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Memoria Humana


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2013  •  13.706 Palabras (55 Páginas)  •  283 Visitas

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MEMORIA HUMANA (1ra. Parte) ESTRUCTURAS Y PROCESOS: EL MODELO MULTI-ALMACÉN

Lic. Humberto Fernández Profesor Asociado, Cátedra de Psicología de la Memoria y del Lenguaje, Universidad de Belgrano. Profesor Adjunto, Cátedra de Psicología General, Universidad de Buenos Aires. Docente do de la USAL.e cursos de postgrad

1. El funcionamiento de la memoria: Cuestiones cardinales

¿Cómo funciona nuestra memoria? Desde luego que uno puede responder a esta pregunta adoptando, por razones de preferencias teóricas o de otra índole, diferentes puntos de vista o, más apropiadamente hablando, niveles de análisis. Así por ejemplo, se puede responder a esta cuestión desde un plano neurobiológico identificando las estructuras corticales asociadas a la función mnémica así como los procesos neuroquímicos que subyacen a la misma. O bien, por caso, es posible centrarse predominantemente en las características psicológicas de la memoria en tanto que estructura o proceso de la ‘mente’ o del ‘organismo’ situándose así en un plano psicológico de explicación o descripción. Las comillas pretenden resaltar el hecho de que, dentro de este último plano, es posible inclinarse por modelos teóricos mentalistas o no-mentalistas. Los primeros, predominantemente identificados hoy por hoy con el denominado paradigma cognitivo en Psicología y, los segundos, con la tradición asociacionista del estímulo-respuesta en alguna de sus variantes.

Asumiendo que los distintos niveles de análisis de análisis pretenden abordar dimensiones diferentes de un mismo fenómeno y que, además, los conceptos explicativos propios de cada nivel no son necesariamente reducibles entre sí, habremos de abocarnos al tratamiento del fenómeno de la memoria adoptando para ello una perspectiva psicológica de abordaje. Más específicamente, en línea con el paradigma hoy dominante en el campo psicológico, el cognitivo, abordaremos el estudio de la memoria principalmente desde este enfoque. Correspondientemente, desde el punto de vista de la Psicología de la Memoria, responder a la pregunta que encabeza este apartado conlleva a su vez elucidar una serie de interrogantes más puntuales y críticos tales como, por ejemplo:

¿Cómo se forma esa gran base de datos de la mente que es la memoria? El problema de la adquisición de la información.

¿Es la memoria una estructura unitaria de la mente o no? El problema de la naturaleza unitaria o múltiple de la memoria.

¿Cómo se representa la información en la memoria, esto es, bajo qué códigos se ‘inscribe’ la información en la mente? ¿Un código visual, verbal, o, quizás, abstracto? El problema de la organización de la información en la memoria.

¿Cómo es que los datos del pasado se actualizan en el aquí y ahora? El problema de la recuperación de la información.

¿Cómo y por qué es que a veces nuestra memoria falla? El problema del olvido.

¿Es acaso posible que en la mente haya información disponible que, por alguna u otra razón, no resulte accesible a la conciencia? El problema de la memoria implícita o de las relaciones entre la memoria y la conciencia.

¿Cuál es el destino que la mente reserva a nuestros recuerdos personales? El problema de la memoria autobiográfica.

En la literatura psicológica es dable encontrar una ingente cantidad de datos empíricos así como una gran diversidad de modelos teóricos a propósito de estas cuestiones. Precisamente, uno de los primeros modelos de enorme relevancia teórica lo constituye el modelo multi-almacén de Atkinson y Shiffrin (1968) cuyo tratamiento constituirá el eje central del presente trabajo.

2. ¿Cuántas memorias hay en la mente?

2.1 Las intuiciones de Ebbinghaus y James

Ya desde los inicios del estudio científico de la memoria, dos figuras relevantes de la ciencia psicológica como Herman Ebbinghaus y William James intuyeron la existencia de varias memorias en la mente.

Ebbinghaus, en su famoso trabajo sobre la memoria datado en 1885 distinguía, por un lado, entre formas (i) voluntarias e (ii) involuntarias de recuerdo en las cuales, las experiencias pasadas retornaban a la conciencia ya por un simple acto de la voluntad, ya de forma completamente espontánea y, por el otro, (iii) casos de recuerdo en los cuales dichas experiencias a pesar de permanecer ocultas a la conciencia -esto es, no ser reconocidas como parte del pasado del sujeto- afectan (o se expresan) en el curso actual del pensamiento o de la conducta. Ejemplos: (i) en un acto deliberado y por las razones que sean, me propongo traer a la mente el nombre de mi primera maestra y, en unos instantes, si tengo éxito en la recuperación, su nombre aparecerá en mi mente; (ii) camino a la oficina veo a un grupo de escolares en su primer día de clases y, espontáneamente, vienen a mi mente imágenes y recuerdos de mi primera infancia y, en esta corriente de pensamientos, se representa vívidamente en mi conciencia el rostro de mi primera maestra y ‘una voz interior’ repite su nombre y, por último, (iii) una observación del famoso psicólogo suizo Edouard Claparède (1873-1940) respecto de una paciente amnésica que rehusó estrecharle la mano luego de que una vez, él accidentalmente la pinchara con un alfiler. Es razonable suponer que en este caso, la huella mnémica correspondiente al episodio del pinchazo se preservó en la mente de la paciente quien, por su carácter amnésico, no lo puede recordar (conscientemente) y, sin embargo, el conocimiento de dicho episodio afecta su comportamiento actual pues, de hecho, evita extenderle la mano a Claparède.

James2, en su clásica obra del año 1890, ‘Principios de Psicología’, al establecer -mediante sus siempre mentadas observaciones introspectivas de la mente- la distinción entre una ‘memoria primaria’ (transitoria) y una memoria ‘secundaria’ (permanente) se erigió en el precursor de los modelos estructurales o multi-almacén de memoria que conocieron su época de esplendor en la década del sesenta (del pasado siglo). Según James, la memoria primaria guarda por un breve período de tiempo los acontecimientos sensoriales externos que ocupan el foco de nuestra conciencia así como las experiencias pasadas que, por alguna u otra razón, se re-actualizan en el aquí y ahora configurando, globalmente, lo que este autor denominara el ‘presente psicológico’. En la memoria secundaria, por otro lado, se almacenan de forma más duradera las experiencias y los conocimientos adquiridos por el sujeto en el curso de su vida. Estas memorias serían los equivalentes de lo que luego se conocerían como las memorias de corto y de largo plazo, respectivamente.

A pesar de las intuiciones de Ebbinghaus y de las observaciones de James, los estudios psicológicos de la memoria no exploraron a fondo la cuestión

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