la dignidad del individuo exige que se superen la noción de maternidad y las cuestiones anejas a ella, para considerar todas las circunstancias susceptibles de afectar a las funciones genésicas de la mujer a lo largo de su vida. La Comisión pide que se ponga fin de manera urgente a ciertas prácticas que violan gravemente el derecho de las mujeres a la libertad de elección en materia de procreación. Son, pues, violaciones del derecho de la persona los actos siguientes:

• el infanticio de las niñas, la selección o la determinación del sexo, seguida --sin justificación médica-- de un aborto voluntario;

• la mutilación genital de las niñas pequeñas;

• las violencias sexuales --que con demasiada frecuencia permanecen impunes-- contra los niños, las niñas y los adolescentes, y esto en casi todas las culturas;

• el tráfico de muchachas jóvenes de familias pobres en busca de trabajo;

• la promesa de empleo doméstico o "artístico" para muchachas jóvenes utilizada como señuelo por las criminales redes mundiales de prostitución;

• el matrimonio de niños y las relaciones sexuales forzadas o sugeridas con menores (que todavía hoy algunas legislaciones no consideran como violación);

• la falta de respeto por algunos consejeros de planificación familiar o por personal de sanidad, de los derechos específicos de la mujer durante la menopausia y después de ella.

El principio de equidad y no discriminación exige que se corrija con prioridad la imposibilidad de algunas mujeres (que viven en aldeas aisladas o pertenecientes a minorías marginales en las ciudades) de acceder a los servicios ginecológicos.

El principio de participación se refiere a la movilización de fuerzas que puedan hacer realidad el derecho de elección en materia de procreación. El problema presenta múltiples aspectos: todas las mujeres, gracias a la educación y a la información que hayan recibido, deben estar en condiciones de gestionar por sí mismas este derecho a lo largo de toda su vida, y de transmitir su experiencia a los miembros de su familia, en su lugar

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